A veces pareciera que la dirección ejecutiva de mi cerebro la llevan unos cuantos hámsters que dan vueltas a rueditas sin descanso y sin meta. Se me pasan los días escribiendo, editando, viendo niños, medio viendo al marido, con horarios y alarmas y loncheras y buses y tráfico y karate. O sea, se me va la vida por estar viviendo. Entonces uno de los roedores me recuerda que no he ido a comprar el shampú que usa la niña. El otro suena el aviso que me toca hacer pesas. Uno más, que tengo qué trabajar. Ya les perdí la cuenta.
Todos quieren que los atienda al mismo tiempo y rara vez se quedan callados.
Lo cuál está bien cuando se trata de llevar mi día a día. Tengo suficientes cosas qué hacer y esos asistentes mentales me mantienen al tanto. Por lo menos no he dejado olvidado a ninguno de los niños (aún, espero que nunca). Pero es un verdadero desastre cuando se trata de concentrarme en la cama.
He leído varios resultados de estudios que dicen que muchas mujeres no tienen orgasmos cada vez que tienen relaciones sexuales. También he escuchado que el orgasmo no es necesariamente el fin último de dichas relaciones y respeto esa opinión, pero definitivamente no la comparto. Yo tengo sexo para llegar. Mi visión es de metas fijas y pues, si se puede cruzar la línea de fin varias veces, mejor.
Pero no siempre estoy en un estado completo de concentración y, me da pena confesarlo, me he pillado pensando en la cita con las maestras de la niña a media acción interesante. Obvio no hay forma de disfrutar el momento, si mi cabeza está en cualquier otra parte que allí en donde me están haciendo cosas ricas.
Y es que tener sexo es delicioso, pero lamentablemente no ocupa ni la tercera parte de mi tiempo en un día. Mi cerebro está acostumbrado a andar flotando como mariposa entre las flores. (jejejeje).
Al parecer, esto es un problema que afecta comúnmente a muchas mujeres y, aunque pueda ser cierto que “mal de muchos, consuelo de tontos”, pues algo ayudan las experiencias de otras. Primero, para no sentirme tan inútil y, segundo, para hablar de posibles ayudas.
Y allí es en donde entra el tema tratado tan temerariamente en el título de este artículo: la pornografía.
Por favor dejemos del lado toda la discusión acerca de la parte misógina que tiene la grandísima porción de este género. No estoy a favor de ninguna manifestación de denigración de la mujer, ni del hombre.
Sin embargo, hay algo fascinante de cómo reacciona nuestro cuerpo ante estímulos visuales de placer. Ver a dos personas disfrutarse entre sí es excitante. Ya no estamos en las épocas de los 80´s con escenas sobre producidas, gemidos falsos y uñas acrílicas que pareciera que pudieran partir un limón. Ahora se encuentra pornografía bien pensada, con actores que dan un rango amplio de formas corporales y poses interesantes. En lo personal, lo que hace Erika Lust me gusta. Tiene actores que, o se podrían ganar un par de Oscars, o verdaderamente están disfrutando lo que están haciendo. Se miran mujeres sin operaciones de busto, hombres con vello, ¡mujeres con vello!, gente delgada, no tan delgada, joven, no tan joven… Se mira gente normal teniendo sexo y pasándoselo fenomenal.
No siempre miro porno. Es más, es muy ocasional, no porque no me guste, sino porque para mí es sólo una ayuda. Me pone en ambiente, me ayuda a enfocar mi cerebro en lo que estoy haciendo y me encamina un poco más rápido a llegar a la meta deseada. En lo personal, podría incluso no tener visuales y quedarme sólo con el audio.
La pornografía vista en pareja como un extra de vez en cuando, me ha ayudado igual que ponerme un traje especial, probar en un lugar distinto de la casa, escaparnos a un motel al mediodía. Puede ser parte de una relación mucho más compleja y ayudar a darle diferentes matices.
