Así se fraguó (y descarriló) el Plan B de Baldizón

Después de perder las elecciones en la primera vuelta del 6 de septiembre de 2015, el candidato presidencial del Partido Líder desapareció de Guatemala. Nadie hablaba con él, sus diputados no sabían en dónde estaba y él tampoco se comunicaba. Y durante noviembre, cuando se discutió el Presupuesto Nacional para 2016, se hizo evidente la fractura entre los hermanos Baldizón, el excandidato Manuel y el diputado Salvador. Fue tan fuerte que ambos bandos ni siquiera pudieron firmar juntos el dictamen de la Comisión de Finanzas, que dominaban.

“En la propuesta presentada por la Comisión de Finanzas se podía observar claramente la ruptura”, explica Conrado García, diputado electo por Líder, ahora de Pro y fiel a Baldizón. “No estaban de acuerdo entre ellos y no trabajaron en equipo como bancada”, continúa García.

En ese momento, aseguraron a Nómada tres diputados electos por Líder, fue cuando Manuel Baldizón, desde Miami, decidió que Líder ya no podría ser su alternativa y que tendría que usar otra plataforma partidaria.

Fue a inicios de diciembre cuando siete diputados electos por Líder empezaron a recibir llamadas directamente de Baldizón o por medio de su brazo derecho y todavía secretario general de Líder, Roberto Villate. Los invitó a viajar a Managua. Desde su derrota, Baldizón vive entre Miami y la Nicaragua de Daniel Ortega.

Los elegidos fueron Gustavo Arnoldo Medrano, hijo del alcalde de Chinautla detenido por un sinfín de casos de corrupción; Óscar Corleto, de Alta Verapaz; Conrado García, de Quetzaltenango; Juan Manuel Giordano, de San Marcos y conocido como el dipukid; Óscar Quintanilla, de Quiché; Edgar Montepeque, de Petén; y Leonardo Camey, de San Pedro Sacatepéquez y quien sería el jefe del nuevo partido.

Baldizón, según los diputados, no les decía exactamente de qué se trataba la reunión. Unos creían que era por negocios, otros pensaron que iba a pedirles consejos y otros no sabían a qué iban, pero todos debían costear su traslado. Ninguno sabía que era un encuentro grupal, hasta que se encontraron en el hotel de la reunión, cerca del aeropuerto de Managua. “Los que llegamos ahí, y los que seguimos aquí, lo hacemos por convicción”, dice el diputado Conrado García.

El lugar: Nicaragua. La fecha: Primera quincena de diciembre del 2015. La razón: Crear una nueva bancada. La primera meta: Una nueva Constituyente. El fin último: Baldizón en la Presidencia.

En el calor de la ciudad de la salsa, el renovado Baldizón se dirigió a sus discípulos más fieles. O al que él consideraba los más fieles.

“Era la primera vez que nosotros lo veíamos desde el 6 de septiembre; ya estaba cambiado, se le miraba más delgado y también más relajado”, describen varios de los asistentes. Para dar inicio a la reunión, Baldizón empezó contando la historia del presidente de ese país, Daniel Ortega. “Contó lo que le pasó a un persona luchadora que quería llegar a la presidencia de Nicaragua, pero los gringos no lo dejaron. Entonces cambió su estrategia y siguió participando hasta que ganó las elecciones, y sigue hasta hoy”, coinciden los tres diputados, por separado, en su relato a Nómada.

La historia de Baldizón sobre Ortega, como muchas de sus historias, olvida detalles de la verdad. Ortega, el comandante que lideró al movimiento guerrillero y ciudadano sandinista que derrocó al dictador Somoza en 1979, sufrió en efecto una guerra con fondos estadounidenses en los años ochenta y perdió las elecciones en 1989. Dieciocho años después, ya sin los ideales sandinistas y alianzas mañosas con sus rivales liberales, ganó las elecciones con 35% de los votos en 2006 y se reeligió con fraude electoral en 2011. Desde entonces ha hecho añicos las instituciones democráticas y su Nicaragua –tan pobre y tan corrupta como en la dictadura– se parece cada vez más a la de Somoza.

Los primeros pasos de la estrategia de Baldizón

La estrategia B de Baldizón duró un mes y medio. El 17 de diciembre de 2015 salió a luz pública el nuevo bloque parlamentario Movimiento Progresista (PRO). Se pactaron algunos cambios en cuanto a la figura de Baldizón dentro del nuevo partido: “No queríamos que él tomara decisiones por nosotros, y tampoco que nos usara para sus intereses, buscábamos independencia”, coinciden los tres diputados.

En otras palabras, los diputados de Pro querían que Baldizon dejara de ser el que ellos siguieron entre 2012 y 2016 hasta paralizar el Congreso y hacer alianza con el Partido Patriota para unas cortes plegadas a sus intereses. Querían que un partido hecho a base de compra de diputados se convirtiera en un partido con ideales.

