En la 1a Avenida Norte, número 14 de Antigua Guatemala, en una casita azul, se encuentra Canela Antigua. Esta panadería abrió sus puertas en marzo del año pasado y poco a poco ha ido conquistando a los antigueños con sus excelentes panes y postres. He escuchado tanto de ellos, que la semana pasada que estaba por allá, decidí ir a conocer. Fácil de encontrar y en un área poco transitada de la Primera Avenida, encontré parqueo cerca; el aroma me guío hasta la puerta y me ofreció un excelente indicio de lo que encontraría adentro.
Un par de mesas con manteles típicos, algunos letreros divertidos y un pequeño jardín, que resulta un espacio ideal para sentarse a leer y disfrutar algo rico de comer.
En mi visita, empecé con un sándwich de desayuno: dos huevos revueltos, que pedí en pan de sourdough con queso cheddar y chorizo. El chorizo no es el que típico guatemalteco que se están imaginando, sino una rodaja de chorizo español pasado por el sartén, perfecto complemento para el queso y los huevos. El pan estaba perfectamente tostado y las proporciones y sabores se complementaban muy bien.
Luego de disfrutar esa experiencia, llegó el momento difícil: escoger algo dulce para terminar mi visita. No les voy a mentir, no fue nada fácil y terminé llevándome un par de cajas llenas de todo lo que no pude probar en esta ocasión, pues ya no me cabía y todo se miraba genial.
Aproveché entonces para comer una galleta de Chocolate Chip: realmente diferente, con un toque de whisky en lugar de esencia de vainilla, suave y húmeda. Sin lugar a dudas, ¡mi nueva galleta favorita!
También me llevé una selección de otras galletas en el menú: de chocolate y de azúcar con limón que estaban geniales, refrescantes y diferentes, además de un blondie. Para los que no saben, es un brownie pero de chocolate blanco. En Canela Antigua lo preparan con un caramelo crujiente que le añade un toque inesperado y muy bueno.
Y como no todo puede ser dulce, aproveché para llevar unos panes a mi casa, en este caso, bagels y focaccias de tomate rostizado que me saboreé todo el camino, gracias al aroma con que inundaron mi carro.
Una excelente visita con buen servicio y sabores espectaculares, definitivamente regresaré.
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