Comerciante, asesor, encargado general, guía, guerrero. Nunca faldero. Byron Lima se definía de todas estas formas, pero nunca como el amo y señor de las prisiones de Guatemala. En un intento por entender en profundidad cómo funcionó su poder a lo largo de los años, estas dos periodistas se reunieron con él en octubre de 2014, cuando Lima acababa de ser descubierto fuera de la cárcel por el MP y la CICIG y trasladado a la cárcel de la brigada militar Mariscal Zavala.
A este astuto militar de inteligencia había que leerle entre líneas, justo en esos momentos en los que admitía que montó una red de informantes en las 22 cárceles porque los movía de prisión a prisión. Eso es decir, en muchas palabras, que era el líder. Según su relato, tres veces intentaron matarlo desde que entró preso en el año 2000. No sobrevivió a la cuarta en 2016.
Cuando, en septiembre de 2014, la Comisión Internacional Contra la Impunidad (CICIG) lo mandó de nuevo ante un juez acusándole de dirigir el sistema penitenciario, a través de una red enorme de traslados de presos, el que cumplía veinte años de prisión condenado por el asesinato del obispo Gerardi, no imaginaba que el caso seguiría dos años después sin sentencia.
Esta plática con Byron Lima a través de la reja de la prisión fue la entrada en un laberinto en el que había que buscar las salidas para volver a entrar. A lo largo de cinco horas, el sinfín de nombres, fechas, acusaciones y señalamientos que elegía dar, eran tan importantes como los que omitía. Una aparente apertura para hablar era el mecanismo de la distracción, del despiste, de la confusión, que manejaba este jugador discursivo que fue asesinado el lunes 18 de julio de 2016.
Descríbanos su poder en el sistema penitenciario.
Fui un asesor en el tema de seguridad, no del sistema penitenciario. O sea, las fuerzas de tarea fueron creadas por iniciativa mía y no por [el ex ministro de Gobernación, hoy encarcelado] López Bonilla, él es sólo un aprendiz de seguridad.
Pero los últimos tres gobiernos lo han dejado conservar el poder.
¿Los últimos tres? Desde el gobierno de Alfonso Portillo* [2000-2004] y eso que Portillo era mi enemigo político [lo acusaba de haber orquestado su ingreso en prisión].
[Consultado sobre su relación con Byron Lima, el ex presidente Alfonso Portillo dijo que no le conoció. Añadió que un presidente nunca daría autorización a un reo para adueñarse del Sistema Penitenciario, pero que si en todo caso, un reo se hacía de poder en prisiones, no necesitaría permiso de un presidente.]
¿Entonces cuál fue el liderazgo que les ofrecía?
El ejemplo. Queremos tener más visita, portémonos bien. Queremos que la gente entienda, eduquémonos. Si lo dice en ley, no es que Byron Lima haya inventado algo nuevo, simplemente aplico lo que la ley del régimen penitenciario dice y nadie hace.
Pero aplicar la ley no lo hace crecer tanto y ser una persona necesaria a lo largo de 4 gobiernos.
Porque aparte de eso nosotros tenemos una red de inteligencia en los 22 centros, donde tenemos informantes, donde era más fácil contárselo a un preso y que entienda el argot, la jerga, la forma de hablar de cada preso, a que un policía lo mande a sacar de una celda y lo quiera entrevistar.
¿Cómo se logra una red de informantes en los 22 centros?
Porque todos los presos se van rotando en la cárcel. El preventivo es el punto inicial donde están todos preventivamente; si hay 400 presos, en mi caso había 2 mil 500 presos y esos 2 mil 500 a los 6 meses ya solo hay mil y 100 se fueron a Xela, 100 a Barrios, 100 a Canadá, 50 al Infiernito. Se crea una red porque no a todos les caigo mal.
¿Su poder se consolidó después de la operación Pavo Real? [Pavo Real fue el mayor operativo estatal orquestado en Guatemala para retomar el control de la cárcel de Pavón, en 2006, bajo las órdenes de Alejandro Giammatei, ex director de Prisiones, Erwin Sperisen, ex director de la Policía, y Carlos Vielmann, ex ministro de Gobernación, y por el que fueron acusados de asesinar a 7 reclusos. El operativo no logró que el Estado retomara el poder de las cárceles.]
