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Orgullo de mamá: Mi hija es lesbiana. Dios no se equivocó al hacerla diferente

Frida llegó con una carta para su mamá a los 14 años. Le pidió que el contenido de ésta fuera solo para ella, tenía miedo que su papá se enterara. Florencia la leyó: “Mamá, soy lesbiana”.

diversidad sexual orgullo de mamá P369

Ilustración: Diego Orellana

Frida* estaba en básicos cuando hizo un acto de valentía. Entregó una carta a su mamá, Florencia* y le pidió que el contenido de ella se la guardara para sí misma. Tenía miedo de compartir su secreto con su papá, que ante su percepción era muy tradicional y machista.

Al abrir la carta Florencia supo que su hija era lesbiana. Ese día no sabía qué hacer, quería a su hija, pero no sabía cómo responder. “¿Dios me castigó?”, pensaba.

Contra la petición de su hija le contó a su esposo. La respuesta de él fue contraria a lo que pensaba Frida. “Me dijo, si vos no la aceptas, yo sí la acepto y nos vamos de la casa si es necesario”, cuenta Florencia.

Él le hizo ver que, en su grupo de Alcohólicos Anónimos, conoció casos de chicas o chicos que sus papás los habían sacado de la casa y que terminaron buscando cualquier forma de vivir y él no permitiría que su hija pasara por lo mismo. Sin vacilar, la apoyó.

Leer, aprender, comprender

Florencia tiene más de 70 años, no es un secreto que nació en una época fuertemente marcada por prejuicios raciales, de género y de orientación sexual. Es por eso que cuando su pequeña le dijo que era lesbiana ella pensaba mucho en los proyectos que había pensado para ella cuando nació:

“Yo la quería ver vestida de blanco en su boda y quería tener nietos”, explica. Dejar ir esos proyectos en su mente fue difícil. Tardó meses en cambiar de parecer y para eso tuvo que aprender muchísimo sobre algunas cosas que no comprendía.

Cuenta que uno de los primeros pasos fue leer un libro que se llama “Papá, mamá, soy gay”, un libro diseñado en forma de guía para comprender y comunicarse mejor con hijos e hijas. No fue lo único que hizo: vio documentales, películas, leía información médica (porque es doctora) y así fue más fácil ser empática con su hija.

La familia y la religión

Hay dos problemas con los que la mayoría de padres temen enfrentarse cuando sus hijos o hijas les comunican su orientación sexual: la familia y la religión.

Para Florencia no fue la excepción y su primer reto fue la familia. La mayoría de ellos saben que es lesbiana, que vive con su pareja y nunca la han señalado. Sin embargo aún hay familiares para los que reservan esa información.

Por ejemplo, cuenta que Frida tiene una tía extremadamente evangélica, a la que no le cuentan estas cosas, tampoco a ambas abuelas aunque admite que se dan cuenta.

Cuenta que una vez Frida y su novia estaban en un centro comercial, la abuela paterna las encontró juntas y le dijo: “Si sos lesbiana yo te desheredo”. Ella que era aún muy joven se sorprendió por la dureza de su abuela y le contó a Florencia. “No necesitas que nadie te herede, vos me tenes a mi”, le dijo.

Ella estaba dispuesta a defender a su hija de todos los comentarios. Era complicado pues en la comunidad hay “un miedo persistente al rechazo a la sociedad, los miran como un pecado o abominación”, dice.

Con la religión fue una situación similar. Florencia y su esposo asistían los domingos a misa y en una prédica recuerda que hablaron de la homosexualidad. Optaron por separarse de la comunidad creyente porque no quería que su hija creciera en un ambiente en el que se les hace sentir culpables.

“Él sacerdote dijo que a ellos eran una abominación. Mi esposo se molestó mucho y me dijo: A la mierda, vámonos de aquí, mi hija no es ninguna abominación”, recuerda Florencia.

Desde ese día ninguno de ellos pone pie en una iglesia y han aprendido a amar a Dios desde sus casas y desde su espacio. Tienen la certeza que el ser supremo en el que creen no ve mal a su hija porque es una excelente persona. “Dios no se va equivocar en hacerles diferentes”, concluye.

El orgullo de Florencia

Como mamá de Frida, Florencia no duda en presumir las cualidades de su hija. Dice que es una persona “hermosa física y espiritualmente”. Además es una mujer segura de sí misma, disciplinada e independiente.

Cuenta que comenzó a ahorrar desde joven para comprar sus electrodomésticos y, desde que se fue a vivir sola, nunca les ha pedido prestado, a pesar de que ellos le han dicho que están en la disposición de hacerlo si lo necesita.

Ahora más que nunca está feliz con la decisión que tomó de apoyar a Frida incondicionalmente, y manda un mensaje a los demás papás que rechazan a sus hijos: “Ni la supuesta terapia psicológica, ni los retiros de conversión los van a cambiar. En cambio sí les harán daño. Investiguen y no los rechacen”.

 


Orgullo de Mamá es una serie de reportajes en los que contactamos a madres para entender cómo fue el proceso personal que atravesaron para entender la identidad sexual de sus hijos o hijas. Los nombres fueron cambiados para proteger la identidad de las familias.

Puedes leer tambień:

1. Amar y acompañar sin prejuicios a una hija trans.

2. Ser mamá de un hombre trans en una sociedad homofóbica 


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COMENTARIOS

RESPUESTAS

    mario cabrera /

    24/07/2020 11:27 AM

    hechos a la semejanza de Dios ?? y como es Dios ... ??

    ¡Ay no!

    ¡Nítido!

    Humberto Garcia /

    23/07/2020 8:53 AM

    Para los que creemos que fuimos hechos a semejanza de Dios al crear Hombre y Mujer tenemos tener claro como debemos conducirnos.

    ¡Ay no!

    4

    ¡Nítido!

      Guillermo /

      23/07/2020 10:18 PM

      Yo más bien creería que dios fue hecho a semejanza de los hombres que lo crearon, con todas sus miserias, vicios, frustraciones y virtudes (si las tuviera, claro).

      ¡Ay no!

      ¡Nítido!

    OSCAR QUAN /

    23/07/2020 3:39 AM

    Yo soy conservador y respeto a los gay's.
    No soy partidario de pregonar esto a los 4 vientos.
    Estas publicaciones de mi parte no deben suceder.
    Respeto que lo hagan, más no lo comparto.

    ¡Ay no!

    4

    ¡Nítido!



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