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Cómo Hollywood y Halloween logran sacar nuestros miedos de niños

Mi cuota de miedo me la consumí antes de los 13 años. Desde entonces, a las únicas cuestiones que les tengo miedo es a los demonios internos, a aquellos que son individuales a cada quien, generalmente del pasado. Digamos que gasté mi cuota gracias a la leyenda de la Llorona y al inolvidable Freddy Krouger de Nightmare on Elm Street.

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Esta es una opinión

La Llorona.

Foto: Telemundo

Para recordarnos, Fredy Kruger en 1991:

 

 

A mi cobarde favor, los que han estudiado el desarrollo humano nos cuentan acerca de las diversas funciones del miedo. El argentino Ricardo Rodulfo lo explica de manera muy clara: lo que tenemos frente al miedo del pequeño a la oscuridad es la autoconsciencia de su individualidad. Es decir, solo puedo sentir miedo cuando me enfrento a la soledad, y únicamente me puedo sentir solo cuando me sé separado de mis figuras importantes (los padres en general, pero la madre principalmente); aunque estos procesos son la base de la autonomía.

A propósito del “Día de brujas”, hoy, pensaba como “burlarnos” de los miedos, hacerlos divertidos. Si nos podemos apropiar de lo que nos asusta: la noche, la bruja, el monstruo, la momia, verán que ya no nos parecerán tan amenazantes.

A este propósito, habría que pensar qué simbolizan aquellas cosas que nos aterrorizan.

Empecemos con la “Llorona”. La leyenda consensuada es que se trata de una madre que ahogó a su hijo, y lo ahora busca durante las noches. Esta idea de una mujer enloquecida al matar a sus hijos se repite en más de una cultura, pensémoslo así: hay algo abrumadoramente aterrador de lo que se considera anti-natura por definición: el parricidio, más aún en la mano de la dadora de vida. Esto nos aterra. A todos.

Este simbolismo de la relación primaria y del retorno de lo infantil resuena también en la imagen de la típica huérfana de las películas, o lo terrorífico que parecen ser los muñecos de porcelana (por representar al menos dos cuestiones: algo “antiguo” del pasado y algo sin vida). Pensemos cómo la presencia de juguetes, payasos y las rimas infantiles en las películas aumentan la situación de terror.

Pareciera que Hollywood sabe algo, y esto es que los miedos están asociados a cuestiones de niños, que lo más temible es que el vínculo primario no funcione como debiera ser, en protección del pequeño y que lo que no se dio entonces, resurja más adelante y nos “atormente”.

La profundidad del tema excede este post, pero me gustaría mencionar una diferencia importante entre los tormentos de los pequeños y los de los adolescentes, muy bien representado en la parodia “Scary Movie” o “Sé lo que hiciste el verano pasado”, acerca del género de terror en las películas. Primero es que si de pequeños eran los relatos acerca del pasado lo que temíamos, por cuestiones de edad e intereses, son primordialmente las películas las que transportan el simbolismo de los temores adolescentes.

 

Me detendré en dos elementos: generalmente se tratan de un grupo de chicos, lejos de la supervisión parental, que consumen alcohol y tienen relaciones sexuales. Si bien hay algunas en las que son mujeres las que persiguen a los miembros del grupo, en general son hombres sádicos en venganza de algo del pasado.

¿Qué representan estos villanos? ¿Será acaso que son las formas simbólicas de representar los miedos del adolescente que, sin supervisión de sus papás se debe enfrentar a la emergencia de temas sexuales y que domina muchas veces con substancias para quitarse la ansiedad de la escena social?

Sea como fuere, la práctica clínica me ha enseñado que la mejor manera de trabajar los miedos es empezar por nombrarlos.

Trick or treat!

Claudia Castro Ruiz
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Orgullosa guatemalteca. Dice mi mamá que soy heredera de hadas y amazonas, y que soy psicóloga porque no he querido ser psíquica. Me fascina la mente humana. Del mundo y su magia, lo que más me interesa es presentárselo amablemente a mi hija.


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COMENTARIOS

RESPUESTAS

    Claudia Castro Ruiz
    Claudia Castro Ruiz /
    20/11/2014 10:33 PM

    Gracias Mercedes, es así, ser madre da una perspectiva muy distinta a los fenómenos de infancia. Saludos de regreso! :)

    ¡Ay no!

    ¡Nítido!

    Mercedes Escoto /

    03/11/2014 3:08 PM

    Muy ilustrativo su artículo, tanto que copié a mano el primer párrafo para analizarlo "a solas" y darle la relevancia que tiene, en efecto, esas historias que tienen que ver con niños, a mi forma de ver, son las más terroríficas, y que después de convertirme en madre han tomado mucha más relevancia al extremo de no soportarlas... no me recuerdo de la última película de terror que vi.
    Saludos!

    ¡Ay no!

    ¡Nítido!



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