-«Al marero no lo queremos».
La entrada de aquel tipo acompañado de policías inquietó a los clientes del viejo bar y restaurante Granada, en la zona 1 de la Ciudad de Guatemala. Tanto que las dueñas del negocio pidieron que se marchara. Intimidados por ese individuo tatuado y con marcas en el lado izquierdo de la cara, creían que acababa de salir de la cárcel.
-«No es marero, la policía nos viene custodiando a todos».
El presunto marero no era marero sino actor y formaba parte del equipo de rodaje de ‘Las Marimbas del infierno’, del cineasta Julio Hernández, que retrata la violencia en Guatemala a través de tres personas que forman un grupo que mezcla la marimba con el heavy metal.
A principios de 2010, Pamela Guinea, productora de la película, había acordado con las propietarias del Granada llevar a su equipo y a los actores a comer durante los quince días de rodaje. Aquel día, la respuesta de Guinea calmó a los presentes, pero las propietarias del negocio pusieron una condición: que se cambiara de ropa.
Artista e investigador
Carros, velocidad y cine. Además de ser actor, Víctor Hugo Monterroso estaba especializado en producción de cine, sabía de mecánica y electricidad, porque trabajaba como chofer en la empresa de grúas de su papá, y le gustaba competir en carreras de carros. Su participación como Chiquilín en ‘Las marimbas del infierno’ le sirvió para ganarse el premio como mejor actor, en noviembre de 2010, en el festival Ícaro.
La otra obsesión de Monterroso era geográfica: el enorme basurero de la zona 3 de la Ciudad de Guatemala, cerca de su casa, que está en la peligrosa colonia Landívar. El actor pasó los últimos seis años investigando y entrevistando alrededor de La Mina, un enorme pantano que hay en el final del basurero, del que se cuentan historias como que en su fondo hay cobre, oro, plata… y cuerpos humanos.
‘La Mina’ iba ser el nombre del que sería su primer documental como director y productor y tendría como protagonistas a un camionero, a un recolector y a una vendedora de basura.
La policía encontró parte del cuerpo desmembrado de Monterroso el 11 de agosto de 2014 en el relleno sanitario de la zona 3 de la capital. Tenía 33 años. El resto lo halló entre la Séptima avenida y 29 calle de la zona 3. La Policía y el Ministerio Público investigan el asesinato.
El documental sobre ‘La Mina’ hacía ver su otro proyecto como algo menor y menos peligroso: Una biografía sobre el capitán Byron Lima, condenado por el asesinato del obispo Juan Gerardi y mandamás de las prisiones. La hacía junto a su amigo Jorge Lemus. Lima sabía del libro y estaba muy contento, pero ahora la historia quedó inconclusa, lamenta el co-autor.
El aspecto intimidante de Monterroso no era parte de su atuendo de joven de barrio pobre para la película. Tampoco su gesto, entre bromista y desafiante. Así era Chiquilín en la vida real. «Esa fue la imagen con la que la gente se quedó porque es prejuiciosa: como que seguro era un pandillero que en algo estaba metido», dice el cineasta Sergio Ramírez.
Monterroso no fue pandillero. Tampoco provenía de una familia sin recursos: su papá es policía jubilado y tiene una empresa de grúas que ofrece servicio a la policía. Al Chiquilín le faltaba un trozo de la oreja izquierda no por una pelea sino porque a los seis años lo atropelló un camión de basura en su pueblo, San Miguel Dueñas, junto a La Antigua.
Chiquilín fue condenado en los tribunales por hurto y robo del tesoro nacional e incendio de un vehículo de la policía. En el primero de los casos, la pena de dos años de prisión quedó suspendida y en el otro el juez le condenó a pagar Q1,825. Estuvo ante un juez en una tercera ocasión por agredir con un cuchillo a una persona; el juez cerró el caso.
Su papá, Éfelgo Monterroso, lo llevó a un centro de rehabilitación por alcoholismo una vez. Pero sus amigos dicen que fueron más. «Me llamó en tres ocasiones porque se había escapado, pero sólo una pude ir a traerlo», dice Jacob Jiménez, amigo de la escuela de cine Casa Comal.
