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Diputados no sueltan la iniciativa del Día Nacional de la Oración para ganar votos de religiosos

Una de las iniciativas que busca ganar simpatía en un posible electorado religioso fue modificada y solo necesita del apoyo de diputados para que la conozca el pleno.

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El diputado Hernández Ovalle impulsa una iniciativa para instaurar el Día Nacional de la Oración.

Foto: Carlos Sebastián

Javier Alfonso Hernández Ovalle es un coronel retirado, segundo vicepresidente del Congreso y padre de Javier Hernández Franco, el jefe de la bancada oficial y mano derecha del presidente Jimmy Morales en el Legislativo. Su proyecto más destacado es, hasta ahora, la instauración del Día Nacional de la Oración y la iniciativa está dando los primeros pasos para convertirse en ley.

En el Congreso hay una competencia entre los diputados para conseguir la reelección en 2019 con el voto de los sectores más conservadores y religiosos. En la delantera está Aníbal Rojas, el principal impulsor de la polémica iniciativa que criminaliza a las mujeres que abortan, incluyendo a las que tienen una pérdida espontánea. Y varios puestos más atrás en esa carrera está Javier Hernández Ovalle, quien podría tener su primera victoria legislativa en breve.

La Comisión de Legislación y Puntos Legislativos ya dio el primer paso para que la iniciativa 5499 de Hernández Ovalle, que establece la instauración del Día Nacional de la Oración, pueda convertirse en ley. Esa sala presentó un borrador de dictamen y ahora solo falta que al menos 9 de los 17 diputados de esa instancia aprueben el documento. Si consigue esas firmas, le darían luz verde para que pueda ser votada en el pleno.

Para que un proyecto se convierta en ley a través de un proceso ordinario, se necesita el respaldo de 80 de los 158 diputados en tres lecturas. O bien, de 105 diputados en una sola lectura para una aprobación ‘de urgencia nacional’. En ambos casos, es necesario que el proyecto cuente con un dictamen —un análisis de viabilidad legislativa— antes de ser votado.

Fernando Linares Beltranena, presidente de la Comisión de Legislación y Puntos Legislativos, explicó que la iniciativa de Hernández Ovalle sufrió varios cambios y ahora el proyecto tiene un “lenguaje adornado bonito”. Según sus propias palabras, en el borrador del dictamen, el Día Nacional de la Oración se plantea como una actividad “lírica” y “no obligatoria”.

La propuesta original —presentada el 13 de septiembre de 2018— establecía que el primer sábado de noviembre de cada año se celebre el Día Nacional de la Oración como un acto conmemorativo “para invocar a Dios”; la redacción establecía que las autoridades civiles y militares debían apoyar de forma inmediata las caminatas y congregaciones para realizar las oraciones en espacios públicos y colocar escenarios.

No es la primera vez que una iniciativa como estas se ha propuesto en el Congreso. Sin embargo, esta legislatura ha quedado bien con grupos religiosos y podrían utilizar este decreto para afianzar votos para el 2019.

No es la primera vez que una iniciativa como estas se ha propuesto en el Congreso. Sin embargo, esta legislatura ha quedado bien con grupos religiosos y podrían utilizar este decreto para afianzar votos para el 2019.

En el borrador de dictamen —presentado el 6 de noviembre de 2018— se establece que las autoridades cívicas y militares deben apoyar las actividades religiosas “de conformidad con sus funciones y atribuciones” y “según las leyes aplicables”. A criterio de Linares Beltranena, con esas dos frases que agregaron en el dictamen se eliminaría de la ley el carácter de obligatorio y se propone una celebración de carácter optativo.

—Él (Hernández Ovalle) estuvo de acuerdo—, indicó.

Pero el Congreso no hay un estudio legislativo que determine con precisión en qué medida las autoridades civiles y del ejército tienen, en sus mandatos legales, la obligación de participar en actividades religiosas. Y en la Comisión de Legislación y Puntos Constitucionales no hay respuestas para esas dudas.

Eduardo Zachrisson Castillo, diputado del PAN, firmó el dictamen con un voto razonado, demostrando su desacuerdo con el proyecto. Aníbal Rojas, de Viva, dijo que leería detenidamente el texto para definir si apoya o no la propuesta. Otros diputados, ausentes en la sesión de la comisión, aún no leen el documento.

Según Hernández Ovalle, su ley busca:

—Garantizar el cumplimiento de los valores espirituales como morales, los cuales son inherentes a la persona, y que todo aquel que desee promoverlo en los distintos ámbitos en el que se desenvuelva, se sienta con la libertad de poder de invocar a Dios a través de una oración.

Más allá de las creencias de los diputados, las investigaciones de Nómada han demostrado cómo grupos religiosos y conservadores están detrás del financiamiento y apoyo de políticos, especialmente de los diputados:

La alianza del momento: radicales religiosos y el Pacto de Corruptos (Parte I)

El pastor, el banquero, el constructor y el narco: cuando la justicia toca a los ‘hombres de Dios’

Los medios evangélicos al servicio de Dios (y del presidente)

Si Hernández Ovalle consigue 9 firmas para el dictamen de su proyecto, éste puede ser conocido y votado por el pleno del Congreso. Así ganaría terreno en la competencia para ganar simpatías entre los votantes más conservadores de Guatemala.

Nómada
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