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Atención: la élite empresarial no es la voz de #RenunciaYa

Guatemala finalmente se contagió de un virus de protesta social que se ha vuelto común alrededor del mundo después de la Recesión del 2008. Es un virus singular que genera un nuevo tipo de movilización popular que tiende a la organización descentralizada y plural, marcada por el espectáculo y el festejo, coordinada a través de las redes sociales, carente de liderazgos políticos, y desprovista de una agenda concreta unificadora. Es, como dice Juan Arias en un reciente artículo en El País, una protesta social “postmoderna.”

#renunciaya n135 Opinión P369
Esta es una opinión

Foto: Carlos Sebastián

En Guatemala, la reciente movilización postmoderna, bajo la consigna del #RenunciaYa, tuvo como catalizador el destape del desfalco tributario y el consiguiente cinismo por parte de las autoridades. Fue refrescante ver cómo se unieron miles en un país donde alzarle la voz al poderoso es anatema, donde el débil siempre se dobla ante el fuerte, donde el interés individual prevalece por sobre el bien común. Esta novedosa protesta tuvo además la ventaja, producto de la vaguedad de su agenda y pluralidad de su proceso de organización, de unificar a grupos y estratos sociales que normalmente se encuentran en las antípodas del espectro político; aunque hubo poca representación campesina e indígena.

Pero la protesta postmoderna tiene también debilidades que pueden erosionar su efectividad y difuminar los cambios esperados. Una de ellas es su particular susceptibilidad a la cooptación por parte de actores tradicionalmente influyentes. Estos actores suelen aprovechar la falta de liderazgos políticos y ausencia de visión unificadora de este tipo de protesta. Buscan utilizar la energía social desatada por el movimiento para promover sus propios intereses.

Y paradójicamente, debido a que son influyentes bajo el estatus quo, muchas veces sus intereses son contrarios al cambio esperado. Por ello, es necesario mantenernos atentos ante este peligro, cuestionar a los actores tradicionales que desean pronunciarse en el marco del movimiento, y exigirles un mínimo de transparencia sobre sus intereses. El objetivo no es promover su aislamiento; al contrario, una de las fortalezas del movimiento post-moderno es su pluralidad. Pero sin duda se deben prevenir posibles intentos particularistas o autoritarios de cooptación del mensaje colectivo.

Traigo esta debilidad a colación debido a dos sucesos recientes que sugieren que este peligro puede estar materializándose en nuestro país. Por un lado, demostrando una ingente hipocresía, Dionisio Gutiérrez nos deleitó con un mensaje televisivo. En el mismo, Gutiérrez –uno de los principales financistas del PP (como lo muestran los cables de Wikileaks)– se lamenta porque en Guatemala las elecciones se compran. Más aún, denotando su inagotable ambición por pronunciarse como el articulador de nuestra voz colectiva, da a conocer los cambios que, supuestamente, el pueblo “exige” y el país “necesita.”

Sin embargo, ¿cómo sabe Gutiérrez lo que el pueblo quiere? Y, si tanto le importa el futuro de nuestro país –como nos dice, “está convencido de que los mejores días de nuestro país están por venir”– ¿por qué los millones que le ha dedicado a las campañas de diferentes candidatos no se han reflejado en ese anhelado cambio de rumbo? Son también notables las omisiones en su discurso: aunque sus dardos apuntan hacia los gobernantes y la clase política del país, ¿por qué no dice nada de los empresarios defraudadores del fisco, los mismos que se quedaban con el restante 30% de los impuestos evadidos bajo el esquema de La Línea?

Esta omisión es también pertinente en el caso del segundo suceso de interés: la reunión, a puerta cerrada, de la cúpula del CACIF y el Presidente. En la misma, los empresarios le entregaron a Otto Pérez un Memorial de Petición, demandándole que no se inmiscuyera en las decisiones del sistema de justicia, y que exigiera a todos los funcionarios declaraciones patrimoniales. Sean o no estos los tipos de cambios esperados por los manifestantes, las preguntas que hay que hacerle al CACIF son varias.

Para empezar, ¿por qué es la cúpula del ente empresarial la responsable de articular las demandas del movimiento #RenunciaYa? Si estamos todos hablando de transparencia, ¿por qué sus reuniones con Otto Pérez se dan a puerta cerrada, sin presencia de la prensa? La cuestión merece atención porque no está del todo claro que la junta directiva del CACIF quiera realmente esos cambios. Como bien sabemos, han tenido el mayor poder de veto en el país por décadas y no se observan mayores mejoras. A esto hay que agregar que entre sus afiliados se cuentan algunos de esos defraudadores que formaban parte de la clientela de La Línea. Sin embargo, su Memorial de Petición mantiene un silencio ensordecedor sobre este punto.

Al final de cuentas, la motivación general de los manifestantes del pasado sábado era el cambio. Tomará tiempo articular la visión compartida, con ideas concretas, de este singular evento – si es que se articula del todo. Mientras tanto, invitemos a todos a participar, pero no dejemos que uno de los invitados, por más influyente que sea, aproveche para robarse el show.

Alberto Fuentes
/

Latinoamericano, estudiante del desarrollo social y económico de los países del Sur. Realizo investigaciones sobre el sector empresarial y sus relaciones con el Estado, la sociedad civil y, especialmente, l@s trabajadores.


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COMENTARIOS

RESPUESTAS

    ANONIMO /

    11/05/2015 11:16 PM

    […] la élite emperesarial no sea la voz de los manifestantes de #RenunciaYa, es algo que parece tener sin cuidado al […]

    ¡Ay no!

    ¡Nítido!

    frank lopez h. /

    30/04/2015 5:47 PM

    Gutiérrez es un tipo que nació sin credibilidad, descuidá. Muestra de ello es el fallido Golpe de Estado que lideró contra el gobierno anterior, junto a Fuentes Destarac y el "doctor" Mario David García, y el siete vidas, y miembro de la clica La Línea, Luis Mendizábal, propietario de Boutique Emilio, guarida de criminales.

    ¡Ay no!

    ¡Nítido!

    Carlos Perez /

    30/04/2015 5:29 PM

    Efectivamente el CACIF es corresponsable de financiar al PP, así como de la absolutamente sucia elección de Magistrados de Corte Suprema de Justicia y Salas de Apelaciones, del acortamiento y campaña de desprestigio a la ex Fiscal Paz y Paz, así como del cogobierno del PP y muchas leyes inmorales que les beneficiaron, todo esto hecho a espaldas del pueblo y pactado alrededor de una cama con Perez, Gudy Rivera y Baldeti.

    ¡Ay no!

    ¡Nítido!

    Gustavo Hernandez /

    30/04/2015 2:19 PM

    EXCELENTE, ESTOY DE ACUERDO!!!!

    ¡Ay no!

    ¡Nítido!



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