A Julio Hernández, director de ‘Las marimbas del infierno’, la película que hizo famoso al Chiquilín entre el público guatemalteco de cine independiente, le molesta la deriva de la discusión sobre la vida de Monterroso. «Sé que olía pegamento y fumaba marihuana, pero me aturde que se hable mucho sobre las malas juntas que tenía: no conozco a nadie en Guatemala que no tenga una mala junta», critica el cineasta, hoy residente en Ciudad de México.
El día que le iban a entregar el premio Ícaro, pidió dinero prestado a Pamela Guinea. En otra ocasión, también le pidió a Julio Hernández. Por su situación con las drogas, a veces, me iba a buscar a la oficina y me decía ‘Julio préstame dinero porque le debo a no sé quién’. Pero no podía, tengo tres hijas, era muy complicado”.
«No era un santo, ni pretendo que lo sea, pero tenía sus cosas buenas. Le valía madres lo que dijeran los demás y eso estaba bien», apunta Guinea, notoriamente afectada por su asesinato.
Con la cara y la camisa manchadas de sangre entró Monterroso en la escuela de cine Casa Comal un día de noviembre de 2009. Allí había estudiado entre 2006 y 2008 y siguió trabajando, haciendo chapuzas y colaborando en producciones del centro los años siguientes. Muchas veces, se quedaba a dormir. La mañana que llegó ensangrentado dijo que se había peleado con el cobrador de la camioneta camino a la escuela de cine porque le quería cobrar más caro el pasaje.
En el vestíbulo de Casa Comal, entre algunos alumnos del centro, estaba el cineasta Sergio Ramírez, que había ido para grabar unos spots sobre los premios Ícaro, que se iban a realizar unos días después. Le preguntó si estaba bien, le dijo que sí, y fue a cambiarse de camisa.
«Vamos otra vez a la imagen: ni estaba tan jodido, ni tenía tanto problema con las drogas. Tiene que ver con el prejuicio (de) cómo vemos y cómo descalificamos», cuestiona Ramírez, director de la película Distancia.
«El caso del Chiqui es una negación de una sociedad enferma en la que no queremos aceptar que la vida no tiene ningún valor», cuestiona Elías Jiménez, director de Casa Comal.
El espontáneo Víctor Hugo Monterroso y el analítico Jacob Jiménez se hicieron amigos en Casa Comal. Apasionados del cine, hicieron clic. Por eso, Chiquilín le compartió su proyecto de documental sobre el basurero.«Nos parecíamos en cierta manera: a mí me agrada escuchar las historias de gente que está envuelta en el problema», dice Jacob, que es hijo del director de Casa Comal.
Querían retratar La Mina, la del basurero de la zona 3, un lugar famoso entre los periodistas porque tiene la sombra de mafias muy mafias que lo controlan. Del nivel de esconder cadáveres.
Víctor Hugo y Jacob eran amigos y aunque Jacob se fue a estudiar cine a Cuba en 2009, cada vez que venía de vacaciones, los fines de semana los pasaba con Chiquilín, cheleando en bares del centro y debatiendo sobre el documental. Cuando regresó en 2012, el plan se mantuvo.
Una sola vez acompañó Jacob a Chiquilín al basurero. El 4 o 5 de agosto de 2013. La fecha no la tiene clara, pero recuerda que entraron muy adentro, a eso de las cuatro de la tarde y pasaron hora y media recorriendo el lugar que tanto obsesionaba a Víctor Hugo. La idea era reconocer el entorno para ver los tiros de cámara. «Él veía cosas en el basurero que no estaban bien: veía corrupción policial, hizo una investigación demasiado profunda», dice Jacob. Monterroso envío la propuesta técnica y la sinopsis del documental ‘La mina’ a la convocatoria 2013 de DocTv, un programa de fomento a la producción y teledifusión del documental latinoamericano que se realiza en Brasil. «La mina es un riesgo, todos buscamos obtener algo de ella, aun siendo tan solo un mito, correr el riesgo no está demás», escribió Monterroso en la propuesta.
Entre los 18 clasificados para representar a Guatemala, los seis años de investigación que se tomó Chiquilín lograron clasificarlo en el tercer puesto. «Seguí con la investigación», le animó el director de Casa Comal, «cuanto más profunda, mejor».
