AEU: Grupos de choque, el Rector y un vicealcalde, el abismo para retomarla

La mañana del martes 20 de septiembre, mientras miles de estudiantes bajaban de los buses rumbo a sus salones de clase, otro grupo se reunía en el atrio de la rectoría de la Universidad de San Carlos. Empezaron 10 y pronto llegaron a un ciento de estudiantes con carteles en las manos y con una marcada tensión en los rostros. Sus líderes eran unos veinteañeros presidentes de seis asociaciones estudiantiles que quieren volver a competir por algo tan universitario como la Asociación de Estudiantes (AEU).

En 2015, #UsacEsPueblo fue la primera ocasión en 15 años en la que los estudiantes sancarlistas acuerparon una manifestación social. Y se plantearon recuperar a la AEU, esa asociación histórica en los procesos nacionales contra las dictaduras en los años 20 del siglo pasado, la Revolución de Octubre en los 40 o el apoyo a campesinos que denunciaban masacres en los 70 y 80. Una AEU que sufrió todo el peso y el odio de las dictaduras militares, que llegaron a asesinar a su último líder histórico, de 20 años, Oliverio Castañeda, en una manifestación en el Parque Central en 1978. Una AEU que defendía los intereses y los derechos de los estudiantes ante las autoridades de la universidad más poderosa legalmente ante el Estado de Guatemala.

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Con ese objetivo en la mira, los estudiantes, de #USACesPueblo y otras asociaciones, los mismos que encabezaron las manifestaciones que botaron a Roxana Baldetti y Otto Pérez Molina, emprendieron aquella mañana de martes 20 una caminata de medio kilómetro rumbo a la sede de la asociación, una pequeña casita ubicada entre los edificios de Agronomía y Farmacia, escondida entre un puesto de fotocopias y ventas de comida, pulseras y películas pirata. En el camino se escuchaban consignas como el “Oliverio vive” pero también cuchicheos sobre la posibilidad de que personas armadas estuvieran esperándolos.

A diferencia de hace 30 años, los grupos armados en la universidad sólo pueden venir de quienes fueron estudiantes y tienen cooptada a la AEU desde el año 2000 y no quieren perder el control de negocios en la universidad.

Y es que desde que se firmaron los Acuerdos de Paz en 1996, la elección de secretario general de la AEU dejó de ser un pulso ideológico para ser el forcejeo por controlar la Huelga de Dolores y los negocios que representa. Tras el triunfo de Jorge Mario García en el año 2000, un grupo de sus seguidores se ha mantenido en la secretaría general por 5 períodos consecutivos. Y ya desde 2013 sin necesidad de elecciones de pantomima. En vez de convocar a elecciones, asumió una Comisión Transitoria de 2 personas.

Guillermo Prera es el principal rostro de esa Comisión y contra él se dirigieron la mañana del 20 de septiembre los gritos de los estudiantes. En una mezcla de atrevimiento y miedo, gritaban su nombre y de fondo sonaba algún “hijo de puta”, “ladrones”, “que no sea hueco”, “corrupto”, “salí cerote”. Prera no resistió mucho tiempo y salió para firmar y recibir el pliego de demandas de los manifestantes.

Los dirigentes de las asociaciones estudiantiles de 6 facultades desconocieron a Prera y a la Comisión Transitoria. Ese día, crearon un consejo consultivo integrado por un representante de cada asociación estudiantil. El consejo es una figura prevista en los estatutos de la AEU para tomar el mando ante la ausencia de un Secretario General y su junta directiva. Su objetivo, acelerar el proceso de elecciones.

Dentro de la casita escondida, está la oficina de Guillermo Prera. Sobre su escritorio no hay muchos rastros de trabajo. No hay lapiceros, apenas unos papeles, una cajetilla vacía de cigarros y su cartera. A un lado, en el piso, hay un ataúd pintado de azul y blanco que hace las veces de sillón y que tiene pegadas tres hojas tamaño carta. Y en cada hoja, las letras: A, E, U.

Si la AEU está muerta, el cuerpo no ha sido enterrado. Aún permanece en esa pequeña oficina.

De la protesta a los negocios y a la muni

Jorge Mario García, electo en 2000 con cierta legitimidad, incluía en su currículo haber llevado en los años noventa víveres y medicina a las Comunidades de Población en Resistencia (que escaparon por años de la guerra y se asentaron en las selvas del Norte de Quiché) y fue parte de la división urbana de la URNG en la última parte de la guerra, cuando ya prácticamente no había guerra.

