Hace 54 días que no paramos de denunciar las violaciones a los derechos humanos perpetrados por el gobierno de Daniel Ortega y Rosario Murillo contra la población nicaragüense. Por esos días de abril, redactamos una carta de apoyo a una sociedad civil y a los movimientos sociales, pero muy especialmente a los y las estudiantes ejemplares que, unidos, dijeron ¡basta ya! en las calles de sus ciudades y pueblos.
Es la Nicaragua de abril y mayo de 2018 y desde el 18 de abril las comparaciones con la nefasta dictadura de los Somoza se han vuelto inevitables, con la trágica e irrefutable diferencia que, desde ese día, ya contamos más de 108 personas que han perdido la vida y cerca de un millar que han sido heridas, según los datos oficiales del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh).
La situación es a diario desoladora, personas inocentes, comprometidas con la justicia social, la igualdad y el paso hacia un proceso democrático son asesinadas, perseguidas, heridas y silenciadas ante la pasividad y el adormecimiento de una comunidad internacional institucionalizada cuya capacidad de intervención a favor de los derechos humanos podría, tal vez, iniciar el camino hacia el ¡basta ya! de la máquina de muerte instaurada por el gobierno y el Estado nicaragüenses. Sin embargo, el silencio de instituciones y organismo internacionales con capacidad de injerencia ante el estado de emergencia que vive Nicaragua hoy, se han impuesto.
Afortunadamente, la comunidad internacional solidaria no se restringe a instituciones o fundaciones oficiales, muchas veces, la comunidad internacional solidaria emerge en situaciones de crisis y violencia extrema y lo hace de forma espontánea en un gesto de esperanza.
Eso sucedió con nuestra “Carta abierta en apoyo a Nicaragua” firmada ya por más de 565 escritores, artistas, intelectuales, periodistas y académicos de todo el continente americano y de Europa. Más de 565 voces reunidas y unidas en un llamado virtual, pero no por ello menos genuino, por el cese inmediato de la violencia. No nos cansamos de exigir a toda la comunidad internacional con capacidad de acción desde instrumentos legales legítimos y reconocidos, a esa comunidad internacional que se aboca un papel negociador a favor de la paz y la justicia sociales, pedimos una vez más que actúe de una vez por todas y deje de ser testigo mudo de la masacre. Esta otra comunidad internacional solidaria pide junto con miles y miles de nicaragüenses el paso definitivo a un proceso democrático e incluyente en Nicaragua. Esta es nuestra responsabilidad y nuestra forma de participación política.
Así como los y las estudiantes que a diario ponen el cuerpo en una lucha legítima por el cambio político para la paz y la democracia, así como las Madres de abril no se van a cansar de pedir justicia por sus hijos, así como las campesinas y los campesinos no van a claudicar en su lucha por la defensa de los recursos naturales, así también nosotros, los firmantes de esta “Carta abierta” seguiremos apoyando y acompañando todos los pedidos de justicia y sobre todo, la exigencia de un cese inmediato de las masacres perpetradas por el gobierno Ortega-Murillo.
El texto
Carta abierta de escritores, artistas, intelectuales, periodistas y académicos ante los acontecimientos de violencia y represión que iniciaron el 18 de abril de 2018 en Nicaragua
Nicaragua vive hoy las horas más oscuras, violentas y tristes de su historia reciente.
El 18 de abril de 2018 la sociedad civil nicaragüense comenzó a manifestarse en legítima protesta contra las reformas a la seguridad social que precarizarán las condiciones de vida mínimas de la mayoría de la población nicaragüense. Estas protestas que iniciaron contra las reformas se han expandido a demandar justicia y un verdadero cambio de gobierno, anti-corrupción, que respete la libertad de expresión en todas sus manifestaciones. Ante esto, el gobierno de Daniel Ortega y Rosario Murillo ha respondido con múltiples formas de represión que han dejado como saldo más de 60 muertes –la mayoría de jóvenes estudiantes universitarios– y un alto número no confirmado de desaparecidos, torturados y perseguidos. Además, se ha instalado en el país un estado de excepción en el que imperan la inseguridad y la persecución de una gran mayoría de la población civil, y muy especialmente de los estudiantes universitarios, que de forma valiente y comprometida han salido día tras día a las calles a pedir justicia, diálogo democrático y paz para el país.
Nosotros, como comunidad comprometida con la justicia social, el respeto a la vida y a los derechos humanos, nos solidarizamos con cada una de las personas y familias que sufren y lloran hoy a sus muertos y desaparecidos.
Ni una sola de estas muertes se justifica. Ni una sola de estas muertes debió suceder.
Nosotros, como comunidad profundamente dolida y conmovida por las escenas de violencia que nos llegan día tras día de Nicaragua, expresamos nuestra determinación a no quedarnos callados ante los actos de represión y persecución ejecutados por el gobierno autoritario.
Nosotros, como comunidad solidaria con la Nicaragua que se manifiesta en las calles, condenamos cada uno de los asesinatos de los jóvenes estudiantes, repudiamos todos los actos de violencia cometidos por las fuerzas especiales del gobierno, y hacemos un llamado contundente a las autoridades nicaragüenses para que cesen de inmediato sus actos de violencia en contra de la sociedad.
Nosotros, como comunidad que trabaja incesantemente por la libertad de expresión en la región, exhortamos a la comunidad internacional a que se pronuncie y asuma un papel activo en todas las acciones que puedan llevar al cese de la violencia y al diálogo democrático entre todos los actores involucrados en esta lucha legítima por la justicia social.
Exigimos que todos los crímenes sean investigados y los responsables llevados a juicio para que Nicaragua vuelva a ser en su presente un país con futuro.
* Puede sumarse a esta Carta abierta enviando un email a: apoyonicaragua@gmail.com
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