En el momento, había comunicación por los teléfonos que las autoridades rentaban, había más de 15 por sector, en todos los penales. Todo mundo andaba con pistola, guardaespaldas y eso fue lo que yo combatí, que se quitara ese poder para vender droga.
Mi poder se consolidó con la fuga del Infiernito [fuga de 19 presos en 2005 a través de un túnel], cuando yo les dije “se van a fugar”, mandaron una requisa en la noche, encontraron el túnel y al otro día amanecieron con que se habían fugado los presos. Así me creyeron, era la tercera cuestión que yo les decía que iba a pasar: la primera fue cuando les dije que se iban a fugar del sector 11, la banda de secuestradores de Valle del Sol y yo estaba en el sector 11, fui el preso número 1 en el sector 11.
Pero cómo se acerca al director de la Policía y al director del Sistema Penitenciario.
Yo venía del Estado Mayor Presidencial, de una unidad anti secuestros, y nosotros manejábamos seguridad nacional contra asalta bancos, sicariato, secuestradores.
Pero eso no quiere decir que tenga una relación directa con, por ejemplo, Sperisen.
Es que fue mucho antes que ellos llegaran. Tenía relación con todos: con la embajada gringa, con la NAS [un programa antinarcóticos del Departamento de Estado estadounidense en la Policía Nacional Civil], con la Dirección de Inteligencia.
¿A quién le hacía la primera llamada, para decir que se iban a amotinar?
En la época de Portillo, el enlace principal era con Byron Barrientos, el ministro de Gobernación por dos años, después fue con el general Arévalo Lacs [ex ministro de Defensa, encarcelado por desfalco de Q120 millones], porque yo había estado con él también. Había comunicación directa porque ellos sabían de dónde venía yo. En el gobierno de Berger, nosotros somos de ultra derecha y pertenecíamos a Vielmann [ex ministro de Gobernación, procesado en España por ejecuciones extrajudiciales en la operación Pavo Real], éramos del mismo grupo, amigos. La toma de Pavón fue buena, pero el desarrollo y la ejecución de la toma trajo como consecuencia robos, ya no bajo el cargo de Giammatei, si no de un grupo que ya tenía enraizado el Sistema penitenciario.
¿Robos de qué tipo?
Ellos tenían idea de presos que tenían enterrado dinero entonces lo sacaron de Pavoncito y se los llevaron a Pavón para ir a escarbar, sin orden de juez. Les daban la mitad de lo que encontraban. Sacaron televisores, máquinas para clonar tarjetas de crédito...
En el gobierno de Álvaro Colom, ¿qué tipo de poder tuvo?
Manuel Alvarado Franco, era el tercer jefe y después fue segundo jefe de la SIE [luego fue director de inteligencia civil con el gobierno del Partido Patriota], es el primero que me ayuda a tener una comunicación directa con ellos. A pesar de que ahí había gente que era de izquierda, siempre había un militar que estaba de primero, segundo o tercero y era gente con la que yo trabajé, entonces el grado de confiabilidad de la información que yo les podía dar, lo podían apreciar de trabajos anteriores. Y también llamaba al ministro de Gobernación, Carlos Menocal.
Siempre contactaba usted.
No, contactaban ellos. Todas las redes de inteligencia se manejan con informantes porque si no no habría continuidad en la búsqueda de procesos de información. Entonces tienen que decir: “Confiables, mentirosos, éste pide dinero, éste sobrevive, éste nos utiliza”.
En la época de Colom, ¿con cuál de los tres ministros de Gobernación que hubo tuvo mejor relación?
Carlos Menocal, porque yo a él lo conocía desde la toma de Pavón, cuando era periodista. Menocal tuvo mucho que ver con la toma de Pavón porque él fue un día antes de la toma, sacó un reportaje diciendo cómo vivían en Pavón. Y el único que anduvo en helicóptero el día de la toma de Pavón junto al ministro de Gobernación, Vielmann, fue Menocal. A pesar de que Menocal es de izquierda, y a mí me caen mal los de izquierda, con él hubo una buena relación porque tenía la amplitud de escucharlo a uno.