Pasó de encabezar la participación de la AEU en las protestas contra el aumento al pasaje del transporte urbano a convertirse, desde 2000, en el representante de la AEU en la Mesa Multisectorial de Transporte en la Municipalidad de Guatemala. Además, claro, de haber sido candidato a diputado por el partido unionista del alcalde Álvaro Arzú y de ser vicealcalde de la popular zona 21.

En el 2000, la Huelga de Dolores de la AEU de Jorge Mario García recibió Q30 mil de la institución que debían fiscalizar: la Presidencia de Alfonso Portillo, quien fue declarado “huelguero honorable”. Nunca rindió cuentas de qué hizo con ese dinero más que haber traído al grupo venezolano Los Guaraguao.

En la llamada telefónica a Jorge Mario García se le nota enfadado.

–Yo sólo estoy dedicado a la municipalidad pero siempre me viven metiendo en babosadas.

Pero hasta el día de hoy sigue representando a la AEU ante la Mesa de Transporte y su suplente es Guillermo Prera, uno de los dos que dirige la Comisión Transitoria. Prera dice que aunque García ya no pertenece a la AEU, nunca se le removió porque “se reconoce su experiencia”.

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Jorge Mario García dice que va a la universidad porque está estudiando una maestría “y no por otras cosas”. Aunque también es por otras cosas. Tiene un puesto remunerado como asesor del rector Carlos Alvarado. Dice que fue el Rector el que encomendó encontrar un punto de consenso entre la Comisión Transitoria y “los patojos” (los estudiantes que conformaron el Consejo Consultivo para llamar a elecciones).

Jorge Mario García.

Por un lado, los estudiantes patojos

Entre los que manifestaron el martes 20, Kevin Caná es presidente de la Asociación de Estudiantes de Arquitectura. Es alto, de apariencia tranquila y de hablar firme y concreto. El 20 fue nombrado al frente del Consejo Consultivo. Caná tiene 23 años, casi la mitad del jefe de la Comisión Transitoria.

Entre los actuales líderes de los jóvenes, William Herrera tiene el discurso más elaborado. Es secretario de conflictos universitarios de la Asociación de Estudiantes de Ciencias Políticas.

– El objetivo es recuperar la AEU por la vía legal e institucional. Hay otros que quieren retener el poder pero por la vía violenta.

La amenaza de la violencia es real. El mismo día que desconocieron a la Comisión Transitoria llegaron las amenazas, según una denuncia ante la PDH. Al menos tres miembros del Consejo Consultivo de los estudiantes recibieron llamadas o mensajes. “No sabés a qué te estás metiendo” o “En esta vida todo tiene consecuencias” fueron algunos.

Andrés Monzón, de la Asociación de Medicina, fue uno de los que los recibió. Prefiere no ahondar pero sabe a qué se metió.

– No quieren soltar el poder porque hay dinero en juego, sobre todo en tiempos de la Huelga y por que a los decanos y a la rectoría la AEU les sirve como grupo de choque para no permitir que otros grupos exijamos nuestros derechos

Y por el otro, los que tienen la AEU

Guillermo Prera, inclinado sobre su escritorio, se apoya en sus codos y entrecruza sus manos. Dice que las amenazas son algo lamentable, que requieren una investigación, pero las desacredita:

– Estos patojos quieren sentirse en el ambiente de los ochentas (de intimidación y represión) pero la cosa ya no es así.

Pero la violencia es real. En 2014 unos estudiantes independientes de la AEU, del Comité de Huelga de la Escuela de Historia impidieron que el Comité de Huelga de la AEU cobraran Q.100 de extorsión a unas vendedoras de dulces. Recibieron una vapuleada como respuesta.

La AEU recibe un 10% del pago de inscripción que cada estudiante hace a principio de año. Entre 2013 y 2015 recibieron Q556 mil y se gastaron 83% de esta parte del presupuesto. A esto se suman los fondos por el alquiler de al menos tres locales y el dinero que ingresa durante la Huelga de Dolores. El Consejo Superior Universitario y la Rectoría nunca han exigido una auditoría sobre cómo se usan esos fondos. Prera dice que ese dinero se gastó en apoyar a estudiantes con el pago de su matrícula, con el sepelio de algún familiar o en darle fondos a la Huelga a cambio que no cobraran el ingreso a los parqueos en 2015.

