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11 Pasos

Explora tus emociones y encuentra quién eres

Todo lo que necesitas para trazar tu ruta de vida, proviene de ti mismo. De la exploración de tus emociones y la capacidad de soltar lo que no aporta. La práctica del yoga es un camino de autoconocimiento y de encuentro con un estado de plenitud.

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Esta es una opinión

Foto: Pexels

Las lunas y los ciclos nos recuerdan la importancia de escuchar y de conocernos. Muchas de nuestras emociones, especialmente las que buscamos evitar, nos atraen con más fuerza cuando intentamos resistirnos y es cuando más necesario se hace evaluar la relación que sostenemos con esas emociones. Hay momentos específicos en que debemos profundizar más en nosotros mismos. Como dicen los maestros espirituales más elevados: no somos nuestros pensamientos ni nuestras emociones; éstos son sólo experiencias que atravesamos como seres humanos.

La meditación nos ayuda a observar y a no involucrarnos necesariamente con todas ellas, sino a sentirlas, verlas, hasta a amarlas y luego soltarlas. Es cuando las vemos que podemos transformarlas. No tengas miedo de buscar ayuda y trabajar en ti. A lo interno, siempre hay algo que sabemos de nosotros mismos que nadie más sabe. Hay una imagen en nuestra mente de lo que somos capaces de ser y convertirnos. Cree en esa imagen. Cree en ti y cree en tu corazón.

Cuando meditamos, comenzamos a quitar capas en nuestro inconsciente. Una capa a la vez, podemos compararla como a la clásica analogía del diamante budista. “Todos somos un diamante”, y nuestro trabajo es ir limpiando cada pensamiento, creencia y diálogo interno externo a nuestra verdadera naturaleza para llegar al centro de nosotros: la pura luz, o el diamante. Otra manera de comprender esta analogía es saber que estas capas no somos nosotros, son más bien la idea errónea de quienes somos, identidades en base a experiencias, pensamientos y emociones que creemos que somos y nos limitan a conectar con este diamante o la luz que todos llevamos dentro.

Más allá de la interpretación, lo mágico de este proceso es que llegamos a comprender que mientras más nos alejamos de esta idea limitada de lo que somos, tomamos las riendas de nuestra propia vida. Y cuando tomamos las riendas de nuestra propia vida comenzamos con uno de los caminos más fascinantes que podemos emprender: el de crearnos, reinventarnos, volver a nacer u otra manera de decirlo. Recordar lo que hemos sido siempre.

Muchos de nosotros hemos pensado o pensamos que esto es algo imposible, sobrenatural. Entonces me atrevo a incluir un paso importante que requiere este camino y es la fe.

Otra manera en la cual los Vedas han explicado la meditación es a través de la palabra fe. Ellos se refirieron a la fe como una forma de imaginación creativa y una manera de entrar en el orden divino, de supremo ratio. "La fe no es sólo la voluntad de aceptar una verdad dinámica, sino que es esta misma verdad dinámica tomando control de nuestras actitudes e imponiéndose sobre las dudas, eliminándolas una a una", dice Manly P. Hall. Y también: "El misticismo afirma que la verdad no puede ser poseída siquiera por la mente. Por una virtud peculiar a sí mismo, sin embargo, el corazón puede ser poseído por la verdad". La verdad es un fruto del corazón, que es a su vez, en toda ley, un fruto viviente de la verdad.

Pero ¿cómo llegar a este punto? Cuando meditamos y llegamos al silencio, allí donde ya no hay más voces que no pertenecen a nuestra verdadera naturaleza. Las voces pueden ser  afirmaciones aprendidas o heredadas como “yo soy inútil”, “seré feliz cuando x o y suceda”, “soy una persona depresiva”, “la vida es demasiado dolorosa e injusta”, “yo debería de ser esto porque es lo normal”, etc. Cuando dejamos pasar estas constantes afirmaciones llegamos a un punto donde nos encontramos con una voz que, literalmente, se siente que viene de un lugar superior. Algunos la llaman “hablar y escuchar a Dios”, otros “intuición”.

Es aquí cuando vemos quién somos en realidad y en lo que somos capaces de convertirnos. Nos damos cuenta de que el cambio está en el presente y por tanto, nos pertenece. Pero claro, es necesario tomarnos el tiempo y el espacio para meditar. El yoga como disciplina y práctica nos ayuda a escucharnos, pero es muy importante complementarlo con meditación y la belleza de este camino es que tu práctica de yoga se convierte en una meditación en movimiento en la cual trabajas diferentes chakras o puntos energéticos en el cuerpo que están vinculados directamente con diferentes facetas de nuestra vida: la mente y autocontrol (estómago), las emociones y creatividad  (órganos genitales), nuestra capacidad de expresarnos (garganta), nuestra capacidad de amar y abrirnos al mundo (corazón), nuestra capacidad de ver hacia dentro y creer en nuestra intuición (entrecejo), nuestra capacidad de sentirnos parte de algo y protegidos de ese algo (caderas) y nuestros miedos y capacidad de conectarnos con algo más grande que nosotros (coronilla o parte superior de la cabeza).

Este trabajo individual brinda armonía a nuestra vida, con sentido de plenitud y comprensión. Y nos ayuda a disfrutar más de la experiencia como seres humanos. El cuerpo es algo que tendremos que soltar por más que no queramos, y así como el cuerpo, podemos comenzar con nuestros pensamientos y emociones y cuestionarnos a nosotros mismos quién realmente somos . Tenemos toda la posibilidad de ser felices y vivir en paz, pero debemos buscar y creer en nuestro interior.

Cindy Barascout
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Escritora y yoguini, viajera y divemaster. Amante de la naturaleza, la humanidad y el arte sin límites. Del cine y la música. De los viajes internos y físicos. Estudió periodismo, edición y escritura creativa.


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