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¿Hay esperanza después de Jimmy?

Jimmy Morales llegó a la presidencia trayendo consigo la esperanza de un cambio en la forma de hacer política. De orígenes humildes, había ascendido la escala económica hasta convertirse en un empresario exitoso. Nunca había detentado puesto público alguno. Prometía poner fin a la corrupción y la falta de transparencia. Su discurso coincidía con el sentimiento de hartazgo con la clase política tradicional que predominaba en el ambiente pre-electoral.

Opinión P369
Esta es una opinión

El escenario político de 2015 borró la figura del candidato "le toca".

Foto: Carlos Sebastián

Hoy, dos meses después de su toma de posesión, su gobierno sufre un profundo desgaste. Hay razones, por supuesto, para tal debacle. Desde la hipócrita bienvenida que su bancada en el Congreso brindó a numerosos tránsfugas, hasta la más reciente decisión del presidente Morales de optar por la opacidad en su nombramiento para la CC y la selección de gobernadores, el FCN y su Ejecutivo se han mostrado incapaces de abandonar las cuestionadas prácticas del pasado.

El prematuro desgaste del gobierno de Morales, y la restauración de la forma tradicional de hacer política, nos debe llevar a preguntarnos si es que se nos pasó la oportunidad de transformación que generaron las investigaciones de la CICIG y el MP, y las consiguientes movilizaciones populares. En el ámbito político, ¿está todo perdido? ¿Fue éste un clásico cambio para que no cambiara nada?

Mi respuesta ante estas preguntas es un rotundo no. Aunque Jimmy Morales y su FCN no han cumplido con las expectativas, las elecciones de fines de 2015 dejaron algo sumamente claro: el cansancio de los guatemaltecos con los partidos tradicionales y su viciada forma de hacer política. Esta fatiga se ha cobrado entre sus víctimas a una figura que, desde el retorno a la democracia, había caracterizado a cada uno de los períodos presidenciales. Me refiero a la figura del candidato “le toca” –el Óscar Berger del gobierno del FRG, el Álvaro Colom del gobierno de la GANA, el Otto Pérez Molina del gobierno de la UNE y el Manuel Baldizón del gobierno del PP. Hoy, por primera vez, no tenemos un candidato pre-designado para el próximo período.

La ausencia de esta figura del candidato “le toca”, y a nivel más general, de un partido que cope el Legislativo y se extienda, sin competencia, a lo largo y ancho del territorio nacional, se erige como una inigualable oportunidad para regenerar el maltrecho sistema político guatemalteco. ¿Por qué digo esto?

Por dos razones. Por un lado, los candidatos y partidos “le toca” inevitablemente obstaculizaban el papel del gobierno. Viendo al partido de gobierno como su principal contrincante en las futuras elecciones, dichos partidos y candidatos “le toca” apostaban por una agenda legislativa obstruccionista. A base de ausencias e interpelaciones, no sólo restringían la libertad de acción del Ejecutivo y su bancada en el Congreso, sino que además, mediante turbias negociaciones, extraían rentas para financiar sus futuras campañas.

Por otro lado, estos partidos y sus candidatos “le toca” también erosionaban el sistema democrático. Conforme se aproximaban las elecciones, muchos de los actores políticos a nivel nacional y local –sin importar sus afiliaciones previas– se unían al partido supuestamente ungido. Este partido absorbía, además, la mayor parte del capital económico. La carrera por sumarse al vehículo electoral ganador deformaba la oferta partidaria y ofuscaba los contrastes entre las visiones de país e ideologías que se esperan en una democracia. Es decir, para los votantes, elegir a un nuevo partido político muchas veces redundaba en obsequiarles cuatro años más a los mismos individuos, financiados por los mismos capitales.

En el nuevo contexto, la ausencia de un candidato y partido “le toca” promete impactar tanto por el lado de las negociaciones en el Congreso, como por el de la oferta de partidos políticos. En cuanto a la dinámica del Congreso, la fragmentación de las bancadas puede reducir la monopolización de rentas, extraídas mediante negociaciones con el Ejecutivo. Ojo que no estoy diciendo que la repartición corrupta de beneficios económicos cesará. Mi argumento es más bien que no habrá un partido único con el caudal económico que lograron recaudar a costa del Ejecutivo, por ejemplo, el PP del 2008-2012 o el Partido Líder del 2012-2016. Sin esta base económica, los partidos existentes verán limitado su campo de acción con vistas a la próxima campaña electoral.

