Nosotros, como siempre, nos fuimos por un poco de todo. Empezamos con un arroz de azafrán (Q40), preparado con arroz basmati y cocido al vapor. Muy bien elaborado, con un balance de hierbas orientales ideal.
Acompañamos el arroz con pollo tandoori (Q90). Su cocimiento en horno de barro le da un sabor especial, con un naan de ajo y bien aderezado. También ordenamos un pollo korma (Q82), que resultó ser mi opción favorita: pechugas de pollo cocinadas con hierbas y terminado con una salsa de semillas de marañón espectacular.
Y claro, no se puede comer comida de este tipo –con este nivel de picante– sin acompañarla con raita (Q20). El raita es una mezcla de yogurt, pepino, zanahoria, tomate y piña. Es el acompañamiento ideal, pues permite bajar el picante de la comida y limpiar el paladar para poder disfrutar adecuadamente todos los sabores.
El servicio estuvo muy atento y agradable. Los platos llegaron con prontitud. Una excelente experiencia que tendré que repetir para probar diferentes platillos.
Roberto M. Barreto /
Para los amantes de los platillos escandalosos y que gustan de filosofar, les dejo el ultimo bocado de la riña entre dos amantes, que se diviertan. Jose Rubén Zamora al banquillo. Ayer interpuse una demanda contra José Rubén Zamora por los delitos de calumnia e injuria, debido a que el martes pasado él afirmó que soy esbirro de alguien a quien acusa de narcotraficante, una relación que deberá el ahora sindicado demostrar en los tribunales, al igual que su afirmación en el sentido que soy un contrabandista y además ladrón de impuestos, y que Byron Lima financió la fundación que dirijo, a la que mariconamente Zamora llama Fundaterror. Que soy un rústico, vulgar y homofóbico, escribió Zamora espantado, y delicadamente afirma que no responderá a lo que de él he dicho y sostengo. Vaya si no es un caradura, a quien resulta que hay que tocar con el suave pétalo de una rosa, so pena de ofender su delicada sensibilidad. Tiene una oportunidad de oro enfrente Zamora; podría sepultarme en la cárcel, porque al demostrar ante un jurado que es cierto tan solo uno de los extremos de que me acusa, se abriría una causa penal en mi contra, mientras que si él resulta condenado -como seguramente será- agregaría una enorme mancha más a su raída reputación de mentiroso extorsionista, a quien ni siquiera los columnistas de su diario apoyan, porque están de acuerdo conmigo en que lo que Zamora hace es cualquier cosa, menos periodismo.
“El Puyo Zamora podría acudir a lo que mejor sabe hacer: victimizarse.”
De lo que José Rubén Zamora pude estar seguro, porque lo he demostrado, es que soy tenaz, persistente y resistente, y que tarde o temprano pondrá su trasero en el banquillo de los acusados, y que voy hacer que pierda el juicio. De nada le servirá que él y sus amigos de la prensa y sus patrocinadores del Zabala y el Ministerio de la Defensa trafiquen influencias, porque si algo no está dispuesto a permitir este país, es que haya más personas que se sientan superiores a la Ley. Zamora tendrá que abandonar su plácida residencia de Doral, en Miami, para trasladarse a Guatemala a enfrentar este proceso, y quién sabe cuántos más. El Puyo Zamora podría acudir a lo que mejor sabe hacer: victimizarse. Es mejor que omita los teatros de falsos allanamientos y atentados, porque ya los guatemaltecos están hartos de ellos y no se los creen a personas como él, Ramón Cadena o Frank La Rue; vividores todos, que han creado un país de espejismos, en el que la mayor parte de la prensa se presta al juego de la desinformación, como en el caso de tráfico de influencias alrededor de la magistrada Blanca Stalling y Roberto López
Anton /
El fin de semana pasado fui a visitar el restaurante Everest, debo admitir que la comida estaba muy bien preparada y los sabores son exquisitos. Sin embargo, el servicio es de los peores que he recibido en algún restaurante de Guatemala. No solo fue tardado, sino también incompleto. Tardaron casi 10 minutos en llegar a tomar la orden, luego tardaron un tiempo que considero adecuado en llevar los platillos, sin embargo los llevaron en desorden, entradas llegaron junto a platos fuertes y además, no llevaron uno de los platos que habíamos solicitado. Las mesas a nuestro al rededor estaban sucias y en la hora y media, aproximadamente, que estuvimos en el restaurante, las mesas permanecieron sucias. Tuvimos que pedir que nos retiraran los platos porque ellos no lo hacían. En conclusión, fue una sensación mixta. La idea de este restaurante creo que es transmitir una experiencia diferente, la comida contribuye mucho, pero lo lograrían a la perfección si tan solo el servicio estuviera a la altura.
f de leon /
Que buena opcion.
Claudia Rodas /
Gracias por la sugerencia y la sinopsis... he buscado un buen restaurante de comida de la India en Guatemala, y definitivamente iré a probarlo.
hari /
A mi dijeron muchos personas que es comida es muy rico bamos a ir pronto en restaurante
Ram /
EVEREST RESTAURANT & BAR
Andrea Ruano /
Deberías de ir a Toko Baru en Antigua, recomendadisimo!
Mercedes Escoto /
Y el nombre del restaurante??
Alejandro /
Everest
Debora /
Everest, en la Noria.