[Consultado sobre su relación con Byron Lima, el ex ministro Carlos Menocal dijo que es falso que él recibiera llamadas directamente del reo. Explica que si durante el gobierno de Álvaro Colom no confiaban en “la inteligencia militar” y aún menos confiaban en “un militar que estaba preso”. Asegura que sí lo conoció cuando era periodista y solía ser su fuente pero nunca trabajó con él cuando era ministro.]
¿Cuál era su acuerdo con los gobiernos?
Fui encargado en los tres gobiernos en el Preventivo de la zona 18: dos años 8 meses en el Boquerón, fui encargado un año en Pavoncito, me fui un año al Infiernito y después de que regrese a Pavoncito, era el encargado general de todos los de Pavoncito. No fui encargado en las cárceles solo el año que estuve en el Infiernito.
Suena como que trabajara casi que solo. Al margen de la red de informantes, es como si tuviera tal autoridad que no necesitara a nadie.
Me topé, aquí está la seña [dice mientras señala una cicatriz en su brazo]. Yo tuve que pelear un puesto en Pavoncito. Tuve que pelear con ese [no da el nombre] para poner orden en Pavoncito porque ese era el vendedor de chicha, waro, piedra, coca, mota, que extorsionaba a las mujeres de los presos en su cara, que violaba a las hijas de los presos, que violaba a la propia mujer de los presos.
Pero con los que sí trabajaba cómo era el trámite. El ejemplo: Edy Fisher trabajaba con usted y está preso porque no denunció que tenía un celular.
Edy Fisher es la punta más delgada de los funcionarios que pudieron haber hablado conmigo.
¿Con qué otros funcionarios se comunicaba?
Con todos. Ministros de salud, secretarios privados, secretarios ejecutivos.
¿Hubo alguno que se negara a participar?
No. La mayoría veníamos de años.
¿Y alguno se sorprendía cuando lo llamaba?
Yo no llamaba a alguien que no conocía. Yo no soy mamón ni necesito de ningún muerto de hambre porque, gracias a dios, siempre he sido solvente.
¿Y cómo era su red dentro del sistema?
Se puso todo el departamento de rehabilitación, el de análisis, inspectoría, administrativo financiero... Porque el fin primordial era que las cosas caminaran correctamente. En el camino hay otros grupos interesados que querían estar en el sistema penitenciario.
¿Cómo era la red de poder dentro del sistema penitenciario?
Poder tienen los pandilleros, ellos tienen poder, adentro y afuera. Hay pandilleros guardias, ya metidos hay pandilleros policía nacional civil, hay pandilleros metidos dentro del ejército, hay en Estados Unidos.
No dudamos de que las pandillas o los narcos tengan poder. Pero dónde se ubica usted dentro de la estructura de poder.
Soy un guía positivo, nada más.
Eso suena muy ambiguo. Si tuviera que hacer un esquema de mandos...
[Interrumpe] Yo soy el líder de los presos que quieren cambiar y que quieren trabajar.
¿Por qué la gente le tiene miedo?
Porque yo soy guerrero, no soy faldero. Si creen que me voy a pasar a sus cosas de escondidillas, yo no. Yo le digo las cosas como son, le duela a quien le duela, y venga lo que venga.
Si tuviera que hacer un cálculo de cuánta gente puso en el Sistema Penitenciario.
Más de 300 solo en el sistema y en las fuerzas de tarea otros 300.
¿Cómo funcionaba esa estructura?
Uno, es la incapacidad de manejar un sistema penitenciario. Dos, es la poca voluntad política arriba de los directores del sistema penitenciario. Quién toma el sistema penitenciario lo va a buscar a uno y preguntan qué pueden hacer, por ejemplo, para ponerle orden a los pandilleros. Y yo les respondo.
¿Usted le da órdenes a los funcionarios?
Nunca. Yo les doy sugerencias.