Esta variación en la correlación de fuerzas y distribución de rentas en el Congreso puede complementar los posibles cambios en el sistema democrático de partidos políticos, donde también hay condiciones sin precedentes. La ausencia de un candidato y partido pre-designados da mayor espacio para que florezcan nuevas alternativas políticas. Sin el monopolio del partido ungido, la competencia partidaria puede despuntar.

En este contexto se avizoran al menos dos posibles escenarios. Por un lado, es sin duda posible que el partido de gobierno –con su inclinación por la vieja forma de hacer política– logre mantenerse en el poder. A fin de cuentas, el acceso a los recursos del Estado y la ausencia de una fuerza de oposición formidable y obstruccionista colocan al FCN en una posición envidiable cuando se compara con los partidos de gobierno anteriores.

Pero por otro lado, mi optimismo surge porque esta también puede ser una oportunidad, a pesar de la malograda Ley Electoral y de Partidos Políticos (LEPP), para que nuevos partidos políticos, con claros idearios ideológicos, y con representación de la cada vez más variada topografía demográfica del país, exploren nuevas formas de hacer política. Fortalecidos por una ciudadanía cada vez más politizada, y monitoreados por un sistema de justicia implacable, estos partidos pueden involucrar a nuevos actores generacionales y regionales. Sin la competencia desleal del candidato y partido “le toca”, pueden proponer visiones innovadoras para el futuro del país, y generar consensos entre actores tradicionalmente opuestos bajo los desfasados marcos referenciales heredados de la Guerra Fría.

Esta segunda posibilidad es motivo de esperanza, pues puede generar nuevos vientos para derribar el cascarón destartalado y corroído del viejo sistema de partidos políticos. Su éxito dependerá de las estrategias de estos nuevos agentes políticos, del papel que pueda jugar una ciudadanía movilizada, y de las decisiones que tome el gobierno de Morales.

Alberto Fuentes
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Latinoamericano, estudiante del desarrollo social y económico de los países del Sur. Realizo investigaciones sobre el sector empresarial y sus relaciones con el Estado, la sociedad civil y, especialmente, l@s trabajadores.


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COMENTARIOS

RESPUESTAS

    Moises Avila /

    28/03/2016 12:16 PM

    No he dejado de tener esperanza de que llegue un verdadero Estadista a ocupar la Presidencia, De Vinicio Cérezo a Jimmy Morales, han pasado un montón de gobernantes con oportunidades de oro que han dejado pasar (un montón de viles ladrones descarados también).
    Pienso que seguimos siendo un pueblo pasional, otro buen orador externo a la política es todo lo que necesitan los mismos de siempre para seguir en el poder luego de Jimmy. La guayaba esta bien podrida y llena de gusanos y el árbol seguirá creciendo podrido hasta que no lo cortemos de raíz y lo quememos!

    ¡Ay no!

    ¡Nítido!

    Moisés Berducido /

    27/03/2016 5:59 PM

    La esperanza está "después" de este inepto. Y no es tampoco el señor payasón perdedor de las eelecciones en el mayor fracaso político de la historia, ni la señora de la esperanza de seguir robando.

    Seamos honestos, los guatemaltecos somos demasiado viscerales y pasionales, nos dejamos guiar por ilusiones y promesas. Nuestro rumbo electoral lo marca: Ganó Arzú, Portillo fue el segundo y él dirigió la oposición, luego ganó el "Pollo ronco" y así nos fue. Hasta la derrota aplastante de Baldizón, no quedó otro "Outsider", y lo peor es que parece que será un Serrano Elias 2.0. Basta con estos tipos.

    ¡Ay no!

    ¡Nítido!

