El Colegio de Abogados es un juego de tronos y estos son sus clanes

Érase una vez, hace casi veinte años, un ‘Rey’ que se abrió paso dentro de un gremio que estaba en manos de un grupo de abogados, en su mayoría radicados en la Ciudad, mandatarios de grandes empresas privadas o pertenecientes a las familias tradicionales del país.

Para hacerlo, cabildeó junto a su suegro, entonces presidente del Congreso y antes dictador de apellido Ríos Montt, por una reforma a la Ley de Colegiación Profesional Obligatoria que facilitaba el voto a los abogados que estaban fuera de la ciudad capital. Acompañado de un modelo de hacer política basado en fiestas y regalos, abrió el Colegio a grupos de abogados emergentes que han hecho del clientelismo, su modus operandi.

Más que una ideología estos grupos parecen estar unidos por dos tipos de clientelismo. Un “clientelismo tradicional”, cuando se unen por su parentesco, su condición social o por su “alma mater”; y un “clientelismo de mercado”, cuando responden a quienes, les puedan asegurar beneficios como plazas, representaciones en instituciones clave u otros tipos de favores.

Los dos clientelismos son igual de dañinos y por regla, cuanto mayor es el clientelismo, menos importante es apegarse a la ley. El clientelismo es una zona gris ubicada entre lo legal y lo ilegal. Una zona gris en la que los principales grupos de poder empiezan a disputarse la construcción del sistema de justicia.

Los abogados participan, en promedio, en 14 elecciones cada cuatro años. Siempre están en campaña y por lo tanto, el mapa de poder siempre está cambiando. El siguiente mapa interactivo presenta las principales redes de poder, que involucran a más de 300 abogados, que entre 2012 y 2016 se disputaron las principales elecciones gremiales*.

En la esquina superior puede buscar el nombre de un abogado para analizar sus relaciones y las elecciones en las que ha participado. Si no se carga el cuadro de arriba, aquí puede ver el link.

El mapa muestra cuatro principales grupos de poder.

1) El grupo corporativo y de derechos humanos, que rara vez hace alianzas con los otros grupos.

2) El del Rey, que responde a Roberto López Villatoro y que ha visto mermar su poder;

3) El grupo aglutinado en torno al exrector sancarlista Estuardo Gálvez;

4) El Oficialismo del cartel del Partido Patriota con diversos operadores desde instituciones públicas.

Una imagen de la herramienta usada por Nómada para mapear a los abogados.

Entre ellos, están los satélites, agrupaciones que siempre compiten aliándose a algún grupo mayor. Tal es el caso de los actuales dominadores de la Universidad de San Carlos (USAC), los grupos Abogados de Mixco y la Coordinadora Nacional Multisectorial de Integración Social (Conamis).

1. Las ‘vacas sagradas’, desde su destierro

Su oficina está en un edificio venido a menos de la zona 9 capitalina. Arriba cuelga el boceto de Pegaso, la escultura de Max Leiva que da la bienvenida al edificio de la Corte de Constitucionalidad. Abajo, una librera con los protocolos notariales de Alejandro Balsells Conde, quien hoy es el rostro más visible de Alternativa Independiente (AI). Sus rivales se refieren a esta agrupación como “las vacas sagradas” (por sus vínculos con grandes empresas y con las familias tradicionales) y apenas si le dan posibilidad alguna de ganar una elección.

En realidad se puede decir que son una generación diferente a la de las “vacas sagradas” que fueron desterradas. Es un grupo variado en el que lo mismo hay abogados conservadores que otros más progresistas. Abogados cercanos a empresarios y abogados cercanos a organizaciones sociales. Dejaron de lado a viejas agrupaciones conservadoras para crear una nueva, ‘más democrática’, en donde conviven abogados conservadores con abogados de derechos humanos.

Lo que no es para menos es que los abogados cercanos al grupo corporativo no ganan una contienda desde que se reformó la Ley de Colegiación. Incluso optaron por no participar en la elección de junta directiva de 2015, algo que Alejandro Balsells, frotándose las manos, no duda en calificar como un error.