Es increíble qué tan rápido dejan de dar vueltas en sus rueditas los malditos hámsters y se quedan quietecitos cuando les pongo a ver a gente teniendo sexo. Se dan cuenta que eso es lo que nos va a tocar a continuación y ya me dejan poner atención a lo importante. Que definitivamente no es lo que está sucediendo en la pantalla.
Juan /
Estando en un matrimonio de 10 anos también, siento una gran conexion entre lo que escribe y lo que mi esposa pueda estar pasando y lo bonito es que siento la oportunidad de entender, porque en el diario vivir no siempre todo se habla (aunque se debería) me encanta su blog.
Ricardo /
Mi absoluto y total respeto por la tematica, tocada desde la practicidad de la vida diaria, y con un enfoque femenino maternal.... jajajaja... me encanto... Una mujer que tiene la seguridad sexual, de tocar temas tan controversiales, con toda naturalidad... NO TIENE PRECIO.... !!!!!!!!!!
Jose Luis Chavez del Cid /
Las #ForeverAlone necesitan ver porno.
Manolo Barillas /
Muy bien. Tema tan importante pero con tanto tabú. Admiro a las mujeres que pueden poner cualquier tema sobre la mesa de discusión, incluyendo lo que le gusta del sexo!!
Cesar /
Te felicito. Que bueno seria que las mujeres pudieran dejar por un lado sus prejuicios morales y religiosos para poder disfrutar del porno y llegando a orgasmos, mantenerse relajadas. Me encantaria que mi esposa pensara asi pero los elementos anteriores no la dejan.
Segui adelante!!!!
Jose Luis Chavez del Cid /
Mejor proba con yoga tantrico o algo que haga que conecte mas a la persona con su subconsciente, con el cerebro primitivo, a ver como otros lo hacen. Como dijera otro comentario, es como querer arrancar el carro al empujon y no realmente solucionar el problema.
JULIO /
Es interesante ver muchas opiniones conservadoras, usted toco un tema aun muy tabu en lo que a hablar se refiere porque en práctica es de lo mas normal y apuesto que muchos que escribieron antes de mi tienen fantasias y pensamientos obscenos y sucios, cuanta gente he conocido que se jacta de tener principios y moral y en el fondo tienen la mente mas retorcida, cuantos curas y pastores predican celibato y a escondidas hacen sus «obras divinas», y el hecho de que la licenciada aqui presente expresara su opinión en este medio de comunicacion moderno y no apto para mentes prejuiciosas y cerradas lo lean, no significa que sea una pervertida, ni loca, ni mucho menos sin dignidad.
majo /
pobre, su marido no le logra encender
Juan /
Si su marido la logra encender siempre, escriba un blog y cuéntenos que le hace ;)
Armando Soto /
Ni bien pensado, ni planteado, ni intersante. Esto es la frustración sexual en la libre emisión del pensamiento. Tiempo y espacio mal utilizado. Los principios no tienen año ni tiempo.
Majo /
Pasionis.es un sitio pensado para mujeres ;)
alfonso villacorta /
la pornografía para llegar al sexo propio es como encender un carro al empujón: algo está fallando y puede ser el starter, la batería, el switch o la llave básicamente
si observa la naturaleza, ninguna especie necesita empujón en segunda y por millones de años se ha venido copulando sin problemas
una famosa escritora guatemalteca afirmaba que la pornografía, por el contrario, la ponía frígida
existe el erotismo que puede ser muy elegante, sensual y motivacional pero la pornografía habría qué apellidarla porque genérica hay con niñez, animales, con uso de artículos y una infinidad que vienen siendo parte del crimen organizado en modalidad de industrias de dudosa procedencia y fin
sería bueno re escribir el artículo y darle un toque académico al "gusto" que puede llegar a ser adictivo también
Katie /
Interesante artículo, el punto de vista muy bien planteado para que una se sienta identificada.