    Luis Molina /

    24/03/2016 8:02 PM

    Señora Claudia Asencio, usted debe leer o comprender mejor lo que escribió el periodista, nunca dice que Berger es del FRG, lo que él menciona es la figura de "le toca" al candidato ganador en cada uno de los períodos, así Berger cuando estaba el FRG, Colom cuando estaba la GANA y asi sucesivamente, lo que ya no pasó con el candidato que creía iba a ganar con el PP. Quiero decir respecto del artículo que ya debemos hacer algo para que este gobierno cambie su rumbo o nos vamos a terminar de hundir.

    ¡Ay no!

    1

    ¡Nítido!

    alfonso villacorta /

    23/03/2016 9:53 AM

    despues de jimmy talvez haya esperanza, lo que seguramente no habra sera pisto.

    ¡Ay no!

    ¡Nítido!

    N. Avila /

    22/03/2016 8:26 PM

    Me parece que... aunque tengo la esperanza que surjan nuevos emprendimientos políticos, no es chiste ni justo para los que se fajaron presionando y zocando que se lograra romper con el "Le Toca" y sacar los ladrones, esperar otros 4 años por la ineptitud y la incapacidad. O sea otra vez los que votaron por FCN se deben sentir engañados.

    Creo que el gobierno actual todavía está a tiempo de recapacitar, pero a como vemos, mi esperanza es que en 3 años estemos con mas ganas que en 2015 para arrancar de raíz a la vieja política, la que se sabe y la que no da la cara. Y extirpar de raíz a los medias tintas.

    ¡Ay no!

    1

    ¡Nítido!

    Gustavo Grajeda /

    22/03/2016 9:42 AM

    Lo que veo no es lo que leo, sino lo que comprendo. Tú y algunos otros no comprendieron que la gana apaño a la une, esta a pp y a pp se le frustro su apoyo a lider. Comprenden?

    ¡Ay no!

    ¡Nítido!

    Héctor López /

    21/03/2016 6:36 PM

    El auto desgaste deviene de la inexistencia de un verdadero liderazgo dentro del partido político de gobierno, la falta de valores en la estructura de esta organización, la improvisación generada no por la euforia de la pírrica victoria electoral, ya que no se puede considerar una victoria política; y la falta de efectividad en la dirección del corto plazo ya que se evidencia plenamente la falta de un plan de gobierno. No es el ejecutivo, es un sistema empobrecido y falto de visión, sumando también la incapacidad de cohesionar a los diferentes sectores de nuestra sociedad porque su creatividad y capacidad de negociación es nula y ridícula en un kaleidoscopio de necesidades que exigen satisfacción simultánea de manera inmediata. Lastimosamente se cumple nuevamente el dicho de que "el poder los muestra cómo son".

    ¡Ay no!

    ¡Nítido!

    Claudia Asencio /

    21/03/2016 3:23 PM

    Le recomiendo a este joven que antes de ponerse a escribir, estudie nuestra historia reciente. ¿Berger del FRG?
    Después, platiquemos.

    ¡Ay no!

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    ¡Nítido!

      Salvador García /

      29/03/2016 1:35 PM

      Le recomiendo a esta señora que, antes de hacer recomendaciones a los columnistas, aprenda a leer de manera comprensiva.
      Después, platican.

      ¡Ay no!

      ¡Nítido!

      Daniel Perera /

      23/03/2016 1:40 PM

      Claudia, más cabeza fría y menos hígado jeje ¬_¬

      Por otro lado, tengo la leve sospecha que 'este joven' sabrá una que otra cosa de nuestra historia reciente, tanto como académico (doctorado MIT) como por su herencia política-familiar.

      ¡Ay no!

      ¡Nítido!

      Manuel Ortiz /

      22/03/2016 11:10 AM

      Claudia, la que no comprendió fuiste tú.

      ¡Ay no!

      ¡Nítido!

      Guillermo Maldonado C. /

      21/03/2016 4:36 PM

      ... Óscar Berger durante el gobierno del FRG, Álvaro Colom durante el gobierno de la GANA, Otto Pérez Molina durante el gobierno de la UNE y el Manuel Baldizón durante el gobierno del PP... Esa es la idea.

      ¡Ay no!

      ¡Nítido!



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