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Sexual Healing

Un grupo de mujeres indígenas, después de una lucha de casi tres décadas, levanta las manos en señal de victoria al escuchar la sentencia condenatoria de Esteelmer Francisco Reyes y Heriberto Valdez Asij, ex militares que recibirán 120 y 240 años de prisión, respectivamente, por secuestro, violación, abuso sexual, esclavitud y asesinato. Es decir que tendrían que nacer y reencarnar un par de vidas más para pagar su deuda con la sociedad. Menudo karma.

Cotidianidad Opinión P258
Esta es una opinión

El 26 de febrero de 2016 se dictó la histórica sentencia del caso Sepur Zarco.

Foto: Rocío Conde

En las palabras de Erika Guevara-Rosas de Amnistía Internacional, nuestro sistema de justicia ha enviado el inequívoco mensaje de que la violencia sexual es un crimen serio y que no importa cuánto tiempo pase, será castigado. Tal vez esa sea la razón de semejante berrinche en algunos sectores de la sociedad, donde la violencia sexual es vista como un funcional método de doblegación.

En un país donde, según el INACIF, la cifra anual de delitos registrados de abuso sexual contra mujeres ronda los 6,275 casos (y en aumento), uno pensaría que una sentencia de esta naturaleza es una luz de esperanza, pero resulta que no. Basta con darse una vuelta por las redes sociales y leer los comentarios en las páginas de los medios locales que seguían el caso, para morir de asco o perder la fe en la humanidad.

Más allá de las cifras de mujeres, hay evidencia de que en Guatemala el 2.4% de los adolescentes tiene su primera relación sexual en contra de su voluntad y que, además, ha sido violentado por un familiar cercano. ¿En qué momento de nuestra historia nos convertimos en esta cuna de violadores? Es hora de admitir que estamos muy enfermos de nuestra sexualidad y que el problema alcanzó el estatus de epidemia; eso sí, una epidemia silenciosa.

En la interminable cadena de generaciones violadas, nadie dice nada y todos somos cómplices del ciclo de dolor.

Sólo puedo especular que la naturaleza de nuestra enfermedad está relacionada con nuestra historia. Cuando los conquistadores españoles llegaron a estas tierras, no venían precisamente a dialogar, respetar o conservar, venían a saquear. Somos hijos de la violencia, el miedo y la profanación. Tampoco ayuda que la religión que nos heredaron nuestros profanadores vea la sexualidad como algo sucio que se acerca al pecado y no como algo sagrado que nos acerca a lo divino.

Existiendo prácticas como el Tantra –que le atribuye a la sexualidad una dimensión espiritual–, me pregunto si los mayas tenían algún libro sagrado en esta línea. Después de una pequeña búsqueda, encuentro una escritura en el Códice de Dresde que muestra a una pareja acariciándose tiernamente como preludio al sexo. Encuentro además un artículo que habla sobre las representaciones sexuales en las escrituras mayas y la confirmación de que los mayas tenían una actitud de disfrute sexual más allá de la mera funcionalidad reproductiva. En dicho artículo, se explica que las representaciones de sexo no convencional se denominaban acentuadas o diferentes, y en ellas podemos observar a los participantes en posiciones no tradicionales. Incluso encontramos un dibujo de una interacción entre dos hombres en la cueva de Naj Tunich, al sureste de Petén.

Existen dos textos específicos que hablan de sexualidad ritual: los libros de Chilam Balam y el Ritual de los Bacabs. En ambos textos hay una gran coherencia en cuanto a la manera en que los mayas ligaban la sexualidad a lo sagrado, la conservación de la sociedad y la fertilidad de la tierra. Existe también evidencia de que el texto del Ritual de los Bacabs fue trastocado por la iglesia católica introduciendo a personajes como Jesús y la Virgen María y la palabra ‘amén’, dándole a la sexualidad un tono meramente reproductivo.

No estoy segura que esta intromisión de la iglesia en nuestra cosmogonía sexual sea lo que nos haya enfermado, pero me ha quedado muy claro, después del relajo aquel de la Ley Nacional de Juventud, que la iglesia no está ayudando a construir una cultura abierta y consciente alrededor de nuestra sexualidad. De hecho, está abogando a favor de la ignorancia. Para mí es evidente que no podemos seguir relacionándonos con el sexo desde la oscuridad y la culpa. Es nuestra responsabilidad comenzar a sanar.

Claudia Armas
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Camaleón, migrando colores desde la publicidad hasta a la música. Bruja de marcas, estratega punk. Salgo de noche. Viva el mezcal.


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COMENTARIOS

RESPUESTAS

    vixj /

    07/03/2016 12:56 PM

    "¿En qué momento de nuestra historia nos convertimos en esta cuna de violadores?" Comento<: no es solo nuestra historia... en toda la historia de la humanidad los pueblos sadicos violaban a las mujeres que querían o podían dominar, promovido por un machismo insidioso que desvirtua la posicion del hombre y mujer ante su creador

    "Somos hijos de la violencia, el miedo y la profanación. " Comento Somos hijos de la violencia, miedo y profanacion.. todos estos frutos de una moral doble que el ser humano juega... incluyendo muchos de los grupos religiosos(catolicos, evangelicos, mormones, brujos, sacerdotes mayas, etc) doble moral en la cual por un lado... se promueve la pornografía infantil disfrazada de educacion sexual y se promueve el sexo libre e indicriminado inter y entre géneros, disfrazado de derechos liberales, mientras por otro lado se promueve el asesinato de bebes en los vientres de las madres argumentando derechos de decisión sobre su cuerpo, cuerpo del cual no quisieron controlar sus "calenturas " hormonales. Entonces se promueve sexualidad bestialmente y por el otro lado se le dice a la "señorita" que puede aplicar violencia si quiere deshacerte del producto que "no le conviene.
    La violación de mujeres es deleznable, nunca sera ni puede justificada ante ningun contexto ni circunstancia.. pero respondiendo a la pregunta de nuevo ¿En qué momento de nuestra historia nos convertimos en esta cuna de violadores?" En el momento en que nos creemos mas sabios que el Creador e ignoramos sus leyes. razon por la cual la humanidad sigue como sigue.
    "Tampoco ayuda que la religión que nos heredaron nuestros profanadores vea la sexualidad como algo sucio que se acerca al pecado y no como algo sagrado que nos acerca a lo divino." Comento: la sexualidad no es algo sucio en si mismo.... es como la energía atómica... si se usan como el creador la diseñó jamás va a ser sucio y va a cumplir con el propósito de realización sexual en el matrimonio.y SI efectivamente nos acerca a lo divino.......... si se usa para otra cosa... prostitución y libertinaje... el fruto lo vemos cada dia en nuestra sociedad.

    ¡Ay no!

    1

    ¡Nítido!

    Brenda Marcos /

    04/03/2016 12:00 PM

    Excelente nota. Gracias por las referencias y por escribirlo.
    Un abrazo Claudia.

    ¡Ay no!

    ¡Nítido!

    blue /

    04/03/2016 11:10 AM

    Que difícil es No perder la fe en la humanidad, en Guatemala, por algo son crímenes de lesa humanidad que por definición deberían ofendernos por aberrante naturaleza, pero acá tenemos esa colección de instancias fascistoides a las que una buena parte de la sociedad responde. Los libertarios, los " anti terroristas," la patronal, y el
    pánico inducido a un permanente complot comunista en contra de Guatemala que solo existe en la mente manipulada por lo general de gente educada pero sin ninguna formación incapaz de articular un juicio crítico, ante las situaciones que demandan un minino de racionalidad.

    ¡Ay no!

    ¡Nítido!



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