Salgo de casa, me veo en el espejo, respiro y me siento lista para salir. No fue fácil callar las voces de odio pero lo logré.
Camino por la calle, volteo una vez y otra vez. Hay algo en mí que me susurra: tienes suerte “no se han dado cuenta”. Pienso en lo estresante que se vuelve mirar al piso para no ver sus rostros impregnados con asco, incertidumbre de adivinar qué soy.
Sí. A veces me convencen de que “hay algo qué darse cuenta”, de que ser trans es un “engaño” y justifica sus miradas, sus palabras o incluso que lleguen a sentirse tan ofendidos por mi existencia y que un arma defina el último día de mi vida.
Es así. Algo que viene y va. Agota, ¿por qué tengo que ser yo la que tiene que adaptarse a resistir y ellos quienes tienen que hacer la tarea de cuestionarse?
Sé que no soy un engaño. Pero allá fuera la “certeza” de quién es una “verdadera mujer” pasa por un sistema que piensa que sólo hay una única forma de ser mujer. Sin mirar más allá. Incluso sin mirar que “esa única forma de ser mujer” para las mujeres que no se ajustan, puede ser una sentencia de muerte.
Pero ¿cómo hacer a un lado la idea de que tus pasos pueden ser los últimos? ¿cuándo te acabas de enterar de que a una mujer trans de tu edad la apuñalaron 15 veces?
Sí. Charly tenía 25 años el día que fue asesinada por un grupo de desconocidos en la estética que ella misma emprendió, en Tehuacán, Puebla. Daba clases de baile y era estilista. Fue objeto de golpes y tortura antes de ser apuñalada 15 veces. Su cuerpo fue hallado el 21 de marzo del año en curso. Hasta el momento no hay información pública alguna que dé cuenta del trabajo de las autoridades para esclarecer este delito.
El caso de Charly se suma a los crímenes de odio que se han cometido en el 2018. Se han documentado, por medio de notas periodísticas, al menos diez asesinatos de mujeres trans en México. La mayorìa de los titulares en los medios de comunicación informan de los casos con sesgos completamente morbosos, utilizando un lenguaje sin perspectiva de género y de derechos humanos.
Las notas periodísticas relacionadas a mujeres trans dan cuenta de la distintas violencias estructurales, culturales y directas que enfrentamos.. La información está vinculada con mujeres trans se refiere principalmente acrímenes de odio, discriminación e impunidad.
El Centro de Apoyo a las Identidades Trans A.C., asociación civil dedicada a la defensa de derechos humanos de las personas trans, ha documentado que de 2007 a 2017 han existido 424 casos de crímenes de odio hacia mujeres trans en México. De estos 424 casos, 217 son mujeres trans y sus nombres ni siquiera aparecen en las notas. Incluso cuándo hay reclamo de parte de sus familiares.
En la Ciudad de México casos como Alessa Flores y Paola Ledezma continúan en un proceso en el que el acceso a la justicia no se ha materializado en una sentencia ejemplar por parte del poder judicial y la procuraduría de la Ciudad de México.
Nada es casualidad.
Para dimensionar cada uno de los crímenes de odio cometidos hacia mujeres trans, es necesario tener un enfoque interseccional para contemplar la manera en la que opera la violencia. Las mujeres trans sobreviven a un clima de violencia cotidiana, específicamente por su identidad, su corporalidad, etnicidad y los contextos de pobreza, migración, laborales, trabajo en defensa de derechos humanos y cuestiones etarias que habitan. En esta última característica, son las mujeres trans jóvenes las más afectadas.
Comúnmente, cuando las mujeres trans intentamos trazar un proyecto de vida, vamos, un proyecto de cómo será nuestro día, cosas como contemplar ir al baño en espacios públicos se convierte en un problema que nos ocupa la mente. Desde eso hasta el hecho de saber que un día podemos ser asesinadas. Es agotador. El mensaje social constante es:“aquí lo normal es asesinar a la diferencia”.
Entonces es cuando vienen preguntas como:
¿Qué garantía tiene el proyecto de vida de una mujer trans cuando se vive en el segundo país en crímenes de odio?;
¿Hasta cuándo la impunidad será la garantía y la sensación de que puedes ser la siguiente dejará de existir?
En el México que nos deja el sexenio de Enrique Peña Nieto, los crímenes de odio son la parte más visible y la violencia más radical. Quedan invisibles otras problemáticas como el casi nulo acceso a la salud que lleva a mujeres trans a inyectarse de polímeros en clínicas ilegales, lo cual produce complicaciones de salud que han cobrado vidas. Tampoco se habla de las desapariciones de mujeres trans, o de los suicidios o el abandono de las familias en la edad adulta. No existen cifras oficiales y los pocos casos que se documentan son por parte de defensorxs de derechos humanos y ONG`s.
