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La última aldea pasa hambre por el Volcán, aislamiento por la lluvia y olvido por el Mundial

Las familias de la aldea Guadalupe buscan comida donde sea. Todos, incluyendo niños, embarazadas y ancianos, caminan de pueblo en pueblo para conseguir maíz, frijol, arroz y cualquier otra cosa para comer. A 74 kilómetros de la Ciudad de Guatemala, esta comunidad intenta sobreponerse a la reciente erupción del Volcán de Fuego, que dañó severamente las cosechas, y a la lluvia permanente, que interrumpió los accesos. Ahora la tarea de todos los días es la sobrevivencia y la aspiración es no ser olvidados por causa del Mundial de Rusia, que empieza mañana.

Guatemala rural P147

Una mujer atraviesa el río Trinidad con dificultades.

Foto: Carlos Sebastián

Entre El Rodeo y la aldea Guadalupe hay 8 kilómetros. La última es una comunidad de 500 familias, alejada de la ayuda y asistencia en medio del desastre de principios hace 10 días. El Rodeo es un poblado cercano al Volcán de Fuego, con un buen acceso para vehículos, y por eso ahí llega la asistencia humanitaria para las víctimas del desastre. Son 8 kilómetros pero el recorrido para buscar comida entre las dos comunidades es extenuante: Hay un calor húmedo, senderos de terracería lodosos y empinados; cuatro ríos que en las tardes se tornan imposibles.

 

Por estos días, desde temprano, hay cientos de personas caminando y buscando ayuda en el camino entre esos dos poblados. Guadalupe es la última comunidad. Para llegar a ella hay que atravesar La Trinidad, Don Pancho, La Reina, pequeñas aldeas y caseríos periféricos. Los vecinos caminan por las veredas, conversan entre sí y se guían por rumores para encontrar los cargamentos de comida en El Rodeo. Pero ninguno tiene claro cómo se reparte la ayuda y no saben si alcanzará para ellos y podrán llevársela a sus casas.

Esperan auxilio del Gobierno, las iglesias o las organizaciones de ayuda. Pero esperan que sea pronto. Saben que solo cuentan con las mañanas antes de que caigan las lluvias y los ríos crezcan. Así que la búsqueda de asistencia se convierte en una carrera de obstáculos.

 

Un anciano tiene dificultades para cargar un saco con ayuda humanitaria. El calor y el cansancio hicieron que cayera al suelo después de que se le hiciera esta fotografía.

Son casi las 11 de la mañana. Un anciano no puede más y cae al suelo justo después de que le ayudan a cargar el costal donde lleva comida. Tirado en la tierra, con la frente sudorosa, tiembla y dice que tiene un calambre. Intentan levantarlo, pero no consigue ponerse de pie. Pasan unos minutos y por fin se reincorpora con la ayuda de dos vecinos que lo cargan de los brazos. Un joven ofrece llevar el paquete de 50 libras hasta su casa y el hombre ya puede caminar con menos peso encima.

 

Sobre sus hombros, Luis Zacarías lleva comida para su casa. A sus 11 años ya tiene responsabilidades de adulto.

 

Otro que está en problemas es Luis Zacarías, de 11 años. Apenas aguanta el peso de una bolsa con unas 35 libras de ayuda. Salió de su casa en Guadalupe rumbo a El Rodeo a las 7 de la mañana y volvió casi 6 horas más tarde. Fue una travesía dura, pero se topó con un fotógrafo que lo ayudó un tramo para cargar el maíz, frijol y azúcar que le pidió su mamá. Llegó a su casa y ahí le recibieron más niños, sus sobrinos, porque los adultos estaban en su propia misión de buscar comida.

El sendero es el retrato de la tragedia en las faldas del Volcán más allá de los albergues.

