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Así pasan los días los nuevos rescatistas (de sus familiares y de su propia vida)

El gobierno ya no busca con el mismo ímpetu a los desaparecidos por el Volcán de Fuego. Son los sobrevivientes de las víctimas, quienes se resisten a que queden soterrados bajo la tierra de San Miguel Los Lotes.

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Elder Vásquez busca los cuerpos de 37 familiares, entre ellos el de su pareja y cinco de sus siete hijos, en lo que hasta hace una semana era la comunidad San Miguel Los Lotes.

Foto: Sandra Sebastián.

Ella siempre me decía: 'Mirá, seguí los caminos de Dios, así cuando yo me muera no vas a sufrir'. Eso fue lo que pasó, lo que ella me dijo, lo que ella me encargó, llegó el momento que ella me anunciaba.

Lubia Nib Gualib era una mujer con una fe cristiana que Elder Vásquez aún admira. Estuvieron casados durante 35 años. Se conocieron cuando estudiaban tercero básico en El Rodeo (Escuintla). Estaban en el mismo grado, eran de la misma comunidad y tenían la misma edad. Vásquez se enamoró, le pidió que fuera su novia y a los dos años se casaron. Criaron a siete hijos. A Elder Vásquez le quedan dos hijos vivos: una hija de 30 años y otro, de 14. El resto están abajo de los escombros de San Miguel Los Lotes.

Este hombre ríe con picardía, se le arrugan los ojos y se toca la barbilla, cuando habla de lo guapa que era su esposa Lubia. Recuerda que lo que más le gustaba era su carácter, y que extrañará sus dos especialidades: el pepián y la ensalada rusa. El dueño de la risa pícara busca el cuerpo de su esposa y de 36 familiares más. Busca bajo la ceniza que el Volcán de Fuego arrojó hace ocho días sobre la cuadra donde vivió por más de tres décadas, una tragedia tras la que han aparecido 110 cadáveres hasta la fecha.

Elder Vásquez camina de un lado a otro por un espacio marcado con cinta amarilla. Anda por un un terreno gris donde hace una semana hubo seis casas con seis familias. Recibe llamadas, las rescatistas lo requieren, el piloto de la grúa le pide instrucciones. En la zona cero, el 11 de junio, Vásquez está contra el tiempo, contra el clima.  

La presencia del Gobierno ha disminuido en la zona cero como se conoce a San Miguel Los Lotes desde que fue sepultado porque ahora su prioridad es habilitar la carretera Ruta Nacional 14, que quedó muy dañada por la erupción, que conduce de Sacatepéquez a Escuintla, entre San Juan Alotenango y El Rodeo.

La comunidad San Miguel Los Lotes se encuentra entre el km. 93 y km. 95 de ese tramo. A las ocho de la mañana, toda da la maquinaria del gobierno está enfocada en limpiar la carretera. Un trabajo en vano porque una avalancha de lodo y ceniza vuelve a soterrar la carretera horas después.

Debajo de la arena volcánica, calcula Elder Vásquez, hay unos 500 de sus vecinos soterrados.

El milagro del superviviente

A diferencia de otros vecinos, que confiaron al inicio la búsqueda de familiares a los rescatistas profesionales, Elder Vásquez busca los cuerpos de su familia desde la tarde del 3 de junio. La primera semana, utilizó palas y piochas para buscar, pero no avanzó. Un milagro, dice Elder Vásquez, ocurrió después.

Cuenta que cuando caminaba por San Juan Alotenango un hombre le preguntó si era uno de los afectados, él respondió que sí y le contó su historia. Elder Vásquez no aclara qué día sucedió el milagro, pero sí qué pasó: el desconocido le ofreció la maquinaria que necesitaba para agilizar la búsqueda de sus seres queridos.

Imagínese, ¿quién va a hacer eso? Pero ni [el presidente] Jimmy Morales.

El milagro se transformó en el préstamo de dos máquinas excavadoras y dos pilotos para que busque durante cinco días los restos de 37 personas. Cuenta con ayuda de sus vecinos y familiares sobrevivientes, y una decena de rescatistas de Perú y México para encontrar los cuerpos de Lubia, de sus hijos Jorge Ariel, Randy Noé, Sheila Priscila, Larry Yadiel y Floridalma, y de 30 familiares más.

Un lugar donde volver a ellos

Son las cuatro de la tarde. La búsqueda de sus familiares se suspende por el clima, la lluvia hace que el terreno sea peligroso. Elder Vásquez está sentado frente la cancha deportiva de la iglesia Moradores de Sión, donde ha vivido desde que perdió a su esposa, sus hijos, su casa y su comunidad.

Sentado después de darse un baño, este agricultor, que trabajó medio vida en ingenios azucareros, habla de los dos hijos fallecidos que estudiaban música en la escuela del cantante de pop Ricardo Arjona. Uno practicaba guitarra, otra, flauta. Recuerda que su otro hijo, Jorge, de 28 años, se iba a graduar este año de ingeniero agrónomo de la Universidad Francisco Marroquín, que trabajaba en un ingenio y tenía a su cargo cinco fincas, que vivía con él. La esposa de Jorge dará a luz este mes.

Mi misión era graduarlo como ingeniero. Él me decía: 'Cuándo yo me gradúe tu vida va a cambiar'.

Elder Vásquez quiere encontrar los restos de su familia y enterrarlos, para tener un lugar a dónde volver a ellos. Piensa en dónde retomar su vida, junto a su hijo adolescente de 14 años, que durante el día no aparece por la zona cero ni por el albergue. Le ha propuesto irse a vivir a San Marcos, donde un amigo le comentó que había trabajo. Pero su hijo le dijo que no, que prefiere quedarse en Escuintla. Dice que no se hallaría en otra parte. Mientras tanto, ambos viven en el albergue, junto a casi 150 personas más.

Una carretera arrasada dos veces

La RN-14 quedó sepultada bajo 1.2 millones de toneladas de ceniza volcánica. En la última semana, 300 toneladas fueron recogidas por la Coordinadora de Conservación Vial (Covial). Pero la lluvia que inicia a las 3 de la tarde vuelve a arrasar con toda el área, dejando otra vez un paisaje desolado e intransitable.

La tarde de este lunes volvió a bajar sedimento, piedras y agua de las laderas del volcán por el área de la barranca Las Lajas e inhabilitó dos kilómetros en la misma área donde el gobierno había logrado retirar 700 metros de piedras y arena volcánica de la carretera. Dos horas antes, Conred evacuó a todas las personas presentes en la zona cero. Elder Vásquez, sus vecinos y los Topos aplazan la búsqueda para el martes a las 6 de la mañana.

En medio del aguacero, dos camiones del ejército llegaron a la aldea El Rodeo, para evacuar a las personas que no han desalojado el área, una patrulla de la Policía Nacional Civil quedó atrapada en un río.

El trabajo para que Elder Vásquez encuentre los cuerpos de 37 familiares depende de la buena voluntad ajena. A una semana de la tragedia, los protagonistas en la búsqueda son los rescatistas que nunca fueron capacitados para ser rescatistas, los pobladores de San Miguel Los Lotes.

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