Pese a los esfuerzos históricos de activistas y aliadxs, a nivel legislativo, sólo Michoacán, Nayarit y Ciudad de México de las 32 entidades federativas cuentan con acceso a cambio de nombre dentro de sus códigos civiles vigentes,
De acuerdo a Letra Ese en “Crímenes por prejuicio”:
“Hasta el momento, a pesar de que en 11 entidades del país se han modificado los códigos penales para considerar a la orientación sexual y/o la identidad de género de las víctimas como una agravante de delitos dolosos, entre ellos el homicidio, no se ha emitido ninguna sentencia bajo estos términos.”
Organizaciones de sociedad civil como CAIT acceso a la justicia dan cuenta dela impunidad constante en el resto del país y de que no hay protocolos de actuación policial en temas LGBTTTI y en tema trans. No hay lineamientos para policías estatales y municipales sobre como se debe de tratar a las poblaciones lgbttti. La tipificación porcrímenes de odio o por identidad y expresión de género no está en todos los códigos estatales. Los medios de comunicación insisten en describir a las mujeres trans desde un enfoque transfóboco; describiendolas como hombres vestidos de mujer, homosexuales o incluso poniendo titulares sensacionalistas como “Joticidio”.
Incluso, dentro del ejercicio de la administración pública de algunos Estados las prácticas de “limpieza social” continúan siendo legítimas. Así como la criminalización que sigue imperante en Torreón, Chihuahua, Zermeño o el acoso de mujeres trans migrantes por parte de policías municipales en Tijuana y Baja California que ONG’s locales han denunciado.
El pasado 29 de Marzo, en marco del Día de la Visibilidad Trans, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos hizo un llamado a los Estados parte de la OEA:
“La Comisión y el Experto Independiente de la ONU también observan con preocupación el riesgo de ciertos tipos de violencia, pobreza y exclusión a los que las personas trans están especialmente expuestas debido a la desigualdad de género y las relaciones de poder que, de manera alarmante, reducen la esperanza de vida promedio de mujeres trans a 35 años en las Américas.”
Cuando en algún espacio como defensora de derechos humanos y mujer trans me preguntan: ¿De qué mueren las mujeres trans en Mèxico ? Con rabia, indignación, miedo, con un profundo dolor, desde la resistencia respondo, que las mujeres trans en México mueren de violencias e impunidad.
En cuestión jurídica no sólo basta el reconocimiento jurídico de la identidad de género ante los registros civiles locales. También se necesita que los mecanismos de justicia operen y se adecuen y la toma de decisiones, que tomen en cuenta los protocolos como Protocolo de actuación para quienes imparten justicia en casos que involucren la orientación sexual o la identidad de género o usar el Protocolo de la Procuraduría General de la República en casos que involucren la orientación sexual y la identidad de género.
La rendición de cuentas del trabajo de las autoridades en los tres niveles a nivel local y federal, la exigencia ante los mecanismos de derechos humanos son un asunto pendiente en el tema de identidad de género y orientación sexual. La manera de convocarnos necesariamente tiene que ser Interseccional con estas características, incluso en el tema de movilización social.
En este contexto, donde lxs representantes fueron elegidos, es necesario insistir que los derechos no se negocian y las libertades no deben de estar sometidas a consulta porque en ellas van la vidas, vidas como las de las mujeres trans que son arrebatadas desde la aversión.
La impunidad es la complicidad del Estado en turno y la asimilación de la violencia.
¿Está listo el proyecto de Andrés Manuel López Obrador para frenar los discursos de odio que cobran vidas y asumir que las vidas de las mujeres trans también importan?
¿Para escuchar cuando exigimos ¡Memoria, verdad y justicia! respetando la autonomía de nuestro movimiento y sin someterlo a sus intereses?
Porque en estos tiempos no basta decir “yo no discrimino” o dedicar minutos de silencio ante el duelo interminable que vivimos mes a mes. Es urgente transformar la indignación en acción. Desde la ética de convocarnos día a día a ser conscientes del cuerpo que habitamos y las dinámicas sociales que lo enmarcan, donde las mujeres trans continuamos siendo vistas como objeto de violencias antes que como sujetas a de derechos y libertades o incluso sujetas de afectos.
Reconozcamos que existe un mundo que sigue bajo las expectativas sociales de que el sexo biológico traza la vida de una persona y que luego esas expectativas se traducen en desigualdades estructurales que vandesde la precarización hasta quién vive y quién muere por la identidad que habite.
