Tres rebuznos de los #meninist

Admito que los #Menimist me han inspirado. Sus bromitas se basan en los mismos ataques que he escuchado repetir cada vez que en alguna reunión sale a la conversación el feminismo (o feminismos, que son varios) Algunas personas, hombres y mujeres, parecen sentirse atemorizadas con solo oír la palabra y comienzan a lanzar dardos a diestra y siniestra con una maestría en ignorancia descomunal. Debido a que no me es posible enumerar todos sus rebuznos, me limitaré a señalar tres e intentaré muy brevemente de responderlas.

1. "Si tanto defienden la igualdad, ¿por qué no pagan ustedes también las cuentas?"

A esta usualmente la acompaña esa típica línea de por qué los hombres tienen que abrirle la puerta del auto a las mujeres, por ejemplo. Ignoran que si el machismo no existiera, las niñas serían educadas de la misma manera que se educa a los varones. Se les diría que ellas también pueden rescatar príncipes y se les motivaría desde la cuna a ser ambiciosas, productivas y perseverantes. Se les diría que el hecho de tener matriz no las obliga a parir hijos y se les inculcaría que si decidieran tenerlos, nadie la criticará ni las desvalorizará si los dejan al cuidado de otros para ir a trabajar de 8 a 5, y así poder pagar las cuentas.

A los jóvenes se les educaría en la paternidad responsable y harían las tareas domésticas tanto como sus parejas. Si el machismo no existiera, las mujeres no se verían a sí mismas como "el sexo débil", tampoco se atacarían unas a otras y podrían ejercer el protagonismo en sus vidas con total responsabilidad. Estarían empoderadas porque reconocerían que ellas son también sujetas de derecho, por lo tanto ejercerían su autonomía y libertad sin culpas ni vergüenza. Sin machismo, la mayoría de mujeres (y no la minoría) podrían y desearían compartir los gastos.

2. "Los hombres reales también tienen curvas".

Estoy totalmente de acuerdo en que la publicidad, el cine y la televisión objetivizan a hombres y mujeres por igual. He escuchado a varias mujeres decir que nunca saldrían con un hombre con libras de más o más bajo en estatura que ellas. Los seres humanos vivimos la contemporaneidad en una confusión mental paradójica. Sin embargo, la autoestima de las mujeres ha quedado atrapada en atributos centrados a la apariencia y en permitir ser meros objetos de deseo.

Sin sexismo, las mujeres no convertirían la feminidad en un proyecto de vida porque reconocerían que su desarrollo individual es más importante. Habría más modelos (y no estereotipos) de mujeres tenaces y las niñas aspirarían a seguir los pasos de Malala Yousafzai, Michelle Bachelet, Doris Lessing o Sheryl Sandberg en lugar de soñar con ser edecanes del jet set.

Sin sexismo, las mujeres no desperdiciarían los recursos que tienen para conservar los atributos ilusorios de "belleza" que la cultura impone y celebrarían cada año de vida, y cada arruga, como una reivindicación de experiencia y sabiduría. Si el sexismo no existiera, a los hombres no se les juzgaría por sus balances financieros, el éxito y el reconocimiento social porque a las mujeres tampoco se les valoraría por su belleza física.

3. "A los hombres también se les viola".

Nadie está negando este hecho, pero no los violamos las mujeres (a menos que seamos Lisbeth, la protagonista de la trilogía Millenium, que se hizo famosa en la película La chica del dragón tatuado), sino los mismos hombres. En Guatemala, el 91 por ciento de las víctimas de abuso sexual son mujeres, mientras que el 9 por ciento son hombres (la mayoría de estos, menores de edad). No obstante, nunca he leído en ningún texto feminista en el que la violación de un hombre sea devaluada o invisibilizada en ningún aspecto.

La razón por la que el abuso sexual es un tema en la agenda feminista se debe a que los perpretradores usan la violación como arma de subordinación (hacia mujeres, menores y otros hombres). Así que la violencia sexual sí es un tema masculino; los abusadores son hombres en el 95% de los casos.

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El objetivo de la equidad de género no es la de ser iguales, que nadie ha dicho que ellos vivan en una situación ideal. Se trata de transformar el modelo entero, como dice Silvia Federici. Yo (sí es posible) lo practico a diario con mis hijos.  Todo comienza desde adentro, desde nuestras propias trincheras, ser modelos de nuestros hijos e hijas. Solo así podrán tener un poco más claro lo que no es aceptable ni tolerable en ninguna relación.

Habría también que enseñarles que no es lo mismo ser cordial que bruto, como dice Fernando Savater, para que sepan que si se les antoja abrirle la puerta del auto o cederle el asiento a otra persona no es un síntoma de debilidad sino un "triunfo de civilización sobre la barbarie".

Si la cultura no fuera androcéntrica y falocéntrica, no existirían los feminismos y mucho menos los #Meninist. Y yo, no hubiera escrito este post.