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No siempre se puede ser actriz porno

Con mi propensión a planificar las cosas con mucha anticipación, comencé a comprarme ropa interior y de dormir como un año antes de la luna de miel. Lo empaqué todo en el orden de los días que íbamos a quedarnos. Lo usé(amos) todo. También he comprado "numeritos" para ocasiones especiales, desde los clásicos baby-dolls hasta marcianadas chinas que tengo que ponerme con instrucciones.

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No siempre se puede ser actriz porno HUFFPost

Foto: Huffington Post.

Hemos pasado por todos los cuartos y muebles de la casa, probado las poses que el cuerpo y la flexibilidad permitan y hemos sacado ideas de películas de todo tipo.

Las acrobacias, fantasías, atuendos escasos y poder dar las gracias al yoga tienen su momento.

Pero no siempre se puede ejercer de porno amateur.

La vida es todo eso que pasa entre cama y cama y muchas veces nos deja atropellados, mudos y cansados. Pero con ganas. Pareciera que el lema de nuestra adultez es "ganas tengo, sólo que ya no doy". Así –con el cuerpo metido en los pants más ratosos porque era lo que había a la mano, la cara con la crema de noche porque las arrugas y la tele como luz de fondo no hacen una película de Ericka Lust– no hay nada más rico que la rutina.

Lea: Porno para todos y todas, Ericka Lust

La rutina, si es un ritual, nos sirve como portal para adentrarnos a un estado de ánimo diferente. Atravesar el umbral de una iglesia nos prepara para tener una experiencia mística. La repetición de ciertas palabras nos recuerda a los seres que amamos. Y comenzar con las caricias en cierto orden, pasar la pierna a cierto lugar, pedir el beso en el botón de la felicidad, nos deja olvidarnos del agotamiento y agobiamiento del día.

La intimidad es poder hacer una mala imitación de contorsionista, salir en una media de cuerpo entero sin temor a que se rían de uno, hacer locuras y divertirse.

Pero hay algo aún más profundo en tener una pose "favorita", porque uno siempre sabe que el resultado va a ser placentero, porque está probado desde hace mucho tiempo. Es ese sentimiento de pertenencia que me recorre la espalda cuando siento su mano en la curva en la base de mi espina dorsal. Es ocupar una mitad de la mesa, una mitad de la cama, porque el otro lado ya está ocupado permanentemente por una persona que queremos.

No es que se hayan agotado todas las fantasías. ¡Para nada! Es que, a medida que hemos afianzado la base en la que estamos parados, podemos construir una torre más alta desde donde lanzarnos, confiados a que no nos vamos a matar en la caída. Muchas veces se idealizan esos encuentros primerizos, se confunden el placer y el deseo sexual con la curiosidad y los nervios. Pero, si somos sinceros, los debuts dejan mucho qué desear y terminan en una despedida prematura (y otras cosas precoces).

Tampoco el simple paso del tiempo es una garantía de una buena relación. Parejas de veinte años que se despiertan al lado de un extraño porque jamás se tomaron la molestia de seguirse conociendo. Que confunden unos pasos automatizados con tener verdadero interés por el otro. Saber en dónde trabaja, en dónde vive y cómo se llama alguien, no es lo mismo que conocerlo.

Por eso, dentro de la rutina, tiene que haber un espacio para preguntar de qué va la vida del otro, qué cosa nueva ha aprendido y qué se le antoja. Tal vez en el repertorio se puede incluir un mueble diferente, un ángulo distinto, un dedo más. Si los cambios no tienen que ser radicales para ser buenos. Los ajustes a lo bueno lo van haciendo cada vez mejor. Y saber que no hay cosas perfectas nos ayuda a buscar en qué se pueden cambiar.

A mí me encanta tener reglas, procesos, orden, para todo lo que hago. Pero, también me gusta romperlas, tirar todo al carajo y salirme de lo que tengo de base. Como dijo Picasso, para romper las reglas, primero hay que conocerlas. En el viaje que llevamos desde hace 22 años de conocernos, tenemos clara la meta y la forma en la que queremos llegar a ella, pero no siempre el rumbo. Y eso nos lleva a ver películas que luego tenemos que esconder tras miles de candados cibernéticos. Y a reírnos de los fallos épicos que son algunos de mis atuendos. Y a decir “¡Hey! ¡Allí no!” o, “¡Mmmhhh! ¡No sabía que eso me gustara!”

