El logro más palpable de los últimos gobiernos ha sido el Ministerio del Dolor. La placebo-política cumple las normas a la perfección en dicha dependencia, permitiendo así que cada ciudadano se habitúe a las torturas de la cotidianidad dentro de nuestro Estado de Corrupción. El destacado Ministerio del Dolor ha convertido a cada poblador en testigo y víctima de su eficiencia, configurándonos a todos dentro de un órgano sin personalidad ni patrimonio: dóciles, dormidos, paralizados por el miedo, sin ganas de nada, más que de dar like a su performance de autoridad. El Ministerio del Dolor subsidia mis intentos de placebo-arte, por lo cual estoy eternamente agradecido. A él le debo todo lo que soy. Gracias por cumplir, querido Ministerio.
COMENTARIOS
Alejandro Sánchez /
Excelentes fotografías y agudas ironías. Parece ser que Orwell impera más allá de 1984...y el Ministerio del Amor resuena en las calles de esta ciudad.