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El dilema del aumento al pasaje, el miedo al contagio y la necesidad de trabajo de 100 mil personas.

Con la autorización del gobierno para reactivar las actividades económicas, los representantes del transporte público y las autoridades ya se encuentran en negociaciones para que los buses vuelvan a las calles. Así como para los usuarios y trabajadores las nuevas disposiciones generan temor por el aumento de posibilidades de contagio, los transportistas también temen por su salud y su vida. Sin embargo, están ansiosos por volver a tener una fuente de ingreso que les permita alimentar a su familia.

P147 Transporte público

Foto: Pía Flores

Después de 135 días en los que el país ha operado sin transporte público, en las próximas semanas los buses urbanos y extraurbanos retomarán sus labores, con previa autorización del Ministerio de Salud, el de Comunicaciones y de parte de las autoridades municipales, según dispuso el Organismo Ejecutivo.

Desde el primer día, los grupos organizados de transporte buscaron acercamientos con las autoridades locales para discutir las condiciones bajo las cuales volverán a las calles. La Municipalidad de Mixco, por ejemplo, acordó el aumento del pasaje por los próximos tres meses. Y los pilotos y dueños de autobuses en Villa Nueva buscan el mismo beneficio para compensar las nuevas condiciones del transporte público: proporcionar gel a los usuarios, medir la temperatura y circular sólo con el 50% de capacidad de cada bus.

Sin protocolos de parte del gobierno

A pesar de que la reactivación económica ya empezó, los protocolos para pilotos del transporte público aún no están claros. Así lo explica Milton Mendoza, presidente de la Gremial de Transporte Extraurbano.

“Los protocolos no han llegado, ni a la gremial, ni a ningún transportista. El acuerdo ministerial ya salió pero nos tiene sorprendidos que no hay protocolos, los hemos discutido en mesas técnicas pero no nos los han hecho llegar de manera oficial”, señaló Mendoza a principios de esta semana.

El miércoles, el Ministerio de Comunicaciones formalizó el protocolo de medidas para evitar el contagio en el transporte extraurbano. Además de las medidas de prevención más comunes (uso de gel, control de temperatura, uso de mascarilla, distanciamiento físico), el protocolo prohíbe la venta y consumo de alimentos dentro de las unidades, evitar aglomeraciones en las paradas y terminales de transporte, asegurar el uso de mascarilla y protector facial y una distancia de 1.5 metros entre los pasajeros.

La Dirección General de Transporte será la encargada de velar por el cumpliento de ese protocolo.

Según cuenta Mendoza, los transportistas han recibido una instrucción: los pilotos y sus ayudantes deben contar con certificado de hisopado. Un requisito que deberán cumplir por seguridad de ellos y de los usuarios. Sin embargo, Milton se pregunta si también los trabajadores del resto de empresas que nunca se detuvieron y siguieron operando cumplen con este requisito.

Subsidio o aumento al pasaje

“Por supuesto que estamos conscientes de la enfermedad y del riesgo contagios. Estamos en disposición de cumplir con todas las condiciones siempre y cuando las tarifas se actualicen", dice Mendoza.

Esto supone un aumento en el costo del transporte para los usuarios, en medio de una coyuntura en la que la población enfrenta dificultades económicas.

El transporte extraurbano no recibe ningún subsidio, agrega Mendoza, para sumar argumentos a la petición que la gremial a la que representa está solicitando a la Dirección General de Transporte y Ministerio de Comunicaciones.

De ser aprobada esta petición, las tarifas podrían aumentar en Q 0.25 centavos por kilómetro. El aumento pudo ser mayor, advierte, pero asegura que entienden que hay personas desempleadas y con problemas económicos. Y es que al volver a circular los ingresos no serán los mismos que antes. Los transportistas están conscientes de eso.

También lo están del alto riesgo que supone esta reactivación en medio de una pandemia que se propaga con tanta facilidad.

Confían en que utilizar alfombras para desinfectar el calzado, un termómetro para medir la temperatura de usuarios, el uso de mascarillas y gel desinfectante, y las medidas de distanciamiento físico en las unidades serán suficientes para enfrentar ese riesgo.

Además de eso tendrán que sanitizar todas las unidades antes y después de cada llegada a su destino. Y habrá una cápsula para la cabina del conductor.

Si el distanciamiento físico es una de las principales medidas para evitar contagios, el transporte público guatemalteco supone un alto riesgo. Entre el temor al contagio y la necesidad de ingresos, dice Milton, los pilotos no tienen muchas opciones.

“¿Sabe qué es lo que pasa? Ahorita hay un desempleo de más de 100 mil personas (pilotos y ayudantes) que ya quieren salir a trabajar porque desde hace meses no tienen cómo mantener a sus familias. La mayoría de transportistas no pagan planillas del IGSS. Los empleados no recibieron bonos de trabajo o de paro laboral. Eso sin contar a las personas que trabajan en el transporte pero en áreas administrativas.

¿Sienten temor?

¿Temor? Temor todos tenemos. Muchos de nosotros no queremos mandar a nuestros hijos a estudiar. Habrá gente que no querrá viajar. Algunos trabajadores dirán que no quieren arriesgarse y es comprensible.


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