Se trajeron el Puerto a la Ciudad

La semana pasada estaba con antojo de ceviche y una cerveza. Y con tres amigas fuimos a probar la promesa del traslado del auténtico restaurante Martita del Puerto de San José al corazón de la zona 10. Esta fue la experiencia con la que nos encontramos.

En primer lugar, lograron empaquetar ese sabor de comida de puerto por el que son tan conocidos, pero le agregaron unos toques diferentes. En vez de manteles individuales alegremente decorados, más de playa, convirtieron el restaurante a un estilo urbano, más minimalista.

La Pérgola de Martita lo recibe a una con colores frescos y limpios, con mucho blanco, los centro de mesa de papel cartón, bonitos y simples. Para comenzar nos trajeron un plato de chiles rellenos que estaban bien hechos, crujientes pero suaves. Una combinación acertada para acompañar nuestra cerveza. Acá la foto: Una mezcla de tradición con gourmet con puerto.

Decidir entre un menú que luce tan bien nos costó a las cuatro. Tanto que yo, quien más ganas tenía de ceviche, me terminé decidiendo por un pargo al ajillo.

El pescado, a diferencia de lo que le ha pasado a mi colega Marco Gavio, sí estaba muy bien cocinado. La  salsa tenía un término ideal, estaba homogénea y suave. Me dejó muy contenta con mi decisión.

Dos de mis amigas se lanzaron por el ceviche y prefirieron uno peruano, que en este caso estaba acompañado con maíces y unos auténticos ajís peruanos. El sabor estaba en su punto y la textura, buenísima. Además, buena presentación. La próxima vez, sin duda lo pediré en vez de robar la mitad a mi comensal.

La cuarta de nosotras escogió la sopa de mariscos, grande para que incluyera langosta, y no dudó en repetir a los cuatro vientos que quedó satisfecha. Pero eso no sería hacerle justicia al plato. El sabor estaba maravilloso. Los mariscos, en su punto y ¡no regatearon a la hora de colocarlos en el plato! Parecía más bien una mezcla abundante de mariscos (mejillones, pescado, camarones, jaibas y langosta) con un poquito sopa, a diferencia de muchos lugares en los que a la hora de la sopa hay que buscar los mariscos en otros lugares de la mesa. Al punto que todas tuvimos que ayudarla a terminarlo; un sacrificio.

No tengo ninguna queja de la Pérgola de Martita (del Puerto) en la zona 10. Bien elaborado, bien presentado y a un precio razonable. Menos de Q700 entre cinco personas. Q140 por cabeza incluyendo plato fuerte, cervezas y hasta un par de cocas light.

Por si esto no le convence, lo que se robó la experiencia fue el servicio. Nos atendieron como en el Puerto. Agradable y eficiente, sin un solo “pero”, todo fue servido con una sonrisa y mucho carisma. Pareciera que no solo se trajeron la comida del puerto si no también a su gente, tan calurosa y agradable.