Dos alianzas y peleas (en silencio) en el nuevo Congreso para elegir presidente y dominar las cortes

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El 2020 empieza con una aparente renovación en la política. El 14 de enero asumen 160 diputados —110 nuevos—. De ellos, uno será elegido para ser el presidente del Organismo Legislativo durante un año y, junto a sus vicepresidentes y secretarios en la Junta Directiva, dirigirá las sesiones del Congreso.

El poder particular de la Junta Directiva del Congreso en este año estará en controlar las sesiones destinadas a la elección de los 135 magistrados de las Cortes de Apelaciones y los 13 magistrados de la Corte Suprema de Justicia.

La mayoría de los partidos políticos, diputados y operadores externos compiten por elegir las cortes para cooptar al sistema de justicia, precisamente el mismo que los persigue por actos corrupción y otros delitos.

Al menos dos grupos de diputados quieren la presidencia y para conseguirla tienen que negociar con sus colegas dentro del Congreso y a lo externo con operadores poderosos.

Una de las complicaciones en este proceso es la fragmentación política, explica Celia Aguilera, investigadora de la Asociación de Investigación y Estudios Sociales. Y lo resume así: En el Congreso hay 19 partidos políticos y cada uno tiene sus problemas y pugnas internas, que hacen todo más complicado.

— Este año veremos bloques divididos en sus apoyos en las pugnas para controlar la Junta Directiva, pero está claro que la mayoría tienen un objetivo común, que es controlar al sistema de justicia para asegurarse impunidad—, apunta Aguilera.

Infografía: Diego Orellana Xocop

A continuación, exponemos los dos posibles escenarios y alianzas en torno a la elección de la presidencia del Congreso, que se podrían extender al momento de elegir las cortes, con base a entrevistas con diputados dentro del Congreso:

Escenario 1: La fracturada alianza de la UNE

La Unidad Nacional de la Esperanza (UNE) es la principal fuerza en el Congreso y presenta al diputado Orlando Blanco como candidato a presidente. El bloque tiene 52 de los 160 escaños, pero no son suficientes para gobernar en el Congreso. Se necesitan al menos 80.

Por eso la UNE se acercó a otros grupos para pedir su apoyo y acordar una distribución de puestos en la Junta Directiva. Algunos bloques aceptaron unirse a la alianza y en otros casos, algunos diputados lo hicieron de forma individual.

Este sería un posible escenario de 83 votos para apoyar a Orlando Blanco:

• UNE, 52
• Semilla, 7
• Winaq, 4
• URNG, 3
• Bien, 5
• Victoria, 4
• CREO, 6
• PAN, 1
• Podemos, 1

El problema de la UNE es su división interna. Al menos 12 diputados de ese grupo responden a los congresistas Estuardo Vargas y Carlos López, que son los operadores políticos de Gustavo Alejos y Sandra Torres en el Congreso. Y el resto siguen las directrices de los líderes del partido: Orlando Blanco, Carlos Barreda, Mario Taracena y Oscar Argueta.

• Leé para contexto: La UNE presenta a estos candidatos para seguir con el control del Congreso, por Javier Estrada Tobar

Sandra Torres y Gustavo Alejos apoyarían la candidatura de Orlando Blanco, pero a cambio exigen a la dirigencia de la UNE que Estuardo Vargas —exfuncionario de la Empresa Portuaria Nacional Santo Tomas de Castilla, donde Alejos tiene intereses— asuma la jefatura de la bancada o que Carlos López Maldonado —hijo del cacique de Quiché y prófugo de la justicia, Carlos López— ocupe un puesto en la Junta Directiva.

Si la bancada de la UNE se fracciona, ya no conseguiría los 80 votos para tomar el control de la Junta Directiva. Y sus rivales tomarían la ventaja.

Escenario 2: El intento de revivir un Pacto: Vamos, Unionismo y Todos

En el Congreso hay un esfuerzo para revivir el pacto oficialista de FCN, Todos y el Partido Unionista, pero en esta legislatura se sumarían Vamos, el partido de Alejandro Giammattei; el Partido Humanista, de Edmond Mulet y Valor, de Zury Ríos, junto a otros grupos que suman 56 votos:

• Vamos, 17
• FCN, 8
• Todos, 7
• P. Unionista, 3
• Valor, 9
• Humanista, 6
• PC, 3
• Bien, 3

El objetivo de este grupo es presentar a Alvaro Arzú Escobar como candidato para que sea presidente por tercera ocasión. El problema es que no todos en el pacto están de acuerdo con esa decisión. En este grupo también hay una grieta. En la bancada Vamos, un grupo de diputados no quiere que Arzú Escobar sea el candidato a presidente, sino Allan Rodríguez.

La inconformidad dentro de Vamos con la candidatura de Arzú Escobar se explica porque Giammattei y la dirigencia de su partido ha hecho importantes concesiones al Partido Unionista en puestos clave, como la designación de Carlos Sandoval —exvocero de la Municipalidad de Guatemala— como secretario de Comunicación o la de Alfonso Quiñónez Lemus —hermano del alcalde capitalino— como embajador en Estados Unidos.

Giammattei también barajeaba, hasta unos días antes de su toma de posesión, nombrar a Víctor Martínez —el ministro de Finanzas y una figura central del unionismo— como su ministro de Comunicaciones. Eso provocó que dentro de Vamos se radicalizaran la idea de que la presidencia del Congreso debía quedarse en el partido. Giammattei declinó de ese nombramiento para calmar las aguas entre los suyos y promover la candidatura de Arzú Escobar.

Las bisagras estratégicas

Hay dos bancadas que son estratégicas en las negociaciones: Visión con valores (Viva), con 7 escaños y la Unión del Cambio Nacional (UCN), con 12.

Viva negoció con los dos grupos que se disputan la presidencia en busca de un puesto en la Junta Directiva. En el caso de UCN, su situación es complicada por la situación de su líder, Mario Estrada, detenido en Estados Unidos por tráfico de drogas.

—La UCN es la tercera bancada más grande en el Congreso, después de la UNE y VAMOS, y sus votos son valiosos, pero al mismo tiempo hay un problema con aceptarlos en cargos directivos cuando Estrada está señalado de narcotráfico, comenta un diputado que prefirió no revelar su identidad.

• Leé: Las desgracias amenazan con hundir la UCN, pero sus 12 diputados son su “salvavidas”, por Javier Estrada Tobar

La única diputada que no se involucró en las negociaciones fue Vicenta Jerónimo, del Movimiento de Liberación de los Pueblos.

Celia Aguilera, analista de ASIES, explica que en este momento la puja por los mejores puestos directivos, la elección de las cortes y la elección de magistrados del Tribunal Supremo Electoral se da entre los diputados.

La ideología o el posicionamiento de los partidos en temas económicos o sociales no va a definir su comportamiento en la mayoría de casos, sino más bien las necesidades y ambiciones de los diputados, expone la experta.

Aunque es difícil etiquetar y agrupar a los partidos políticos según su ideología, sus posturas y programas apuntan a que el Congreso que toma posesión el 14 de enero se inclinará en grupos de derechas, conservadores en lo social y liberales en lo económico.

Según Aguilera, lo vital será que la ciudadana vigile a los diputados, de todos los grupos, para que, por presión o por convicción, elijan a los mejores magistrados en las cortes.

Infografía: Diego Orellana Xocop