Natanael entra al lobby del hotel de cuatro estrellas acompañado de su manager, que lo viene grabando. Llega tarde porque con su manager decidieron aprovechar el atardecer para una pequeña sesión de fotos en la playa que queda en camino.
Estamos lejos de Guatemala y su natal aldea Santa Odilia en Nueva Concepción, en la costera Escuintla. Lo único parecido es el calor. Natanael vive desde hace 25 años en la clandestinidad de unos 11 millones de indocumentados. Está casado con una estadounidense y tienen 3 hijos. Maneja carro pero sin licencia. Trabaja pero sin permiso de trabajo. Se acostumbró a la inseguridad relativa que implica ser indocumentado en West Palm Beach, parte del condado de Miami-Dade, que hasta enero pasado se consideraba “ciudad santuario” para migrantes.
Pero Natanael no es el típico migrante indocumentado. Su éxito profesional como Nate el artista, necesita que no pase desapercibido. El futuro de Nate depende de la fama y la publicidad. Lleva siete años en la música y ya salió en la tele y eventos como Calle 8, un festival de música en Miami en donde tocó en la tarima de Univisión. En 2013 logró sacar su primer disco. Sabe que este artículo puede ser riesgoso, pero Nate no quiere ser anónimo.
– Al contrario y te voy a decir por qué. Yo lo pensé por mucho tiempo y estoy en un programa donde la mayoría de la gente mantiene su anonimato. Pero yo considero que el anonimato es para las cosas del sufrimiento de la persona. Y yo he tenido que romper mi anonimato sobre las drogas y el alcohol.
El pasado no tan cool de su primera vez en EEUU
Nate es cool a primera vista. Pero también tiene nervios. No siempre ha sido fácil.
En 1985, su papá fue asesinado en Santa Odilia y se fue a vivir con su mamá y sus 7 hermanos a la zona 3 de la Ciudad de Guatemala. Su papá era pastor de iglesia y recibía amenazas de muerte de parte los finqueros de algodón en Escuintla por oponerse al maltrato de los trabajadores. La prensa culpó a los guerrilleros de su muerte, aunque Nate y su familia siempre sospecharon que fueron los finqueros.
– Llegar a la capital fue algo nuevo, drástico. I mean, venir de una aldea, era diferente, todo, la escuela, de trabajar como campesino desde que mi papa murió, todo. Estudiaba en el Grupo Escolar Centroamericano en la zona 1, en la jornada vespertina. Y me volví tímido; antes no lo era, pero me hacían como bullying.
El mismo año que mataron al papá de Nate, la cantante cubana Gloria Estefan se volvió famosa con el éxito Conga. Al salir de la zapatería en zona 3 donde trabajaba de niño, miraba el video en la tele, con gente bailando en grandes ciudades, alucinantes. Para su mamá, que es evangélica ortodoxa, tanta fiesta era pecado.
Nate empezó a soñar con una vida distinta en los Estados Unidos.
– Era uno de mis sueños bailar la Conga mientras Gloria Estefan cantaba. Salir en la tele cantando y bailando. Tenía un hermano, Josué, en Miami, la ciudad de Gloria Estefan. Al final ya no aguanté y dije ‘me tengo que ir’.
Al llegar a Florida, Nate supo que la tele vendía el sueño americano, no el derecho a vivirlo.
– Me generaba una tremenda decepción ver que a un guatemalteco en Florida le decían guatemalito y que la gran mayoría trabajaba en los campos de verduras. En realidad yo no venía por mucho tiempo. Venía a toparme con Gloria Estefan. Cuando me dí cuenta lo difícil que era, pensé en hacer dinero lo más rápido posible. Me metí con malas juntas, queriendo jugar a vender droga. Pero yo mismo me caí en las drogas. En la cocaína. Y en el alcohol. Caí en ese mundo.
Las consecuencias del alcohol en exceso y las drogas eran duras. Una condena provisional por posesión de drogas y una orden de captura por romper la medida sustitutiva. Y Nate todavía no cumplía ni 20 años de vida.
– Tenía una novia americana. Estuvimos juntos dos años, ella vivía conmigo y la embaracé. Pero un amigo mío la mató cuando tenía 4 meses de embarazo.
Ya no tiene una actitud cool. Se acomoda en su silla y toma aire para seguir.
– La violó y la apuñaló. Mató al niño o a la niña y a ella. Hasta el día de hoy es difícil hablar de eso. Después caí todavía más en las drogas, de una manera drástica. Yo me quería morir. El sueño se convirtió en una pesadilla.