– No supimos leer los tiempos que estaban por venir, que requerían que nosotros hiciéramos nuestra parte en la lucha por reformar el sistema.

En las comisiones de postulación para Corte Suprema de Justicia y Cortes de Apelaciones de 2014, apenas lograron colocar a un miembro de su planilla, Guillermo López Cordero (miembro del Tribunal de Honor en 1980 y árbitro nacional en temas de comercio internacional). Pese a ello ya dentro de las comisiones son un grupo fuerte debido a que cuentan con el apoyo de los representantes de universidades como la Rafael Landívar, Francisco Marroquín y en algunas ocasiones con el de la San Pablo, la Mesoamericana y la del Istmo. A ese apoyo se suma la influencia externa de organizaciones de la sociedad civil, del Centro para la Defensa de la Constitución o de la misma embajada estadounidense. En el Grupo Corporativo confluyen sectores económicos tradicionales y conservadores y otros más abiertos a reformas.

Su último y mayor triunfo, en todo caso, sería la llegada de María Cristina Fernández como magistrada suplente a la CC. María Cristina Fernández es conocida por un fallo en favor de 8 comunidades que habían sufrido un robo de tierra en El Estor, Izabal. Ese caso le valió una campaña en su contra por parte de la ex Registradora de la Propiedad, Anabella de León, y de cabildeo en su contra de la Cámara del Agro.

Alejandro Balsells señala que sus derrotas se deben a que en el Colegio no se puede competir en igualdad de condiciones.

Alejandro Balsells, durante una conferencia de prensa en 2016.

– Hay candidatos que hacen campaña utilizando recursos públicos o que se dedican a hacer campaña un año entero. Si abandonan a sus clientes durante tanto tiempo ¿de qué viven?

2. ‘El Rey’ que dejó de serlo

El responsable de arrebatarle el Colegio de Abogados a los abogados tradicionales es un huehueteco que hizo su fortuna vendiendo tenis chinos. Se llama Roberto López Villatoro pero todos lo conocen como ‘El Rey del Tenis’. O bueno, en el gremio de abogados y entre políticos: el Rey. Fué él quien cabildeó para reformar la Ley de Colegiación y para conseguir que el gobierno del FRG controlara el único poder que se le escapaba: el aparato de justicia.

En el colegio todos tienen una historia sobre “El Rey” pero nadie quiere firmarla con su nombre. Un abogado rival, por ejemplo, habla pidiendo el anonimato: – Acá aplicó la misma estrategia del FRG creó ese discurso de pobres contra ricos, de abogados de la USAC contra abogados de las privadas y todo eso acompañado de plata.

Freddy Cabrera y López Villatoro (derecha), antes aliados ahora enemigos.

Desde D’Lovi y Asociados, su bufete, o desde sus agrupaciones Justicia para el Cambio o Fortaleza Jurídica, no hubo entre 2001 y 2014 planilla vencedora en el colegio que no llevara su apadrinamiento. La Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG) lo señaló en 2009, y ahora, en 2017 de interferir en la elección de jueces. Los dos casos ejemplifican la forma clientelar de operar que siempre se le ha señalado:

La de 2009: patrocinio de maestrías para 4 de los 9 miembros de la comisión de postulación.

La de 2017: el regalo de una casa a un juez cuando este era miembro de una postuladora.

¿Qué? López nunca ha negado su interés por influir en la elección de jueces aunque, según él, lo hace para hacer más independiente al sistema y porque es su derecho como ciudadano. En ese juego sus principales alfiles son Oscar Ruperto Cruz (ex presidente del CANG, comisionado en la postuladora para CSJ, candidato a la CC y hoy magistrado en la Corte de Apelaciones de la Niñez) y Karla Gutiérrez (candidata a la junta directiva del Colegio de 2015, comisionada en la postuladora para Cortes de Apelaciones, donde fue captada fotografiando expedientes).