No querían a un jefe de bancada como Leonardo Camey porque era “demasiado obediente a Baldizón”. Pero eso era algo que no estaba en discusión. Lo que sí les dio fue la libertad de elegir al subjefe de bancada y escogieron a José Alejandro de León, de Chimaltenango. De León no fue invitado a Nicaragua, pero aceptó formar parte del equipo: “a mí me llamaba la atención poder injerir en el hemiciclo, y en el tiempo que fui subjefe logré que la Ley de la Juventud se retomara”, dice el diputado De León sobre de su participación en Pro, pues ahora está ya en el MR de Alejandro Sinibaldi, el que sería el delfín de Otto Pérez Molina en el PP.

La estrategia empezó bajo el guión: “la decisión de separarnos de Líder es porque no se nos escuchó dentro de la bancada”, dijeron en diciembre. O sea, ya no querían al que mandaba en Líder, Salvador Baldizón. Desde el inicio, insistieron en separarse y desvincularse del partido de color rojo. Pero las bancadas de Líder y Pro se percibían como una. La diputada Delia Back continuó en Líder y su hija, Eva Montes Back, diputada por primera vez, se había quedado en PRO. Y PRO, al final de cuentas, ya sólo era de 12 diputados porque Líder se dividió en tres, junto a la bancada Alianza Ciudadana, de 11 diputados.

Una vez llegó enero, nuevo período y nueva legislatura, Manuel Baldizón continuó dirigiendo a su bancada como Manuel Baldizón. Primero, el 11 de enero le dijo a Nuestro Diario que era una nueva persona, que por favor se le llamara ‘Manuel Antonio’ y que se retiraría de la política. Pero era mentira. Tres días después, el 14 de enero, impidió que PRO se sumara a la alianza de la UNE, MR y Todos, e insistió en apoyar a Luis Rabbé, el cuñado de Ángel González, dueño de los canales de televisión abierta de Guatemala y de Nicaragua, también amigo de Daniel Ortega.

“Todo seguía igual. Él no aprendió de sus errores en el pasado, y la autonomía que nos prometió no era real”, dice uno de los fundadores de PRO. Además Baldizón presionaba por una iniciativa para realizar una nueva Asamblea Nacional Constituyente para ser candidato a diputado. Y en efecto, el 28 de enero, PRO presentó una iniciativa de ley para convocar a una Constituyente que hiciera una nueva carta magna.

Conrado García, leal a Baldizón, confirma que para él sería “maravilloso tener personas así (como Manuel Baldizón) en ese proyecto de Constituyente”.

Pero el Plan B de Baldizón, ahora que el Tribunal Supremo Electoral empezó el proceso para cancelar al partido Líder por sus violaciones a la ley electoral durante los últimos cuatro años, también se descarriló.

Todo gracias al partido del presidente Jimmy Morales, FCN-Nación, que se dispuso a aumentar su bancada, que originalmente era de 11 de 158 diputados. Parecida a la de 14 de 158 diputados de Líder hace cuatro años, y que a fuerza de transfuguismo terminó en 62 diputados. El FCN-Nación, para aumentarla, fue a tocar la puerta de los diputados de PRO y Líder.

“Cuando FCN abrió sus puertas y me ofrecieron trabajar en un proyecto de nación, me gustó la propuesta”, dice Juan Manuel Giordano acerca de su salida de PRO para pasarse al partido del presidente Morales. Aunque otros aseguran que la falta de libertad del nuevo partido le empujó a tomar esa decisión. A Giordano se le sumaron Óscar Corleto y Edgar Eduardo Montepeque, de los asistentes a la reunión en Nicaragua. Además abandonaron PRO para irse a FCN, Julio Antonio Juárez, Laura Franco y Julián Tesucún. Y el sub-jefe de la bancada, Alejandro de León, se unió al Movimiento Reformador (MR), de Sinibaldi.

Horas antes de la publicación de este reportaje, el último de los medios propagandísticos de Baldizón (Conciencia Guatemala) se enteró de las conversaciones con diputados y publicó un artículo diciendo que Baldizón no había invitado a los diputados a formar PRO en Nicaragua sino que ellos le habían ido a pedir que liderara el movimiento. Se ensaña en particular con los diputados que se fueron a FCN y firman el pasquín copiando el nombre y un apellido del director de Nómada. “No voy a mantener buitres”, dice el medio propagandístico de Baldizón y se lo atribuye al expresidenciable.

Mientras tanto, la bancada PRO dejó de existir porque necesitaba de 11 miembros. Y ya sólo tiene 4. Si se le suman los 6 que se quedarán huérfanos de Líder cuando lo cancele el TSE, tampoco lograrán los 11 que se requiere para ser una nueva bancada antes del 4 de marzo de 2016.

Ahora, Manuel Baldizón tendrá que pensar en un Plan C.