Recuperar la memoria Memoria y exigir no repetición a los crímenes de odio hacia personas trans es ya una diferencia frente aquel horizonte de incertidumbre para las siguientes generaciones al construir su proyecto de vida.
En tiempos donde los discursos de odio cobran la vida de cientos mujeres trans año tras año la idea radical de que nuestras vidas también importan debe ser sostenida como algo irrenunciable. Los minutos de silencio no alcanzan cuando la impunidad ensordece las voces que exigen justicia por las mujeres trans. Nos cansamos de vivir de luto,
Es un hecho que las mujeres trans requerimos de nosotras mismas y de aliadxs para transicionar colectivamente a un país y un mundo más justos. Pensarnos desde la creatividad, la empatía y honestidad radical para situarnos. Con miras a vidas más habitables, más vivibles y con una dignidad íntegra, donde las mujeres trans renunciemos a la sensación de ser la siguiente ante cada injusticia y el mundo sea un lugar que consideremos un nuevo hogar.
¡Nos necesitamos!
Victor lopez /
Doña rubí ya lo leí ; y ese señor está equivocado habla de todo y no dice nada, le voy a poner un ejemplo: por que aquí en guatemala cuando fusilan , fusilan hombres y no mujeres. Que corona tienen las mujeres asesinas para no ir al patíbulo, y cuando matan a choferes no podríamos alegar ; que es asesinato de género masculino... Repito TODAS LAS VIDAS VALEN LO MISMO su vida es sagrada tanto como la mía. El género pasa a segundo plano, don Kike esta equivocado... Es cierto que existen ; jack el destripador , pero a ellos lo que les corresponde es el patíbulo. Usted vale mucho por quien es, por sus valores, principios... Pero no por ser mujer ... Así cómo hay hombres malos también hay mujeres malas ; ahí le va un ejemplo: la esposa de potifar, acuso a José injustamente , y fue a parar preso. La sobrina de herodes pidió la cabeza de Juan el bautista y este le mandó a decapitar . Donde deja a matahari? recuerda de una mujer que mato a su hija por que tenía hambre y comió unas tostadas , que por cierto el esposo estuvo preso injustamente. Y donde deja a las mareras que matan hombres ... Que nombré se le ocurre a usted que se le puede poner a este tipo de crimen ?don kike esta equivocado.
Rubí /
Las mujeres y las personas trans son victimas de violencia machista, las mujeres lo son por su condición de mujer (hembra de la especie humana) las personas Trans la sufren por ser trans, el género (femenino y masculino) se IMPONE en función al sexo y es la forma de opresión mas grande hacia la mujer, nos limita a hombre y mujeres, no es algo que eliges repito se impone, por eso uno de los pilares del feminismo es la abolición del genero, no se puede reducir el concepto de mujer a un conjunto de estereotipos misoginos (pelo largo, maquillaje, vestido, zapatos altos, etc.) el feminismo y el transactivismo son luchas muy diferentes, es importante dejar de hacer un chirmol con todo esto, transfeminicidios es un concepto que no existe, el feminicidio si.
Víctor lopez /
Doña rubí: si existe el fémicidio, tiene que existir el hombricidio, YA QUE LA MUJER TAMBIÉN MATA, SECUESTRA,SEDUCE... Respecto a la abolición del género también se equivoca... El hombre será hombre y la mujer mujer hasta que se acabe el mundo.... Por eso el trans y el feminismo , son primos, se pelean pero después se unen... LOS DOS MOVIMIENTOS SON : lo dos caras de una misma moneda...
Víctor López /
La vida es más lo más valioso que hay : sea trans, hombre, mujer , NADIE tiene derecho de quitar la vida de otro. La violencia las sufrimos todos, no hay que enfocarse solo en un solo género... Ninguna vida vale más que otra , la vida del hombre no vale más que el de una mujer... Ni la de un tráns vale más que una mujer, quien mate a una persona : merece el patíbulo, AUN QUE UN TRÁNS MATE A OTRO TRANS, igual merece el patíbulo... Por eso su artículo no tiene validez...
Rubí /
Si, la violencia la sufrimos todos, pero las mujeres sufren de una en especifico violencia de género, no es que se enfoque en un solo género si no que se le proporciona herramientas al mas oprimido o sea las mujeres, solo basta con una mirada a las noticias para darse cuenta que no es la cantidad de a quienes violentan mas, si no, la FORMA, hombres violentando hombres y hombres violentando mujeres y no solo en la calle si no que también en el hogar, el hecho de que no se quiera ver no quiere decir que no exista, la violencia de género existe.