Durante casi 15 años López Villatoro fue un actor bastante independiente, un operador de sus propios intereses, siempre ágil para tejer alianzas como la que tuvo con la embajada estadounidense en 2009 (según un cable de WikiLeaks) o la que sostuvo brevemente con el Partido Patriota y la USAC en 2013. Pese a su historial se le llegaba a considerar como “el menos malo” de los operadores.

La suerte y la justicia, parecen ya no estar de su lado, quizás porque también se supo que estaban detrás de la creación del bufete de abogados exCICIG. En las últimas elecciones, desde las universidades, apenas ha contado con el apoyo de los representantes de la Mariano Gálvez y la Rural. Y luego que todos los grupos del colegio se unieran en su contra, en 2015 por primera vez perdió una elección de junta directiva, y en 2014 tampoco consiguió llevar a su ungido, Oscar Cruz, a la Corte de Constitucionalidad.

El día que la CICIG allanó sus oficinas, el 11 de enero de 2017, Roberto López Villatoro cambió su foto de perfil en Whatsapp por una imagen que dice “Ten calma, Jesús está en la barca”. En tres ocasiones prometió amablemente conceder una entrevista, pero nunca concretó una fecha.

3. Estuardo Gálvez, la academia como moneda

Al puesto clave en del Colegio de Abogados no se llega por elección sino por designación. No por votos sino por la decisión del presidente del Colegio. Se trata de la Unidad Académica, la instancia que se encarga de dar capacitaciones a los abogados. Los últimos tres presidentes del colegio pasaron por esa unidad antes de ser electos. Estuardo Gálvez, el ex rector de la USAC, ocupa actualmente ese cargo.

Lleva veinte años siendo una figura de peso. Primero en la USAC como decano de derecho (2000-2004) y luego como rector (2006-2014). En los últimos dos años su presencia se redujo dentro de los medios pero no entre los abogados. En el gremio, los diplomados son el equivalente a las bolsas solidarias para la compra de votos.

Camaleónico, hábil para tejer alianzas en el momento adecuado. Hizo que su grupo (que se llama Ética y Derecho) se aliara con el Grupo Corporativo para llevar a Ovidio Parra a la postuladora para Tribunal Supremo Electoral en 2014, después se alió a Abogados de Mixco para integrar las postuladores de jueces y después a magistrados y al PP para ganar la Junta Directiva de 2015.

La influencia en ascenso del exrector Gálvez se debe a esa capacidad de hacer alianzas; sobre todo porque acercó a su agrupación, Ética y Derecho, con dos grupos de abogados emergentes que antes operaban más cercanos a López Villatoro.

El primer grupo es el de Juan Carlos Godínez: Abogados de Mixco. Según fuentes del gremio, Juan Carlos Godínez usó como capital los vínculos de su tío, Ulises Gómez, ex magistrado del TSE, y su cercanía con la familia Rivera (cacique por más de una década en la municipalidad de Mixco) para crear su propia organización facilitando plazas dentro de la comuna. El sello de su alianza con el exrector Gálvez fue el ser designado por el Colegio de Abogados como su representante ante el Consejo Superior Universitario. Este último, un cargo clave, ya que lo convirtió en la bisagra de negociaciones entre el Colegio y la USAC para elegir magistrados de la CC.

La otra agrupación que opera como satélite es Conamis, que a su vez dice aglutinar a casi 25 asociaciones de abogados. Conamis fue la última planilla apadrinada por López Villatoro que ganó la presidencia del colegio con su fundador, Luis Alfredo Reyes, a la cabeza. Tras la muerte de éste, en 2016, vive una etapa de pugnas internas por tomar el control. A Conamis se le señala de ser la agrupación más cerca a grupos militares y además sirvió de trampolín en las carreras de la hoy Fiscal General, Thelma Aldana, o del ex magistrado de la CSJ, Erick Álvarez, el que fue descubierto cuando pagó con fondos públicos un viaje con su asistente a Brasil.

La influencia del exrector Gálvez se incrementa de tal manera que trabaja en la creación de su propio partido político, PIENSO y se le señala de estar detrás de la recién creada Universidad Regional, que gracias a su facultad de derecho le aseguraría otro puesto de influencia en las próximas comisiones de postulación.

