Los amores con la comida no pasan nunca

Todo me parece rico, ya sean las versiones más auténticas, que he tenido suerte de probar con mis amigos de ascendencia asiática, o las más comerciales.  Así que, cuando vi ese caballo entre la 12 calle y 2 avenida de la zona 10, pegué un gritito de alegría que asustó un poco a mi mamá que iba en el carro conmigo. ¡Ya hay P. F. Chang's en Guatemala!

Conocer Avia fue una experiencia en sí misma: desde que se entra al parqueo (cuando al fin se logra entrar, porque es un poco confuso la primera vez), se puede notar que no es el típico edificio. Al llegar a las escaleras del sótano se escucha música clásica y murales con imágenes de instrumentos musicales. En el primer piso lo primero que llama la atención es la pared verde del fondo, el área abierta y el arte que cubre las paredes.

Llegamos al restaurante, nos sentaron en el área de afuera y llegó el momento de tomar una decisión. Eso es un poco difícil cuando el menú es tan extenso, pero lo logramos con varias entradas que nos llamaban la atención.

Los lettuce wraps (q70), con esa combinación de fresco y crujiente, relleno del stir fry fueron tan interesantes como sonaban. Me gustaron mucho más que los tacos fritos, por su mezcla tan rica de sabores.

Llegaron los egg rolls (q45) y tal vez el problema fue haberlos pedido junto con el plato anterior. Estaban bien preparados y sabían rico, pero, al lado de los wraps, no destacaban.

Continuamos con unos Orange Ginger Edamame (q50) y esos sí, lastimosamente, dejaron algo qué desear. El sabor poco memorable no le hace honor al nombre del plato.

Volvimos a ser felices con los Dumplings de cerdo (q62). Los sirven sobre un plato largo y les ponen la salsa debajo. Tenía suficiente acidez, la proteína estaba bien complementada y la textura estaba muy rica.

Ahora, los Wantongs de cangrejo (q55) verdaderamente nos subieron el estado de felicidad. Como los preparan a mano, no tienen la forma a la que estamos acostumbrados en Guate, pero no dejan de verse bonitos. Los pasan en un plato amarillo que hace que resalten, con una salsa picante que también ponen debajo de los Wantongs y que les queda muy bien.

Por último, los Dinamite Shrimp (q68), servidos en una copa de Martini. Nos llamó de inmediato la atención por su olor y el color anaranjado brillante, como una promesa del sabor vibrante por venir. Con su preparación en tempura, fue el plato favorito de toda la mesa.

Todo lo acompañamos de un par de cervezas (q25) y atendidas por un buen mesero. Definitivamente tendremos qué regresar. La próxima nos animamos a uno de los platos fuerte y quizás hasta el pastel de chocolate que se mira espectacular, pero definitivamente es para compartir.