Montaditos sobre pan, carne y queso

No es un concepto guatemalteco, pues estamos acostumbrados a un servicio de mesa y bueno de por sí. La dinámica es diferente pero fácil de comprender. Uno lee la carta, apunta en el papel que se encuentra en la mesa que quiere y ya se acerca a la caja a entregar su orden y de un solo se cancela. Te entregan tus bebidas y vas de nuevo a tu mesa. Unas mesas un poco bajas y pequeñas complementan la imagen del restaurante en un ambiente relajado.

Pocos minutos después, te llaman por un micrófono y vas a recoger tu comida. La nuestra apenas cabía en la mesa pero al quitar los menús y demás logramos colocar todo. Debo decir que a pesar del tipo de servicio y tener que estar parando por todo, la comida me encantó.

La calidad y sabores de los productos es muy buena, y todo estaba muy fresco. Los montaditos calientes tienen el nombre del restaurante, un detalle innovador. Debo admitir que lo que más me agradó fue la diferencia de no ser solo una cadena más que te ofrece lo mismo de la misma forma y en la misma presentación.

Las variedades son inmensas, tanto que nos tomó tiempo decidirnos porque todo sonaba genial, y lo estuvo. Tan es así que no creo que existiera una persona que no encontrara algo justo a su gusto, desde vegetariano hasta toda la variedad de carnes y quesos por las que son conocidas los españoles. Si alguien no quisiera decidir entre tantos platos, también tienen opciones de montaditos que ellos escogieron como buenas combinaciones para diferentes gustos.

Para nosotras, el tamaño de las porciones resultaron más que suficiente, aunque noté que en varias mesas a nuestro alrededor, los comensales se pararon para pedir otros platos o agregar más comida a sus pedidos originales.

Disfruté la experiencia. La comida muy buena y ambas comimos de todo, acompañadas de un tarro de cerveza y agua,por menos de Q180. Una cuenta razonable por todo lo que consumimos y la calidad de los ingredientes.