Una propuesta busca que los adultos aún puedan denunciar la violencia sexual que sufrieron en la niñez

Según los datos del Ministerio Público el 49% de los delitos sexuales son cometidos contra menores de edad. Del 2015 al 2019 ha habido más de  80 mil víctimas, de estos 36 mil 900 fueron menores abusados sexualmente. 

De 80 mil casos de abuso sexual denunciados ante el MP, casi 69 mil son mujeres, esto representa el 86% de los casos. Pero la brecha es mayor en las niñas, ya que el 90% de los menores abusados son mujeres, es decir 33 mil niñas fueron abusadas en 4 años. 

Esto es lo equivalente al Estadio Doroteo Guamuch Flores lleno de niñas abusadas (y aún así 3 mil quedarían fuera). Esto sin contar que muchas niñas no llegan a denunciar a sus agresores.

Según el MP la edad donde las niñas sufren más violaciones es entre los 13 y los 15 años, pues el 51% de las denunciantes menores están dentro de ese rango. Seguido de los 16 a los 18 (21%) y de 9 a 12 años (15%) 

Para los niños, aunque el número de abusos es menor, la edad promedio es muy baja ya  que el 29% de estos ocurren en ese rango de edad de entre 5 y 8 años. El siguiente grupo más vulnerable es entre los 9 y 12 años, que representan el 25% de los casos. 

Sin embargo para un niña o niño que fue abusado a los 5 años por ejemplo, solo tiene 7 años de adultez, fuera de la tutela de sus padres o familiares, para poder buscar justicia en un sistema judicial tan lento como el de Guatemala. 

En el país, después de 20 años del delito de violación no se puede denunciar, aunque en algunos casos hay agravantes que hacen que el tiempo de denuncia sea mayor, por ejemplo la violación en concurso real (es decir la violación continua, por varios años) que tarda más en prescribir. 

Eso deja sin acceso a la justicia a muchas personas que sufrieron abuso sexual a muy temprana edad y que cuando llegan a la adultez deciden denunciar.  El abogado Esteban Celada, de Mujeres Transformando al Mundo, explica que algunos de estos casos simplemente son sobreseídos o archivados.

La obra de Nuni Canals representa la angustia de las niñas que fallecieron y las que sobrevivieron en el Hogar Seguro Virgen de la Asunción.

El proceso de denuncia para una niña o niño 

Según la psicóloga clínica, Geraldina Barrena Colindres, “la violencia sexual en niños tiene una dinámica más fuerte, porque a esa edad no han desarrollado su racisionio” además porque la mayoría de abusos viene de parte de familiares o amigos cercanos como los vecinos. Esto hace que el silencio sea más difícil de romper. 

Explica que en muchos casos de abusos a menores, los niños son observados de cerca por los abusadores.

Barrena apunta que la “revelación del abuso, en su mayoría, se da hasta que son sometidos a fuertes presiones o abusos grandes”. Explica que es un proceso complejo y no todos tienen la misma reacción. En algunas personas el proceso puede ser más largo o más corto. 

Sin embargo, todos dejan secuelas de por vida, muchas en el ámbito emocional, social, de salud o “la peor secuela, la maternidad forzada”, asegura. En la parte emocional puede haber pesadillas, falta de sueño, depresión, bajo rendimiento escolar entre otras. Sin embargo, si no es tratado, en edad adulta puede sufrir incluso trastornos de personalidad o bipolaridad.

La propuesta de ley

El diputado de la bancada Victoria, Juan Carlos Rivera, presentó una iniciativa de ley para que los delitos sexuales en menores no prescriban nunca.

Según el diputado con esta propuesta se busca que cualquier menor abusado, pueda denunciar en su adultez. Asegura que es necesario porque debido al daño psicológico y las secuelas que deja el abuso impide que muchos menores puedan hablar al respecto, o incluso ser concientes de que han sufrido violación.

Rivera apunta que en muchos casos los tutores no hacen las denuncias, ya que el abusador está en el entorno familiar. En otras ocasiones solamente desisten de la búsqueda de justicia y los casos quedan estancados en el sistema. 

Denunciar y buscar justicia es un proceso necesario para cerrar un episodio tan difícil de superar.