Guillermo Prera es un tipo alto, calvo y corpulento que casi siempre viste igual, con playeras apretadas y un chaleco. A su lado, sentado sobre el ataúd de la AEU, está sentado Darwin Santos, el otro miembro de la Comisión Transitoria en representación del Comité de Huelga de Dolores.

– Nadie tuvo los pantalones de venir a decirme: vos sos un hijo de tantas y estas metido en estas y estas cosas, dice Prera desde su escritorio. Y es cierto, ningún estudiante quiere poner su nombre para acusarlo porque aseguran que es “gente gruesa”. Dicen que siempre anda armado. Y digamos que no tienen un aspecto amigable.

– Nunca me han dado oportunidad de defenderme, pero hay algo de lo que no hablaré. Mi vida personal es algo muy aparte, lamento mucho lo que pasó y yo ya tuve que pagar por eso. Espero que nadie más tenga que vivirlo pero es algo muy aparte de lo que vengo a hacer aquí.

Se refiere a cuando asesinó a un taxista en 2013, delito por el que fue encontrado culpable pero evadió la prisión al llegar a un acuerdo económico con la familia de la víctima.

Luego, con la voz más calmada, Prera cuenta su trayectoria universitaria que inició en el año 2000. A los 23 años ingresó a la Facultad de Ciencias Políticas, se unió al Comité de Huelga de Dolores y participó en las protestas contra el alza al pasaje. En 2004 la Asociación de Estudiantes de Derecho lo llevó al Comité Ejecutivo de la AEU como Secretario de Finanzas. Se mantuvo en ese puesto y en 2013 terminó al frente de la Comisión Transitoria.

– ¿Por qué nunca convocaron a elecciones si para eso fue creada la Comisión?
– A mí me echan la culpa pero créanme que soy la persona más interesada en que se arregle la situación. El problema es que no puedo hacer nada porque las asociaciones no quieren legalizarse.

Pero las asociaciones sí están legalizadas. Sólo que las autoridades les piden una acreditación para recibir fondos de la universidad y les piden que tengan como requisito una carta firmada por Prera.

Prera concluye siempre en un punto: que si alguien tiene pruebas o quiere acusarlo de extorsionar locales, amenazar estudiantes o cualquier otra cosa, que lo denuncie al Ministerio Público y que él está dispuesto a que lo investiguen. Reconoce que hace tres años sí andaba armado porque era su derecho y tenía la papelería en orden.

Mientras la charla sucede, el otro integrante de la Comisión Transitoria, Darwin Santos, va y viene de la sede de la AEU. Se le ve, desde la ventana que está a la espalda de Prera. Está atento a lo que sucede

La batalla contrarreloj

Los estudiantes tienen una carrera contra el tiempo. En menos de 15 días pasaron de ser 6 a 11 asociaciones estudiantiles las que apoyan el proceso. Además, ya conformaron un Consejo Electoral que se hará cargo de organizar las elecciones. Un proceso nada sencillo porque implica crear un reglamento, consensuar, someterlo a análisis jurídico, planear la logística del evento, conseguir el apoyo del Consejo Superior Universitario y el Rector, entre otras cosas.

– Tenemos que hacerlo ya porque si empieza la temporada de Huelga o nos matan o nos intimidan tanto que muchos van a desistir, dice el estudiante William Herrera.

Temen que bajo las capuchas, grupos afines al dúo de la Comisión Transitoria se aprovechen para agredirlos. Ya en 2010 hubo un intento fallido de desbancarlos desde Estudiantes Por la Autonomía (EPA), que terminó desintegrándose por disputas internas y colaborando con la creación de la Comisión Transitoria.

En el otro lado, Guillermo Prera como Jorge Mario García parecen confiados y piden que los patojos se sienten a negociar y consensuar una salida.

– Así como culpan a los políticos de todo lo malo que pasa en el país, aquí todo lo malo que le pasa a la AEU es culpa de Jorge Mario García o de la Comisión Transitoria. Lo que se les olvida es que también tienen culpa como pueblo, dice Jorge Mario García desde su oficina en la Municipalidad..

Guillermo Prera dice que no reconocerá la convocatoria a elecciones.

– No cumplieron con todos los requisitos para su legalización, así que todo lo que hagan no tiene validez.

– Entonces ¿presentarán algún recurso legal para detener el proceso?
– No, porque no puedo accionar contra algo que no existe.

– ¿Y qué va a pasar cuando la junta directiva electa quiera asumir?

Recostado en el respaldo de su silla, Guillermo Prera sonríe.