¿Los 300 empleados del SP los puso ahí por pura recomendación?
No, ellos llenaron los perfiles.
¿Recibían algún tipo de beneficio más?
Estamos hablando de sueldos de Q3,000 a Q6,000 y según su grado de profesionalización tal vez fueron de Q17,500.
Cómo consigue ese poder.
¿Cómo habla Byron Lima con cinco o siete presidentes del mundo? ¿Cómo Capriles [opositor de derecha en Venezuela] es mi amigo y está preso? ¿Cómo el presidente alemán, que su embajador dice que le va a dar dinero a la CICIG, pero lo puedo bloquear yo hablándole al presidente? ¿Cómo se puede hacer? Porque yo no soy un mula, pues. Yo tengo una historia de joven y he seguido. Y he mantenido la relación con todos. Portillo estuvo acá preso y yo he entrevistado a toda la gente aquí. ¿Qué hacía Portillo? Portillo mantuvo su grupo y empezó a recuperar y a hacerse más aliados dentro de la cárcel. Incluso Mario Estrada [diputado entre 2000 y 2007] vino y se filmó un video aquí y lo subió para las elecciones y le dio 17 diputados. No fue Mario Estrada, fue Portillo. Entonces hay líderes natos, yo soy un líder nato y lo voy a demostrar el día que salga.
¿Cómo consiguió ese poder?
Presenté el proyecto de cooperativismo y vino Eddy Morales [ex director de prisiones, acusado de facilitar a Lima su red de traslados] y se aprovechó de eso y quiso hacerlo a nivel general pero le fracasó porque nadie se organizó. El Centro de Orientación Femenina (COF) estuvo a punto de hacerlo, la granja de Canadá y la de Xela. Pero ellos no completaron el proceso. El éxito de nosotros fue que nos despegamos del sistema penitenciario.
¿Qué ganaban los últimos dos jefes del Sistema Penitenciario haciendo negocios con usted?
Nada. Camargo [ex director del Sistema Penitenciario] quería quitar la cooperativa [una maquila llamada Torre Fuerte, con la que hizo material publicitario para la campaña del Partido Patriota]. Y cuando se enteró que yo le estaba dando trabajo a la cárcel de Santa Teresa, les mandó a quitar la luz a las presas.
Pero se supone que los últimos dos jefes del SP, al menos, los recomendó usted.
Pero ya estaba López Bonilla [ex ministro de Gobernación, hoy encarcelado, con el que se enemistó tras su detención como presunto líder de las cárceles] detrás de todo lo que creyera que podía beneficiarlo con dinero. El problema de toda la historia es López Bonilla. Ellos lograron quedarse pero que ellos hayan servido a Byron Lima fielmente es mentira. A mí lo que me interesaba era que no nos molestaran en los procesos de rehabilitación que había en Pavoncito.
¿Cómo pueden colocar a 300 personas estando en prisión?
Pero, ¿porqué no?, ¿porqué no?
[La reja de Mariscal Zavala pone límites físicos, pero no impide los saludos ni las pláticas. Es una prisión dentro de una brigada militar, por lo que los presos tienen comunicación con el mundo que transita dentro de la brigada. Durante la entrevista, a Byron Lima fácilmente le saludan de mano una decena de personas que pasaron por delante. En su mayoría militares. Pero no son los únicos, muchos más le saludan marcialmente desde lejos. La conversación es interrumpida en más de veinte ocasiones. La pregunta que más veces se le hace es: ¿cómo logró su poder? Él juega a escabullirse con frases hechas, analogías, moralejas, preguntas y muchas acusaciones y vínculos amistosos incomprobables, en los que sólo cabe una posibilidad: su palabra contra la de los demás.]
Aparte de la cooperativa, ¿qué otros negocios suyos siguen vigentes?
Muchos. Mire pues, estando aquí tal vez como diría el estúpido del Ivan Velásquez [comisionado de la CICIG], a los capos hay que quitarles las cosas, a mí no me quitaron ni la tercera parte de lo que yo tengo y lo voy a recuperar y se los voy a mostrar. Las cosas que están legalmente inscritas con mi nombre y lo que no era de mi nombre lo estaba vendiendo, tiene dueño.
