Empresarios versus editores: la batalla legal por la propiedad de Filgua

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Una vez al año, más de 65 mil personas de todas las edades acuden a una fiesta que se ha repetido en 16 ocasiones, participan en cientos de actividades que promueven la pasión por los libros, el hábito de la lectura y los viajes mágicos al mundo de las letras, eso es la Filgua.

No se trata solo de la venta de libros, sino de ofrecer un espacio cultural para el desarrollo humano y crítico de los ciudadanos, sin embargo, algo molesta a los empresarios de la Cámara de Industria de Guatemala: El contenido de los libros, afirman los editores que han organizado desde el primer año la feria.

El miedo a los “libros de izquierda”

¿Por qué tendría que molestarle el contenido de los libros al sector industrial? El editor Philippe Hunziker, quien preside la Asociación Gremial de Editores, sostiene que es la falaz idea de que en la Filgua solo se promueven libros con ideología de izquierda:

—Eso nos habla de una sociedad a la que le falta madurez. Es absolutamente verificable que todas las expresiones políticas están contenidas dentro de Filgua, que todas son bienvenidas y que todas tienen, han tenido siempre y tendrán siempre, la posibilidad de expresarse en Filgua. Puede decirse que en Guatemala se publican más libros de una tendencia ideológica que de otra. La izquierda lo hecho de manera más articulada, la derecha lo ha hecho menos pero no es que no lo haya hecho; hay representantes importantes, válidos, del conservadurismo en Guatemala y que tienen su espacio en las librerías, en los centros de estudio y en la Filgua, explica el editor Hunziker.

Por su naturaleza, esta feria compete “muy poco o casi nada” a los agremiados del sector industrial.

—Está bien que la Cámara vele por sus agremiados, pero ¿qué agremiados?, cuestiona Hunziker.

En 2018, la Cámara envió una carta a la gremial con la advertencia: “La Asociación que usted representa no tiene la autorización para la utilización del nombre del evento, cuyos derechos corresponden exclusivamente a la Cámara de la Industria de Guatemala quien históricamente ha sido organizadora del evento”.

Pero desde el año 2000, cuando se estrenó la Filgua, la CIG no ha dado ningún apoyo a este espacio ni económico ni político, afirman los editores y eso que en ese momento eran afiliados a la Cámara. Los únicos aportes que ha recibido la feria provienen de los editores y de la cooperación internacional. Esa falta de apoyo provocó que la gremial se apartara de la CIG para formar una institución representativa de su propio sector.

Publicidad de Filgua en la zona 1. Foto: Facebook de Filgua

El peso de la influencia de los industriales

Hasta el gobierno reconoce la importancia de este encuentro intelectual y le ha sacado provecho para la formación educativa de estudiantes y de la sociedad en general, así que luego de muchas pláticas y negociaciones de los editores con los diputados, entre 2008 y 2015, se habilitó una partida específica para la Filgua, en 2017, le asignaron Q1 millón.

Ahora que Filgua es una marca reconocida en Mesoamérica y que representa un fuerte interés para los guatemaltecos, la CIG quiere el poder total de ella y que le pertenezca ante los registros de propiedad intelectual.

La gremial de editores se niega a ceder la custodia de este bien, y aseguran es de todos los guatemaltecos, no de la cámara. Las 16 casas editoras tienen confianza plena en que la ley está de su lado pues fueron los primeros en solicitar el registro del nombre, pero saben que el peso de la influencia de la CIG puede interferir en el proceso legal.

—Podría haber riesgo y que se imponga la influencia del poder en algunos momentos del proceso, añade el editor Hunziker.

De hecho, la Cámara ya acudió al Registro de Propiedad Intelectual para oponerse a que los editores registraran Filgua como propio, y la petición deberá pasar por varias acciones legales antes de determinar quién será el dueño de la marca, esto tardará al menos dos años en resolverse, en tiempos normales.

Débora González, Secretaria General del Registro de la Propiedad Intelectual menciona que en casos de este tipo y en la etapa que se encuentra el de Filgua, es habitual pasar por impugnaciones, revocatorias y cualquier acción legal en tribunales de más alto nivel, es decir, nada que se resuelva al corto plazo.

El editor Raúl Figueroa Sarti, Director de F&G Editores y miembro activo de la Gremial de Editores también advierte del acecho de la CIG a la cultura que provee la feria.

—Esta parece ser una época en que empresarios y funcionarios atacan por sistema a todo aquello que favorece el pensamiento crítico y la libertad de expresión. Filgua, la feria del libro, no se ha librado de los ataques, denunció en su columna de opinión en Nómada.

Javier Zepeda, director ejecutivo de la Cámara no quiso ser entrevistado, solo respondió un mensaje a Nómada donde indicó que no hablará de este tema a ningún medio de comunicación “hasta que no se defina la salida legal”.

En un podcast que la Agencia Ocote difundió sobre esta situación, Zepeda respondió —también por un mensaje de texto—: “No sé si fue un malentendido pero en ningún momento lo que quise decir es que existía un sesgo hacia posturas izquierdistas, no es la postura de la Cámara de la Industria de Guatemala por lo anterior no hay ninguna relación con la postura de la cámara ante la marca Filgua”.

Luz en medio del caos

Lo que es un hecho, dice el editor Hunziker es que gane quien gane la custodia de la marca Filgua, los guatemaltecos no perderán este patrimonio intelectual, promete que habrá Feria Internacional del Libro organizada y protegida por las 16 casas editoras agremiadas y que sí representan los intereses del sector y de los lectores.

—La CIG dice que tiene la capacidad operativa para montar la Filgua pero difícilmente tendría la convocatoria que nosotros hemos ganado, finalizó.

Mientras se resuelve la maraña legal por la propiedad del nombre, la feria comenzó su edición número 16 que abre sus puertas del 11 al 21 de julio en el Fórum Majadas, zona 11. En esta ocasión el invitado de honor es el estado mexicano de Chiapas y se reindirá homenaje al fallecido poeta momosteco, Humerto Ak’abal.

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