Hay mujeres que cargan a sus hijos y al mismo tiempo sacos con alimentos. Hombres intentan empujar sus motos en medio de los lodazales. Otras mujeres llevan colchonetas en sus espaldas y acompañan a sus hijas, que llevan pequeñas cargas. Atrás van abuelas del brazo de sus hijos. Solo unos pocos, los más afortunados, consiguen un carro de doble tracción, pero son los menos.

Carmen González tiene 67 años y dice que la situación en las aldeas de Escuintla siempre ha sido difícil, pero con la erupción del volcán y las lluvias todo empeoró. ‘Hoy no conseguí comida, pero tal vez mañana, primero Dios, sí haya algo’, dice. Es una mujer mayor que ya no tiene energía para caminar 8 kilómetros y espera que un picop le dé jalón, pero hoy no tuvo suerte. El carro deja una estela de polvo y la mujer aleja su rostro de la ruta para no aspirarlo. ‘Así como hay gente que ayuda, también en los problemas salen los egoístas’.

 

El fuego, el hambre

El Volcán de Fuego hizo erupción el 3 de junio. Eso provocó que el material piroclástico –rocas y vapores ardientes– y la ceniza acabaran por completo con la comunidad de San Miguel Los Lotes. Ahí, los sobrevivientes del desastre aún buscan a sus familiares desaparecidos y buscan albergue en los refugios.

Pero una erupción no puede ensañarse sólo con una comunidad. Dio para todos. A las otras aldeas les dio una lluvia de ceniza y lahares. La ceniza se traduce en pérdida de cultivos. Y si una familia vive de lo que produce, eso significa pasar hambre.

Los campesinos de la región creen que la siembra de maíz se perdió por completo y que solo quedará una pequeña parte de la cosecha de frijol, que es más resistente a las condiciones adversas. Los que tienen pequeñas parcelas de café también son pesimistas.

El problema se agrava porque varias fincas de caña, café y ganado también cerraron por la emergencia del Volcán. Para los campesinos son jornales menos. En el azúcar de Guatemala, hay fincas que cumplen con todas las exigencias de la ley y otras que no. Cerca de la aldea, por ejemplo, un día de trabajo en la zafra, por ejemplo, se paga con unos Q60, cuando el salario mínimo es de Q90. La falta de jornales se traduce en que no habrá comida sobre sus mesas, en el año 2018.

 

El agua y el aislamiento

La erupción del Volcán de Fuego sólo se sumó a los problemas de cada junio con las lluvias del invierno. El más común es el aislamiento que provoca la crecida de ríos y la falta de puentes.

La lluvia que fue tormenta de este lunes 11 de junio, una de las más fuertes desde que empezó la época lluviosa, provocó crecidas de ríos que cortaron los caminos. El Jute, Las Cañas, Trinidad y Achiguate, los cuatro ríos entre El Rodeo y la aldea Guadalupe ya solo son transitables en carros de doble tracción y motos, y solo por las mañanas. Por la tarde, con las lluvias, es una ruleta rusa.

Aislados, les toma el doble de tiempo llegar a sus trabajos o existir para los centros de acopio para ayuda.

La mayoría de las mujeres de la aldea Guadalupe que tienen trabajo es porque van a la cabecera de Escuintla a hacer labores domésticas. El pago aproximado de una empleada doméstica es de Q1,200, muy lejos de los casi Q3,000 del salario mínimo, pero para muchas eso es mejor que nada. Pero con los ríos crecidos e intransitables, los 25 kilómetros a diario para trabajar en la cabecera departamental son imposibles.

 

 

Este junio los ríos llevan material volcánico. Las nubes de vapor se elevan cuando el agua choca contra la tierra y advierte del riesgo. Los vecinos no saben si son gases tóxicos o vapor de agua hirviendo. Pero tampoco lo quieren averiguar exponiendo sus vidas.

 

El caudal del río El Jute crece por las tardes de invierno y se mezcla con el vapor y los materiales que salen del Volcán de Fuego.