Su colega Jacob no lo tiene tan claro.
-¿Pensás retomar el documental del Chiqui?
-No, no creo. Es peligroso, me da miedo.
ANONIMO /
[…] Lea: ¿Qué estaba investigando el actor guatemalteco asesinado? […]
michael kors sale /
Ahornb盲ume: Werden verwendet, um Stability, Harmonie, und die Pflicht zu symbolisieren.
lester juarez /
Es una tristeza que nos catalogen asi, pero contra el mismo estigma que este tipo, al cual nunca le hable por que jamas quise involucrarme con esas personas por cuestiones personales, quizo luchar es el mismo estigma y estereotipo que ustedes (carlos perez y la escritora de esta columna) nos ponen sin jamas haber vivido aca!
lester juarez /
Carlos perez, mlo siento pero andrea tiene razon, toma los periodicos amarillistas y sensacionalistas de nuestronpais como al dia o nuestro diario y veras que si mucho una vez cada 2 meses se menciona mi colonia, no es una residencial, pero habemos quienes buscamosnlo mejor, si es peligroso poque no tenemos la colonia cerrada, ni hay garita con seguridad privada, pero demlo contrario aqui es muy tranquilo, no diho q nompase nada o que jo existan malas personas, por que si las hay, y en cuanto se detectan, los que controlan aca se encargan de sacarlos para que no molesten amlos vecinos,
Rodolfo Escobar /
El reportaje deja en claro, que el compañero actor se fue a rascar...hasta allí donde el crimen organizado no lo permite, veamos la forma mostruosa de su muerte....quienes acostumbran ese tipo de vejamenes..para crear miedo... porque el sinómino es el mismo:
corrupción: militar: crimen organizado: gobierno actual.
Rodolfo rEscoba /
Es decir en un pais como Guatemala, atreverse a rascar..un poco màs allá
termina UNO POR DARSE CUENTA
bryan merida /
yo tuve la oportunida de ver la pelicula y conoser a chiquilin personalmente le hable varias veces y aparte lo vi varias veces manejando una grua que en paz deskanze chiquilin ya qe le arebataron la vida mi brutalmente rip.
Karla Caal /
Muy interesante nota. Es muy triste que la vida de este artista terminara de una forma tan violenta, nada en este mundo justifica un asesinato. Sin embargo me gustaría saber porqué nunca fue procesado por los delitos de los que fue acusado, ¿acaso eran falsas las acusaciones?, ¿la persona a la que atacó con un cuchillo no presentó cargos? Pues tampoco me parece que por ser artista y por haber sido asesinado, se exponga como aceptable que cometiera actos ilícitos.
Carlos Perez /
Andrea, una cosa es que los términos de una nota no nos parezcan o nos sean convenientes, y otra es que no sea cierto. La Colonia Landivar es una de las áreas muy peligrosas de nuestra ciudad. No podemos tapar el sol con un dedo, aunque lo queramos.
Werner López /
Es de verdad doloroso que un actor muera, se como fuere su vida... El principal tema a discutir para mí sería porque? porque?
Estos muy condolido porque nadie tiene derecho de tachar a ninguna
persona por su apariencia por su solo precencia de ser como querer ser.
Mando mi muy condolencias a su familia...
Estoy dispuesto a seguir con la investigación de Monterroso... •que pena que tengo yo• y •miedo porque... si es la verdad•
Saludos a su padre.
Walfre Serech /
si que es una muy buena columna y pues muy bien dicho Andrea Gomez!...
Amilcar de León /
Que interesante artículo. Me trae muchos recuerdos. Yo trabajé para Camino Seguro, una ONG que hace labor social con las comunidades aledañas al relleno sanitario; en una ocasión tuve la oportunidad de hacer un documental con NatGeo sobre La Mina. Es un lugar escalofriante, aunque tuve oportunidad de conocer gente muy humilde y trabajadora que prefieren estar ahí que estar haciendo cosas ilícitas. No conocía que existiere éste tipo de Mafia, es lamentable si efectivamente es tal cual lo plasma tu artículo de acuerdo a lo relatado por los entrevistados.