Pero, lo más rico es saber que si todo falla siempre está la vieja y querida pose que nos gusta, la mano en donde se sabe mover y la lengua sobre el botón de la felicidad. ¡Bendita rutina!

Luisa Fernanda Toledo
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Abogada redimida. Ahora escribe para no pagar terapia.


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COMENTARIOS

RESPUESTAS

    alfonso villacorta /

    13/07/2016 8:13 AM

    el cambio y exploracion tambien se vuelven rutinarios.
    al final hay componentes tactiles, visuales, olfativos, gustativos y auditivos y es su conjugación lo que da las riquezas y éxito, no tanto las poses o lugares insólitos, desde un minicooper hasta una suite del evasor camino real.

    ¡Ay no!

    ¡Nítido!

    Mesho Bautista /

    11/07/2016 5:50 PM

    Un artículo muy interesante, me parece bastante sincero. Concuerdo con cierto comentario precedente que señala que este es un tema que pocas veces se trata, su contenido es sumamente educativo desde diferentes aristas. Cuando lo leí vino a mi mente la literatura de Isabel Allende que se enfoca mucho en este tópico.
    En una cultura (no solo la que distingue a Guateamala) donde es un tabú hablar del placer y mucho menos el de la mujer, donde el sexo se limita al placer del hombre, con evidentes enfoques de violencia a lo cual contribuye el cine, la pseudo literatura erótica etc. es encomiable este aporte. Felicitaciones.

    ¡Ay no!

    ¡Nítido!

    Drake /

    10/07/2016 12:48 PM

    Buen articulo ni flso ni cierto, pero ambos.

    ¡Ay no!

    ¡Nítido!

    RA /

    09/07/2016 12:20 PM

    jajaj ojalá algún día me invitaran a producir alguna de esas sus películas, aunque sea de camarógrafo!

    ¡Ay no!

    ¡Nítido!

    El Gnomo /

    08/07/2016 7:41 PM

    Reitero: quiero una esposa como ella.

    ¡Ay no!

    ¡Nítido!

    Marielito /

    08/07/2016 4:41 PM

    Me parece que... tengo una opinión distinta: "la rutina mata las relaciones"

    Uno se acostumbra tanto a "sentir rico" sin explorar mas.... se acomoda al "hoy no.... pero el fin de semana si" O tal vez simplemente confundimos amor con la seguridad de tener a alguien que nos acompañe.

    En fin.... eso paso entre ella y yo.

    ¡Ay no!

    ¡Nítido!

      RA /

      09/07/2016 12:40 PM

      INtentar definir el amor es complicado. Es un producto cultural que acomoda millones de ideas. Haga real su idea, pero que copule de vez en cuando con la idea de su pareja. Dicen que el amor nos rodea, que está en la naturaleza y qué daría yo por entrevistar a una ardilla y preguntarle su noción de amor, solamente por tener una versión neutral de un ser más o menos emocionalmente estable. POrque si quisiera versiones locas mejor me voy con el poligamo chimpance o con el monogamo pinguino... cada loco con su tema. Me intriga eso (y le cuestionaria a la ardía) de que si el amor es puro instinto de supervivencia, de que realmente no existe que es una invención en fin...

      ¡Ay no!

      ¡Nítido!

    P. Choy /

    08/07/2016 1:16 PM

    Bueno Nomada creo que tienen escritoras sobresalientes porque no les dan más espacio, es una genio ella, más en su mensaje para las mujeres, feminista pero bien centrada y objetiva, buen artículo, hoy si puntuación sobresaliente...

    ¡Ay no!

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    ¡Nítido!

    Julio /

    08/07/2016 12:38 PM

    Me quede con el "run-run" en la cabeza...
    Solo quiero agregar algo: es un gran gusto leer estas columnas y sobre todo de un tema que tan pocos pueden tratar de manera adulta pero entretenida y con el plus de que escribe una mujer. Felicidades, es una gran escritora.

    ¡Ay no!

    ¡Nítido!



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