Nate, que encontró a su novia todavía con vida, se convirtió en testigo crucial en el caso. Consciente de que implicaría cárcel y posiblemente deportación, se entregó a las autoridades para dar testimonio en el caso.
– Estuve preso un año cuando el tipo que había matado a mi novia iba a ir a juicio. A mi me llevaron a la misma cárcel donde estaba él. En una ocasión casi nos ponen en la misma celda, yendo para la corte. La puerta empezó tzzzz (Nate hace un sonido como una puerta electrónica) y miro que el tipo lo iban a meter allí. Abrieron la puerta y yo lo jalo para adentro porque yo lo quería matar en este momento. Alguien gritó que cerraran, que no lo podían poner allí.
Al cumplir la condena, el estado lo mantuvo privado de libertad todavía dos meses más hasta resolver el caso del asesinato a su novia. Al ser liberado en 2001, lo deportaron para Guatemala.
– Por colaborar los fiscales me prometieron ayuda con migración, como una protección del estado, pero no fue cierto. Incluso tengo la carta de protección del Estado todavía. Pero cuando ya no me necesitaban, me entregaron a migración y me deportaron. Ya tenía orden de deportación y no podía hacer nada. No vi ningún juez, nada. Eso fue así: ‘ya no te necesitamos, vete’.
***
Nate fue uno de los 1,094 guatemaltecos deportados por récord criminal en 2001 bajo el gobierno de George W. Bush, marcado por el radicalismo contra los inmigrantes después del ataque de extremistas a las Torres Gemelas en Nueva York. El 25% de los deportados ese año fueron guatemaltecos. En el último año de Barack Obama, el demócrata que impulsó una reforma migratoria, 35,465 personas fueron deportadas.
Siete veces hasta lograr entrar
Pero Natanael quería regresar a ser Nate. En Guatemala, diez años después de su partida, las cosas habían cambiado.
– Llegué a una Guatemala totalmente diferente en 2001. Diferente. Imagínate, cuando yo me fui del pueblito [aldea Santa Odilia] no había luz eléctrica. Cuando regresé fuimos a visitar y ya había. Todo el mundo andaba con celular, estos bloques, telefonotes grandes. Y la aldea estaba más poblada también.
– En mi infancia yo miraba pandilleros, pero no tanto. Un día estaba caminando y un grupo de unos seis pandilleros se me acercaron. Me quitaron la camisa para ver mis tatuajes y qué barrio rifaba.
Me di cuenta que no tenemos ni libertad de vestirnos como queremos y pensé ‘aquí me van a matar, porque yo no me voy a dejar de esta gente’. Regresé tres meses después para aquí para Estados Unidos. No pude vivir en Guatemala. No pude.
En 2001 Nate se fue otra vez de Guatemala hacia los Estados Unidos. El viaje para cruzar México tampoco era el mismo. La primera vez se fue en las rutas del tren de pasajeros que todavía funcionaban en los años 90. Siendo menor de edad pedía apoyo de los otros pasajeros a que fingieran ser familiares para que los empleados del tren no lo bajaran.
En 2001 cuando volvió a hacer el viaje, lo hizo en la Bestia.
– Regresé en el tren, el famoso tren de la muerte. Sin nada, sin dinero, sin nada. Tuve que ver como miembros de la Mara Salvatrucha mataron a uno de la 18, enfrente mío. Tenía que bajarme en los lugares donde paraba el tren y conseguir comida no solo para mi pero para ellos, ¿me entiendes? Si quieres venir en el vagón es mejor venir cuidado por ellos, que venir en un vagón y que te llegan a buscar a la medianoche. Entonces venía pagando protección y como no tenía con qué, era con comida.
En esta ocasión las autoridades de migración en Estados Unidos lo agarraron y lo regresaron a México siete veces. Hasta que lograra entrar. En esta ocasión con la cabeza reventada.
Unas noches antes se habían puesto a tomar con un hondureño que venía en el mismo grupo para cruzar la frontera. Ya tomados el hondureño le había pegado en la cabeza con un bate para asaltarlo. Nate despertó tres días después, sin pelo y sin memoria en un hospital en Nuevo Laredo, Tamaulipas, una ciudad en fronteriza entre México y Estados Unidos.
Así cruzó el desierto. Con la promesa de no volver a tomar.
Vivir en los Estados Unidos de Trump
El 25 de enero 2017, Donald Trump firmó su primera orden contra los migrantes. Recortar fondos nacionales a las municipalidades que se ofrecieran como santuarios para los migrantes indocumentados. A pesar de fuertes protestas, el alcalde de Miami-Dade, Carlos Giménez, anunció el fin de la protección a los migrantes, que se calcula que son 150,000 indocumentados. En todo el municipio el 67% de la población es latina Giménez fue el único alcalde en todos los Estados Unidos que renunció a que su ciudad fuera un santuario. Trump lo felicitó por Twitter.
