Georgina Orellano
Georgina Orellano es Trabajadora Sexual feminista y secretaria general de la Asociación de Mujeres Meretrices de la Argentina AMMAR. Ha publicado artículos sobre trabajo sexual y feminismo en distintas revistas y ha participado como panelista en diversos congresos y encuentros nacionales e internacionales sobre Derechos Humanos, género, trabajo sexual y feminismo. Hace parte de la Mesa Nacional de la Central de Trabajadores de Argentina CTA. Empezó a ejercer el Trabajo Sexual a los 19 años en la vía pública y a militar por el reconocimiento de derechos laborales a los 24 cuando un vecino de la zona donde ofertaba servicios intentó expulsar a las Trabajadoras Sexuales del lugar. Desde ese momento se vinculó a AMMAR y en el 2013 fue elegida presidenta de esta Organización que se creó en Argentina a fines de 1994 para luchar contra la violencia policial.


Me dolió más amar que cobrar: reflexiones de una puta en contra del amor romántico
Georgina Orellano / 15 febrero, 2019
¿Cuántas de nosotras hemos hecho cosas que no queríamos hacer con nuestras parejas, con el chongo, o con el pibe que nos gustaba? ¿Cuántas accedimos, cuando en realidad no teníamos ganas pero terminamos aceptando por la presión social de cumplir con el mandato patriarcal de ceder siempre ante el placer del otro? Yo me sentí prostituta aun no ejerciéndolo.

La justicia patriarcal no puede ser la solución a los problemas de acoso y violencia
Georgina Orellano / 20 diciembre, 2018
Las putas sabemos el daño que produce en nuestras vidas ese discurso del castigo y la protección, que no es más que la re victimización, infantilización de nuestras voces en esas lecturas de nuestras vivencias donde todes se sienten habilitades para poder hablar y opinar. El resultado del punitivismo es que un juez y fiscal se arroben las decisiones sobre nuestros cuerpos y nos terminen acorralando con el derecho penal.

Mi experiencia sexual con una persona Down
Georgina Orellano / 6 diciembre, 2017
Su hijo de 20 años tenía síndrome de down. El cuidado recayó 100% en su madre. En su casa y en el instituto no se hablaba de sexo. Siempre se lo miró como un ser infantil y asexuado. Él no sentía, no podía desear, era lo que le decían cuando ella buscaba consejos de cómo abordar la sexualidad de su hijo.