¿Cómo lo maneja todo ahora que está acá?
Así como vinieron ustedes a sentarse acá. Exactamente igual, platicamos.
¿Con ninguno de estos negociaba antes?
Aquí vino alguien a hablarme y me dijo: “Le vengo a dejar dos departamentos, políticamente hágase cargo usted”. Y ustedes no saben ni quienes son mis primos, mis primos son reconocidos de plata, plata. En Guatemala, que patrocinan, en todos los canales salen.
¿Hay que tenerle miedo?
Bueno yo dejé fama, tal vez de guerrero. Para mí era más éxito entregar treinta, veinte, quince guerrilleros a la justicia por ponerle bomba a los puentes, por botar torres eléctricas y por secuestrar que amarrarlos y matarlos y decir “mire, maté a todos pues”. Yo se los puse a disposición… Entregué ante la justicia. Y no agarré inocentes, no puse chivos expiatorios. No, eso no es de hombre. Yo no soy un policía.
Y esta red de informantes que estaba en otras cárceles, cómo la estás gestionando ahora que está acá en prisión [acusado de dirigir una red de traslados de reos].
Hay más gente que pasa [información], es que no sólo soy yo.
¿Y por qué le tienen miedo a que salga?
¿Por qué tienen miedo? Yo no creo que tengan miedo. ¿Quién le ha manifestado que tiene miedo?
Usted a dicho que la gente no lo quiere afuera. ¿Por qué?
Porque lógicamente no les conviene, soy competencia para ellos en la calle.
¿Las redes de poder las tiene aquí adentro o allá afuera?
Yo podría estar en la calle que todo sigue igual. ¿En qué me afectaron [el Ministerio Público y la Cicig]? ¿Quitarme carros que ni son míos? ¿En qué me afectaron? me quisieron presionar metiendo presa a mi mujer. ¿Sabe qué le dije cuando se fue?: “Encomendate a Dios, vos sos inocente”.
¿Tiene influencias tan grandes en prisiones como fuera de prisiones?
Trabajé de niño para cosechar de viejo...
Eso no nos contesta si al final su red es igual adentro y afuera.
¿Qué red?
Usted tiene una red de poder que nos ha ilustrado durante toda la entrevista, y ahora ¿la va a negar?
Yo hubiera querido mejor ser pastor evangélico, y hacer lo mismo, y apuesto que a nadie le molesta.
[Respecto a la justicia, Byron Lima se presentaba como una víctima. Respecto a los pandilleros y los narcotraficantes, como su enemigo. Y respecto a los presos que él consideraba modelo y ciertos políticos, se definía como un líder positivo. Esa triple forma de autoconcebirse la traslada a la entrevista. Según le conviene, se muestra más dialogante y explicativo, no por nada la entrevista dura cinco horas. Pero cuando se trata de aterrizar ideas, de decir sí o no, acorta hasta el mínimo sus respuestas. Y en reiterados casos, convierte sus respuestas en preguntas. Lima era el rey de las evasivas. Y lo hacía con mucha sorna.]
¿El hombre más poderoso y peligrosos de las prisiones de Guatemala tiene el mismo poder adentro que afuera? ¿Sí o no?
Sí.
¿Y cómo lo ha logrado si tiene veinte años dentro?
Saben que soy inocente, que yo vine aquí preso por una propuesta política del gobierno del FRG.
Juega a ser, a veces, el hombre que tiene el poder, y a veces, una víctima de sistema.
Soy víctima del sistema. Soy preso político. El primer preso político del siglo XXI.
Pero, ¿cómo logró tejerse una red de influencia tan espectacular?
Soy un líder. Soy un líder que me ha costado hacer el camino del líder ayudando a los presos. Voy a ayudar a Guatemala.
¿Cómo ha hecho para ayudar a Guatemala?
¿Qué he hecho para ayudar a Guatemala? He tratado de ser honesto. Y decir las cosas como son. Y a la gente en Guatemala le gusta eso. Y se los voy a demostrar cuando salga.