4. Un poder enorme, pero fugaz

Hubo un poder que lo ganó casi todo en cuatro años, fue el del gobierno del Partido Patriota, cuyos principales operadores hoy enfrentan a la justicia.

Para entrevistar a Fredy Cabrera hubo que esperar un mes a que regresara de viaje. Habla con la vista puesta en su computadora.

– Yo ya me retiré de la política gremial. Salgo frecuentemente del país, ya sólo me importa la academia.

A Freddy Cabrera, ex presidente del colegio, decano de la universidad Da Vinci, y sobre todo se le conoció como el operador del Partido Patriota en las Comisiones.

Él lo niega.

– Yo no sé de dónde se lo sacaron. ¿Usted cree que el PP quería que quedara Claudia Paz y Paz?.

Esa es su principal carta, quizás la única, su voto en favor de la reeleción de la ex fiscal durante la última elección. También responde rápido cuando se le cuestionó sobre la utilización de universidades para incidir en comisiones.

– ¿Nosotros? Nosotros tenemos más de 2,000 estudiantes, varias sedes, convenios. Otras sí son cuestionables. Usted va y sólo tienen 20 alumnos.

Dice en defensa de la Da Vinci y en detrimento de la San Pablo, creada por el expastor y excanciller Harold Caballeros.

Si Fredy Cabrera era operador del PP, no era el único. Desde el Ejecutivo estaban otros dos: Juan de Dios Rodríguez, secretario privado de Otto Pérez Molina y luego presidente del IGSS, y Gustavo Herrera. Este último ha recibido menos atención mediática que López Villatoro pero entre abogados se le adjudica tanta o más importancia. Herrera habría sido el artífice de que la Junta Directiva del Colegio que en 2013 fue electa con apoyo del ‘Rey del Tenis’, le traicionara y se aliara con el PP.

Blanca Stalling, mientras defendía su elección en 2014.

A ellos se le sumaba Blanca Stalling que acumuló poder gracias a diez años al frente del Instituto de la Defensa Público Penal (IDPP), que emplea a más de 300 abogados. En elecciones que se llegan a ganar con 500 votos, esa capacidad de movilización era determinante. No es de extrañar la presencia dentro del Colegio de Remberto Ruíz, su frustrado candidato a sucederle en el IDPP o de Julián Schaad, ex representante de los abogados del IDPP, como comisionado en la postuladora para cortes de apelaciones.

Por si esto fuera poco, la universidad pública, la USAC, llamada a ser el contrapeso académico del poder político, fue su aliado indiscutible teniendo al ex decano de derecho, Avidán Ortíz, como operador del PP, mientras su primo, el otro ex decano, Bonerge Mejía era electo para la CC. La alianza también tiene una explicación: Ortíz y Mejía intentaban contrarrestar la influencia de Gálvez, quien durante cuatro años les frustró ascensos dentro de la universidad.

Así fue como, usando al Estado como botín, el Oficialismo fue la fuerza más grande durante los últimos cuatro años en el colegio. Esa fuerza no desaparece con un simple cambio de gobierno. Permanece, intenta aliarse, encontrar espacios dentro de antiguas alianzas, cobrar favores.

Ese nuevo capítulo en la historia, esa reconfiguración de las fuerzas que intentan adaptarse al nuevo gobierno, es el forcejeo que se libra ya dentro del Colegio de Abogados. La primera batalla está a la vuelta de la esquina: la elección de la junta directiva 2017-2019 el 3 de febrero próximo, desde la que se empezará a tejer otra vez el entramado de la justicia y el poder.

*Este mapa de redes fue elaborado gracias a una capacitación patrocinada por la Fundación Heinrich Böll. La base de datos que agrupa a más de 300 abogados y establece más de 900 relaciones de padrinazgo fue elaborada gracias a registros de votaciones de la organización Guatemala Visible, monitoreos realizados por organizaciones sociales y medios de comunicación y a entrevistas con actores clave.