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11 Pasos

Con miedo no hay paraíso

Cuando te quitás del medio, disolvés el “yo”. Esa identidad que tenés, los patrones y hábitos con tu pasado, las expectativas y preocupaciones del futuro desaparecen. Te has entregado.

Cotidianidad Opinión P258
Esta es una opinión

Quitarse el miedo es empezar a vivir.

Foto: Flickr, Vanessa Medina

Muchas personas tienen problemas en el estómago, pero lo que en realidad origina esas molestias es el miedo, y no lo saben. Junto con la inseguridad, el miedo se concentra en el estómago, al punto que nos hace tomar pastillas y dejar de comer ciertos alimentos, pero en realidad lo que está sucediendo va más allá.

¿A qué le tienen tanto miedo? ¿No se dan cuenta que la vida no tiene nada que ver con lo que uno cree que es, lo que uno piensa que va a ser? ¿No se dan cuenta de que el ego nos engaña y nos hace pensar que estamos en control, que podemos sentir miedo y quedarnos para siempre estancados? ¿Qué estaríamos haciendo con nuestra vida? ¿Cuál es nuestro propósito?

Según Don Juan, del libro de Carlos Castañeda, existen cuatro obstáculos para cualquier persona a lo largo de su vida: el miedo, la claridad mental, el poder y la vejez.

La mayoría se queda en la primera etapa que es el miedo. Conozco a muy pocas personas que realmente superaron esta etapa. Miedo de fracasar, miedo de salir de la zona de confort, miedo de tirarse al agua. Miedo a que la vida les siga mostrando los mismos resultados del pasado, sin darse cuenta que están condicionados en el tiempo, que no son libres, que siguen creyendo y creando lo mismos resultados de siempre.

Por otro lado, si haces lo que más miedo te da, te das cuenta de que es cuestión de enfrentar y atravesar la prueba y luego la vida comienza a mostrarse diferente. Te sentís fuerte e invencible, pues el miedo deja de ser un obstáculo para convertirse en un aliado, una oportunidad disfrazada. Cuando te liberás del miedo comenzás a ver las cosas claras, y podés vislumbrar tus propósitos.

Luego te enfrentás al segundo desafío: la claridad mental. Con esto me refiero a saber hacia dónde ir. El ego siempre se esconde y puede atraparte, creando dentro de tu cabeza mil formas en que tu propósito se manifiesta. Vos creás una estrategia cerrada, sin sorpresas, porque nuevamente te da miedo, y te sometés a hacer las cosas a tu manera. Te sentás y visualizás el resultado, te agotás, intentás, pero podés llegar a sentir una falta de vitalidad, un drenaje energético que sólo causa frustración.

Lo que una vez fue superar el miedo, después es adentrarte y estancarte en un nuevo paso. Lo que Don Juan, y muchos otros maestros espirituales recomiendan, es quitarte del medio. Esto es lo que llamo entregarte con totalidad, las mil maneras que tenés en tu cabeza podrían ser las posibilidades para que el resultado que querés se haga realidad, y tener el control. Debés entregarte con totalidad, dejar que la vida te sorprenda, sentirte aliviado, emocionado, agradecido, sabiendo que la vida va a responder de la mejor manera posible.

Sin duda, el Universo, la mente infinita o Dios, como querrás llamarlo, puede generar las situaciones y experiencias, mover los hilos necesarios mucho mejor que vos, para abrirte las puertas. Si lográs adentrarte en este estado mental y emocional, automáticamente te posicionás en una frecuencia donde el reflejo de tu interior será revelado en tu exterior.

Cuando suceda, al haberte entregado con completa confianza, te enfrentarás al tercer obstáculo: el poder, ese estado tan común que vemos en todas partes. Muchas personas se sienten cómodas ahí, pues han alcanzado parte importante de sus metas y se han rendido ante él. Pero por más atractivo que pueda ser el poder, y a esto me refiero a contar con libertad económica e influencia social, podés llegar a perderlo todo. Te convertís en su esclavo, pasás la vida buscando más poder y llenás el vacío interior con cosas materiales, personas, etcétera.

Las personas más felices y con verdadera abundancia son las que logran superar esta etapa. La verdadera abundancia va más allá de contar con dinero y viajes. La verdadera abundancia es estar en paz, agradecido y satisfecho con lo que hacés día a día. Es saber que siempre podés mejorar en algo, dentro y afuera, y es utilizar tu poder, tu talento único y precioso para ayudar a los otros a descubrir su luz e inspirar al resto de la humanidad, pues cada persona que encuentra y que lucha por su propósito está ayudando a que la humanidad en sí retome su camino.

La última etapa es la vejez. Tengo que admitir que es algo que sigue siendo ajeno aunque de cierta manera la enfrentamos todas las personas a diario. Al oponerte con algo que es simplemente imposible de cambiar: tu cuerpo, el tiempo, tus sueños, estás resistiéndote una vez más a lo que es. De alguna manera, sentimos y buscamos la juventud eterna, el elixir de la vida, cuando al quitarnos del medio, dejamos que el canal de la vida fluya naturalmente, es ahí donde volvemos a encontrar la paz, la felicidad, y nuestro espíritu alentador para que cada día lo encontremos lleno de magia, abundancia y felicidad.

No sé en qué etapa te encontrés vos, pero si sentís estrés, ansiedad, frustración y contenés muchas emociones negativas dentro de vos, recordá que todos nos merecemos la libertad total, la paz y la plenitud completa. Todo esto lo encontrás quitándote del medio y entregando tu vida y camino hacia algo más grande que tú, algo más sabio, infinito, lleno de amor incondicional y maravillas.

Sólo así serás realmente libre, al soltarlo todo y al aceptar todos los desafíos que vienen, como oportunidades disfrazadas. Descubrirás que la vida en la tierra se convierte en el cielo mismo.

Cindy Barascout
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Escritora y yoguini, viajera y divemaster. Amante de la naturaleza, la humanidad y el arte sin límites. Del cine y la música. De los viajes internos y físicos. Estudió periodismo, edición y escritura creativa.


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COMENTARIOS

RESPUESTAS

    Jorge Moran /

    20/05/2016 11:10 AM

    Excelente!! Lectura positiva y motivadora. Gracias!

    ¡Ay no!

    ¡Nítido!



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