Pero los políticos y los empresarios, ¿qué han visto en usted?
¿Qué han visto? El que puede poner orden en una cárcel puede poner orden en un municipio un pueblo, un barrio, un país. Con los políticos es un intercambio de ideas para dar un paso al futuro, que se puede dar por una buena acción o puede fracasar por una mala acción. A todo ser humano le interesa otro tipo de poder que es tener carácter. Les conviene ser amigo de alguien a quien ellos miran como que tiene poder.
¿Pero realmente Byron Lima tiene poder? ¿Tiene amigos?
Yo, ¿tengo amigos? Contados, amigos contados, compañero muchos. Y conocidos la mayoría.
Sí, pero a veces se plantea a sí mismo como el tipo que usan para poner orden y otras veces como el tipo que pone orden.
[Risas] ¡Púchica! [Se escucha un ruido de un vehículo y Lima saluda a un militar dentro del vehículo]. Ahí está la respuesta, si yo fuera un equis militar, nadie me saluda.
No está contestando, ¿qué es usted: al que usan o el que usa?
Yo, al final, no les va a gustar lo que voy a decir, pero realmente Dios pone y quita reyes.
Pero es que no se trata de Dios, o sea sí puede creer en una fuerza superior, pero al final es lo que hace uno o no hace.
He hecho las cosas bien.
¿Y el poder que tiene en qué se traduce?
En algún apoyo, algún apoyo de carácter a la hora de resolver cualquier problema fuerte. El poder puede ser de plata, puede ser de gente, puede ser de cabeza, puede ser de cosas materiales.
[Pasadas más de tres horas de plática, el sol de la mañana azota mientras un hombre se acerca a Lima. Está dentro de Mariscal, pero no queda claro si es un preso, su asistente o las dos cosas. Si el poder de Lima se puede medir en pequeños detalles, he aquí uno: el hombre saluda, pregunta si las periodistas o el capitán tienen sed y tras la respuesta afirmativa, trae dos botellas de agua y una coca cola bien frías. La coca es para el capitán.]
¿Por qué le conviene a la gente estar cerca de usted? ¿Es por miedo?
No es por miedo, se siente respaldada. Porque yo como amigo, soy amigo. Y como enemigo, soy un hijo de la gran puta. Si se pelea conmigo mejor que se esconda. Cuesta conseguir amigos leales. Yo me sentiría privilegiado de tener un amigo leal, pero cuesta conseguir esos amigos.
¿Asegura que su dosis de poder no tiene nada que ver con dinero?
[Interrumpe] Liderazgo, hay que ir a ver más allá del liderazgo, lo tiene Joviel Acevedo [líder del sindicato de Educación] en su nivel, el liderazgo lo tiene Daniel Pascual en el [la organización campesina] CUC, lo tiene López Bonilla, dentro de sus mulas.
¿Y para usted?
Vale mucho ser líder, más que tener plata. Ser líder me ha servido para cambiar cosas, sistemas. Yo le apuesto que en Pavoncito, conmigo o sin mí, eso se va a mantener.
¿Nunca ha tenido una buena relación con un capo en alguna prisión?
Con ninguno. Al contrario, ellos resultan hablando en contra de mí porque algunas vez quisieron llegar y decirme “intercedé por nosotros en tal cosa” pero yo no soy hada madrina ni la Madre Teresa para estar ayudando a nadie. Si yo fuera narco, sería el narco más grande de América.
Dentro de esa red de poder ¿alguna vez negoció temas relacionados con narcotráfico?
Yo ahí no tenía nada que ver.
Pero cuando fue el motín en Fraijanes 2 era usted quien estaba mandando las fotos por BlackBerry Messenger a los periodistas. [El 20 de noviembre de 2012 más de 100 reos tomaron como rehenes a ocho empleados del Sistema Penitenciario. En esa época en la cárcel había 270 reos y la mayoría de ellos eran narcotraficantes: Walter Overdick, Juan Ortiz “Chamalé” y algunos Zetas].