 

Solo después de una hora de espera, cuando el afluente bajó un poco su nivel y se disipó el vapor, algunos atraviesan el río. Así dejan atrás a la aldea el Carmen, a los otros poblados, los caminos complicados y regresan a El Rodeo, donde la realidad es muy distinta.

 

El olvido (y el Mundial)

Hay dos cosas que quieren saber los habitantes de Guadalupe. Qué apoyo van a recibir para recuperar sus cultivos y cómo van a reconectar su aldea con Escuintla, y con el resto de Guatemala.

Pero piensan que el interés del Gobierno y la preocupación por sus vidas se va a empezar a disipar a partir de mañana, cuando empiece el Mundial de futbol en Rusia, al que Guatemala no clasificó, como no ha clasificado en ninguna de las 19 ocasiones previas.

Y Carmen, que ha caminado tres kilómetros porque ningún carro se detiene para llevarla, lo complementa: ‘Ahora que se vio que han sido unos irresponsables para ver lo del Volcán y que no trabajaron para evitar el desastre de aquí, ni dos veces se van a pensar el ponerle más atención al juego de pelota’, puntualizó. ‘Ahora ya solo nos queda esperar la ayuda de la gente de caridad y la que viene de otros países’.

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COMENTARIOS

RESPUESTAS

    Edwar /

    18/06/2018 9:24 AM

    Tendras algun contqcto de algun miembro de esa comunidad.

    ¡Ay no!

    ¡Nítido!

    Jennifer /

    14/06/2018 6:52 PM

    Y las comunidades aun mas metidas y mas incomunicadas? San Andres Osuna? Ceylan? El camino hasta El Zapote no es nada como el camino para hacerle llegar la ayuda hasta allá

    ¡Ay no!

    ¡Nítido!

    Roberto Sáenz /

    14/06/2018 5:57 PM

    Que importante es la solidaridad humana, gracias a todas las personas de buen corazón que quieren y piden ayudar, no cabe duda que los buenas noticias son más, y el bien es mayoría pero es poca noticia. Sí en Guatemala también la sociedad no se queda atrás y continuará ayudando, pero también hay muchos aprovechados, incompetentes y mal intencionados que quieren abusar de la solidaridad de la gente.

    ¡Ay no!

    ¡Nítido!

    Yo no me llamo Javier /

    13/06/2018 2:39 PM

    Ya lo dijo Karl Marx: "el futbol es el opio de las masas" jeje. Bueno, los medios comprometidos con la realidad nacional como Nómada, seguro no dejarán que se queden en el olvido todas las necesidades que padecen las personas afectadas. Ojalá y pase pronto la bulla del mundial y al que le guste ese deporte que lo disfruten mucho, pero que no se olviden de la realidad social de su entorno.

    ¡Ay no!

    ¡Nítido!

    Esther Brol /

    13/06/2018 10:52 AM

    ¡Hola! Como Club Rotario Guatemala La Reforma podemos ver de llevar apoyo. ¿Nos pueden dar un dato de contacto?

    ¡Ay no!

    ¡Nítido!

    Juan Lima /

    13/06/2018 10:18 AM

    Gracias. Conocen alguna organización através de la cual se pueda hacer llegar ayuda a este lugar? menos del gobierno por favor...

    ¡Ay no!

    1

    ¡Nítido!

      Gaby Colorado /

      13/06/2018 10:57 PM

      Por favor me pueden dar el contacto de alguna organización que ayude a estás comunidades, que no sea gubernamental, soy de Guate y vivo en México, aquí tengo muchos víveres que hemos juntado con varios amigos, los queremos mandar a Guatemala pero no encuentro a alguna asociación confiable, por favor!!! Quiero ayudar

      ¡Ay no!

      ¡Nítido!

        Nina /

        14/06/2018 2:53 AM

        Yo mandare mis viveres al Paraninfo Unversitario de la USAC, pienso que estan llevandolos a donde mas se necesita.

        ¡Ay no!

        ¡Nítido!



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