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El trabajo de descargador de bultos en la zona 8

Oficios informales hay muchos. Pero hay uno poco conocido en Ciudad de Guatemala. Los descargadores. En la 41 calle y Avenida Bolívar de la zona 8, decenas de hombres transportan carga sobre los hombros y la espalda para llevarla de furgones a bodegas y comercios.

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Dibujo inspirado en la fotogalería.

Dibujo por: Desirée Cordón, lectora de Nómada

Me acerqué para averiguar un poco de su historia, sin conocer a ninguno.

"El año pasado conocí a unos muchachos que me apoyaron para tomar unas fotografías, ¿no los han visto?", pregunté a un grupo con mochilas al hombro.

Me refieren con un señor mayor, que lleva más tiempo en el lugar. Los de las mochilas son recién llegados.

Las referencias del sector no son buenas, asaltan mucho, aunque eso es en casi toda la ciudad. Cruzo la calle, desconfiado, y saludo al señor mayor. Le pregunto, de la manera más amable, si conoce a los muchachos que me ayudaron el año pasado para unas fotografías, pero tampoco. Por suerte el señor era accesible.

Me identifiqué como fotógrafo y se identificó como Agustín, de Santa Rosa, de 73 años y 35 años de estar en la 41 calle y Avenida Bolívar. "¿A qué se dedican ustedes?", pregunté. "Al cargue y descargue de furgones, camiones o cualquier trabajo. Pero más nos buscan para descargar. Aquí mucha gente viene para ver si los contratan como una cuadrilla para ir a bodegas, fábricas y comercios para descargar mercadería. Hay muchos jóvenes, pero algunos pasaditos de los 60 años. Como puede ver, hay mucha competencia, pero siempre sale algo".

A veces ganan Q75 por día (cuando el salario mínimo diario ronda los Q100) o si nos va bien, hasta Q200. Algunos días se van sin nada, pero regresan temprano y a veces hasta de madrugada a la espera de una llamada telefónica para ser contratados.

Algo parecido a los migrantes centroamericanos recién llegados a Estados Unidos.

Algunos de los descargadores tienen  la constitución física para este tipo de trabajo, pero hay otros que compensan con habilidades de experiencia para balancear peso en sus cuerpos poco grandes.

"No hay horario para este tipo de oficio", dice don Felipe, de 63 años, contratista de cuadrillas. "Así como ayer al medio día salió un trabajo; anoche a las once de la noche recibí una llamada para descargar un furgón a las doce de la noche. Terminamos a las tres de la madrugada". A las 8.30 de la mañana ya está de nuevo en la 41 calle.

Quise acompañarlos a un "descargue", pero tienen miedo que no los contraten de nuevo si van con un fotógrafo.

De momento, siguen esperando una llamada o que lleguen por ellos para descargar y cargar.

Carlos Sebastián
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De pocas palabras. Escapa de las masas. Testigo de miradas. Fue co-fundador y fotógrafo de Nómada entre 2014 y 2020. Actualmente se dedica a la fotografía y a la ebanistería.


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COMENTARIOS

RESPUESTAS

    Walter Ordóñez /

    18/02/2015 8:31 AM

    Muy buen trabajo. Es como dar un breve vistazo a la vida de los obreros de la carga y descarga. Felicitaciones viejo!

    ¡Ay no!

    ¡Nítido!



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