Porque yo hablaba con gente de adentro, tenía unos mis informantes. Ellos nos dijeron cómo estaba la situación realmente, eso no lo niego yo. Y se lo mandé al ministro de Gobernación y a…
¿Nadie le pidió cazar algún dealer? Los capos eran los que mandaban en cárceles como Fraijanes 2.
No, los capos son los más huecos que hay. Ellos vienen y le pueden dar dinero pero depende del líder que está en la cárcel…
[El 22 de noviembre de 2008 una revuelta en la cárcel Pavoncito dejó siete hombre decapitados y calcinados. En una entrevista realizada unas semanas antes de esta entrevista, publicada en Soy502, Lima admitió que él ordenó esas muertes. Y es a partir de ese cuestionamiento que cuenta cómo, supuestamente, sobrevivió a tres ataques en distintas cárceles: en El Preventivo de Zona 18 (2006), en El Boquerón (2007), y también en Pavoncito.]
En el primer ataque, en el Preventivo, usted estaba en el área de visitas cuando empezó el motín.
Afirmativo, yo estaba en sector 7. Fue la pelea entre un nicaragüense, Carlos Vargas, y Sirilo Pérez. Cuando quisieron llegar a mí, nosotros teníamos un dispositivo para… Mantuvimos el control 12 días, pero el día del motín salí corriendo como pollo.
¿Pero por qué querían llegar a usted si no tenía nada que ver?
Porque yo iba caminando a la par de ellos. Iba para la sala de visitas, a examinarme para la universidad, y cuando yo salí del sector y ví el relajo, y ellos se quisieron dejar venir como “Bueno, ¿y vos qué?”. Éramos diez, no llevábamos armas, seguimos caminando y hasta ahí todo bien. Cinco minutos después, se levanta el motín contra el sector de Carlos Vargas, y de ahí se vinieron rompiendo todos los candados hasta que entraron al 7 y pues ya me buscaron a mí porque yo ya les había dado riata en la sala de visitas. Peleamos.
¿Pero si ellos tenían armas y ustedes no?
¿Y nosotros no podíamos haber hecho armas con palos y tubos? Todo lo que se encuentra en el terreno se convierte en arma. Todo. Hasta una salchicha. Metérsela en la nariz para que se ahogue.
[El 26 de febrero del 2007, cuando se encontraba preso en la cárcel Boquerón, un comando armado asesinó a los cuatro policías involucrados en el asesinato de los diputados salvadoreños del Parlamento Centroamericano. Supuestamente, él se salvó porque se metió en la sala de visitas.]
¿En ese momento no se opuso a los pandilleros, se unió a ellos?
¡Ja! Si no me uno soy enemigo de ellos, y dicen que los enemigos de tus enemigos son tus amigos. Y entonces toda la gente que va contra los pandilleros, que mataron a mis amigos, son mis amigos. Eso lo dice [el libro] El arte de la guerra.
¿Cómo espera que la gente no le tenga miedo si lo que sabe es que cuando entraron ocho mareros a Pavoncito terminaron decapitados?
[Interrumpe] Yo hubiera sido el muerto. Yo ya había tenido un encuentro en el Preventivo de la zona 18 donde murió el otro que venía conmigo. Ya había hablado y agotado instancias dentro del gobierno para que sacaran a esa gente y no se pudo. Yo solo no me voy a poner a pelear con 800 enardecidos y mareros, hasta yo me muero. Quien creó los muertos fue el gobierno de Colom porque a ellos se les dijo: “No metan a los pandilleros aquí”.
¿Culpa al gobierno de Colom de no haberle hecho caso?
Ellos los mandaron a matar ahí y de hecho habían mandado al Diabólico para que lo matáramos y yo no lo dejé entrar.
¿Usted qué tenía planificado?
Matar a los pandilleros, si estos eran los jefes de las mara Salvatrucha de Centroamérica. Y me enfrenté no solo ahí, si no que del Boquerón. Me vengo yo para Pavoncito y los vuelven a llevar…
¿Entonces usted se quería vengar de los pandilleros?
Yo no me quería vengar. Pero era o ellos o yo. Y si nos volvemos a encontrar es ellos o yo. Y si yo tengo poder, o ellos o Guatemala. Esa es la diferencia. Ellos o Guatemala. Si yo llego a tener poder es ellos o Guatemala.
