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11 Pasos

Exposición de Luis González Palma en Madrid

Entrar a la exposición « Constelaciones de lo Intangible » es como entrar en un templo. Aceptamos salir de la turbia de Madrid, de sus treinta y pico grados, de los « venga » y de los « vale », de su música callejera y su olor a calamar frito. Para vivir una experiencia. Adentro.

Cotidianidad P258

Foto: Christina Chirouze

Todo empieza por esa maquinaria –más sala que ascensor– que sube con lentitud y en silencio en el edificio de la Fundación Telefónica, como si nos encaminara lejos del espacio-tiempo. Y nosotros, público, nos entregamos.

En medio de un tenue claroscuro, lo primero que  vemos son dos altos rollos de tela juntos y enrollados. Impresas en ellos, vemos los rostros en blanco y negro de dos indígenas, de mirada profunda y a la vez extrañamente inexpresiva. Los rollos fueron amarrados con hilo rojo, delgado y resistente, a un poste situado a algunos metros de allí. El soporte, la escenografía, la instalación, tan importantes como la fotografía y le dan todo su relieve. La luz alumbra los rostros y partes de esos hilos. Esos hilos que crean un nexo con la sala de exposición, también amarran a los dos personajes, impidiéndoles desenvolverse.

Rojo: ¿venas llenas de sangre hirviente o pequeños chorros inanimados que dejan escapar la vida? La pregunta será el hilo conductor de toda la exposición. Una exposición de profundidad sin expresión, entre fatalismo y esperanza, entre sensibilidad y violencia, entre luz y sombra.

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Luego van apareciendo, cual retablos en altares misteriosos, cientos de miradas iluminadas. Miradas y miradas, miradas profundas que nos adentran en almas humanas. En vidas y vivencias. Esos ojos nos miran y mirándonos nos cuentan. Unos, el horror de los masacres – tumbas y una mujer con aire de Santa María, de mirada humedecida. Otros, el dolor sordo a miembro amputado de las ausencias sin respuesta – sillas vacías colgadas en una pared, fotos de estudio en blanco y negro fijadas con tachuelas. Otros, dignos, nos comparten sus momentos de humillación – un metro midiendo el tamaño de la inteligencia indígena.

Algunos tienen miradas ocultadas.

Así va de Tu mirada me distorsiona sin saberlo, un políptico impreso sobre papel japonés, en el que los guardaespaldas de una familia guatemalteca aparecen vestidos de nobles de la época colonial. Esos rostros morenos, de indígenas o mestizos, duros y cansados a la vez, esos rostros que se suelen ver quemados por el sol en la entrada de bancos o en parqueos de restaurantes, esos mismos que no se suelen fotografiar, cobran aquí una nueva dimensión. La vestimenta, la luz y la repetición los hace aparecer casi como una familia de abolengo. Digo casi, porque el autor arrugó y plegó el papel de tal manera que muchas veces a penas se pueden adivinar los ojos, como en signo de anulación de la personalidad. Solo la postura, solemne, expresa la vida y personalidad de cada uno de ellos.

GONZALEZ PALMA 3 TU MIRADA

GONZALEZ PALMA 4 TU MIRADA

En Lotería I y Lotería II el autor reinterpreta nuestro famoso juego de ferias: ¿drama o comedia humana? Los personajes, ángeles o demonios, borrachos o sirenas son expuestos a la luz de nuestra idiosincrasia actual, y con alto cargo simbólico. La luna: el perfil del astro amarrado a la cara de una mujer desnuda. La muerte: una calavera sostenida por una mujer embarazada. La estrella: una carambola gigante en la cual se acurruca una mujer.  La que retiene mi atención: la bandera. Un joven apunta una pistola sobre su propia sien, pero en vez de bala sale… una bandera de Guatemala. Juegos de azar y de vida, instancias de socialización que, por muy festivas, no son exentas de violencia.

GONZALEZ PALMA 5 LA BANDERA

GONZALEZ PALMA 6 LOTERI¦üA

La mirada crítica, la del autor, está presente en cada obra. Aunque de forma más o menos explícita, González Palma nos ofrece su visión de la sociedad, de las reglas de educación, cuestiona el “bien” y el “mal” y antepone una opinión personal, original, sin palabras, con fineza. Asimismo, la serie Acariciando la angustia pone en escenografía símbolos de boda, impresos y bordados sobre seda. A un despistado, el compromiso del autor pasará desapercibido.

GONZALEZ PALMA 2

Las figuritas parecen las que se colocan sobre los convencionales pasteles, los bordados serán un detalle hecho por la abuelita devota del barrio para bendecir a los novios, pero a medida que uno se acerca, se va dando cuenta : las mujeres sostienen sobre su cabeza el peso de los hombres; mientras que en la parte baja del manto, el bordado rosadito pálido representa una imagen entre lucha libre y violencia de género, rodeada de diamantes – ¿como referencia irónica a la eternidad de la institución matrimonial?  La representación con el modelo de la Santa Sábana, los colores y la iconografía años 30 le da un tono solemne que contrasta con la visión tremendamente crítica de la obra; dándole así más fuerza.

Más recientemente, la obra del artista ha cobrado una dimensión más gráfica.  En la serie “Möbius”, la fotografía es base del lienzo, en composiciones e instalaciones que pueden hacer pensar a veces en Piet Mondrian, otras en Francis Bacon. El tratamiento de la luz cobra una tercera  dimensión, pues no solo está presente en la fotografía sino también en la curaduría de la exposición, insistiendo en algunos puntos, colocando en el misterio de la sombra aspectos más misteriosos. El rojo (base de las impresiones, hilo rojo, etcétera) y el dorado (pan de oro, pintura dorada, láminas de oro) están presentes en la mayoría de sus obras, como referencia al barroco; alusión a la sangre y a la opulencia. Un barroco hecho propio, un barroco tan guatemalteco, un barroco tremendamente actual.

Constelaciones de lo Intangible es un templo, sí. Un templo edificado con la trinidad sangre, sudor y lágrimas para la religión de la sensibilidad humana.

Fundación Telefónica, Madrid. Hasta el 18 de octubre de 2015

Especiales agradecimientos a :

  • Oliva María Rubio. Directora artística de La Fábrica por su estupenda visita de la exposición.
  • María García Yelo. Directora de PHotoEspaña, por darme las claves para entender mejor el festival.
  • Ana Berrugete, directora de exposiciones, por su tiempo y disponibilidad.
  • Y todo el equipo de PHotoEspaña que ofrece un espacio anticrisis a la expresión fotográfica.

Fundación Telefónica, Madrid. Hasta el 18 de octubre de 2015.

Christina Chirouze
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Chapina parisina. Gestora cultural de La Caféothèque. Entre bibliotecas académicas, vagabundeos urbanos y viajes mochileros, sintetizó su pasión por el arte en general, y en especial el de Centroamérica.


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