¿Cómo sobrevive a tres enfrentamientos con los líderes de la mara Salvatrucha?
Gracias a Dios.
Pero, ¿cómo? ¿por ser militar?
Los militares no son los que triunfan en la cárcel, al contrario, son los que más cumplen las babosadas, creyendo que así son.
Sobrevivió tres veces, tiene poder en prisiones, y ¿nadie lo cuida?
El año en el Infiernito lo pasé a la mano de Dios. Ahí no tenía poder, ni en el Preventivo.
[La próxima semana se publicará la segunda mitad de esta entrevista inédita con Byron Lima, sobre sus relaciones con el Partido Patriota.]
Bryan C. /
El tipo claramente padecía de delirios de grandeza.
José E. Benítez /
Lima era únicamente un peón del ejército, un empleado del gobierno de turno, alguien que le sirvió a Arzú. El alcalde nunca perdonó que lo llevaran a la cárcel, sabiendo que tenía culpa de la muerte de Gerardi. Era un desbocado que no lo podían controlar al ser el dueño de los presidios. Fue un tonto útil. El sistema, que tanto defendía, fue el que lo mató. No fue el Taquero.
Byron Quezada /
para que sirve al país y a la gente honesta hacer héroes de basura, este vulgar asesino ya no esta entre nosotros, para que recordar a un idolo del fango, el único crédito que le doy fue que entre la mara fue uno de los mas sucios, en ese mundo el peor lidera. Este no esta descansando en paz, que va.
Carlos Garcia /
En resumen, no dice nada.
P. Choy /
Se necesita re evaluar el caso Gerardi y llegar al final, de veras quedaron muchos silencios en el estado, iglesia, ONGs del momento, y sociedad civil se debe esclarecer la verdad le duela a quienes les duela es bueno para Guatemala, fueron tiempos oscuros donde se escondieron cosas por los acuerdos de paz de ambos lados más de 20 años es momento de decir la verdad.....
Jeff Obregon /
Esta nota ya l jabón publicado antes, y si no porque tardaron años para publicarla?
Jeff Obregon /
* ya la habían
alfonso villacorta /
a la larga no hay nada nuevo, puesto que hay que ser un poco chispudo para saber que el ejército ha tenido el control de todo, pero la institución no es algo abstracto sino que tiene gentes con nombres y apellidos y la característica del difunto es que pudo seguir trabajando aún en o desde la cárcel.
ese talvez fue el talón de aquiles porque perdió privacidad aunque tuviera información de primera mano que hasta a la embajada gringa le servía. de todos modos entre estar destacado en un cuartel en poptun, por ejemplo, o en quiché a estar en pavón no es mucha diferencia, toda vez que presionó para seguir con el estilo de vida, incluyendo las visitadoras
Marcela López G. /
Quiero felicitarles por poner nuevamente esta entrevista sobre la mesa.
Percibo que este reportaje fue sumamente complicado, la arrogancia y la manera de escabullirse de "el capitán" son sumamente notorias y complejas de descifrar.
Al mismo tiempo de que amplía un panorama de cómo y con quiénes trabaja Lima, también abre la brecha a iniciar una nueva investigación sobre su asesinato. Que como primera conspiración y/o hipótesis apunta a un crimen de Estado, en el que podría ser que el gobierno actual no accedió o no mostró interés en sus peticiones y como primer ataque o represalia, fuesen los bombazos en Pinula durante los primeros 40 días del nuevo mandatario...
No sé, creo que aún hay mucha tela que cortar y reitero, buena onza por invertir y apasionarse por el periodismo independiente e investigativo
ciudadano /
puede ser un fanfarron, que haga temblar a varios politicos, y que con la informacion que encuentre la cicig sobre su asesinato, termine de llevar a otros 57 con el juez miguel galvez, a la SEGUNDA PARTE DE COOPTACION DEL ESTADO,.
Alejandro Osorio /
¿Por qué no antes?
Luis Lewis /
O al 100%, hoy.