Ordenó la detención indefinida de migrantes indocumentados y se unió al discurso de miedo que apela a la criminalización de migrantes. Una estrategia que afectaría a migrantes como Nate.
– Hay un miedo en la comunidad. Los que salen a trabajar tienen miedo de salir porque no cargan papeles. Están ahora usando el record criminal de todo. Si tuviste un DUI [manejar bajo influencia de alcohol] hace 10,15 años, deportado.
– Uno tiene miedo de salir. Tiene miedo a manejar. Antes todo el mundo por ejemplo en West Palm Beach manejaba tranquilo. Ya no se puede. Entonces yo he llegado a tener este miedo ahora con el cambio de presidente. Ahora le doy las llaves a mi mujer para que maneje ella. Porque ella es americana. El miedo mío es por los rumores a que me vayan a deportar. Imagínate que me separen de mi familia. Aunque estamos peleando ahora por un perdón, para borrar mi récord. Por lo mismo quiero contar mi historia.
Nate no lograba superar la culpa por el asesinato de su novia. Entró en un programa de rehabilitación para dejar las drogas y el alcohol. Después empezó su propia organización: Un nuevo hogar, para ayudar a jóvenes que sufran adicciones. Entre ellos el miedo también está creciendo.
– Se oye que a la gente la han ido a traer en su casa y a los dos días ya están en Guatemala. Sin necesidad de llevarte a corte ni nada.
Junto con su manager y el grupo de música, Nate está acostumbrado a viajar a diferentes partes de los Estados Unidos para hacer shows. Desde Trump, cuando le toca viajar aunque sea hasta Nueva York prefiere hacer los 2,000 kilómetros en carro y ya no en avión.
–Estoy a punto de hacer algo grande, pero tengo los brazos amarrados.
Nate y su manager están a punto de cerrar un contrato con una agencia internacional. Solo que hay un problema para el Daddy Yankee guatemalteco: Esto implicaría viajar a diferentes países de Latinoamérica para promover su música. Pero tiene que esperar una llamada después de un mes de haber empezado el trámite. La que le diga que ya puede ir por sus papeles de residencia.
Jose Tunchezz /
Personalmente no me gusta el reggaeton. No es mi genero. Pero, eso no le quita merito al hecho de que a alguien le gusset y se destaque. Hay que seguir adelante pues y darle con todo. Para atras ni pa agarrar avanze.
juan ramos /
Vos Cesar A. que sabes de sacrificio si por lo visto no pasas de ser un envidioso que pasa aplastado criticando la lucha de los demás, das risa mano ajajajajajajajjajj...y para este cuate mis felicitaciones porque a pesar de tanta adversidad se ve que ha cumplido sus sueños y eso es lo que de verdad importa, saludos.
Oscar /
En respuesta a Cesar A.
Yo pensaba como used antes. Pero despues de vivir muchos an~os en EEUU, y no ilegal, me opinion cambio profundamente.
Yo no conozco a Nate Garcia pero de alguna manera refleja la historia de probablemente millones de guatemaltecos que viven aqui y , en los ojos de al menos el 50% de la gente de EEUU, despiertan mucha simpatia.
Desde varios angulos yo puedo decir que truinfe en EEUU y creo que eso me obliga mas aun a apoyar a la gente sin papeles. Pero yo tengo claro que en primer lugar tuve muchisima suerte y en segundo, en Guatemala tuve acceso a recursos que el 80% de nuestros paisanos no tienen. Piense que tan jodida tien que ser la vida que viven en Guate para aceptar venir indocumentados.
Yo no necesito que nadie ande contando historias positivas de los que nos fue bien aqui. Yo estoy muy contento de que se hable de los que pasan estas vidas tan dificiles.
César A. /
¿Porqué no escribe una historia de un inmigrante que hace las cosas correctamente y triunfa en EEUU?
Uno que no sea delincuente y haga las cosas bien.
El es ilegal y esa es su realidad, eso no lo hace un ejemplo y lo hace alguien que infringe la ley, y otro punto interesante es que solo menciona a Bush y a Trump, pero durante la presidencia de Barry hubo más deportaciones, pero para los 'progres' el es cool.
Los inmigrantes ilegales, son eso ¡ilegales! no hay porque santificarlos mientras otros trabajan ajos para hacer sus trámites y pagar abogados para hacer el procedimiento correcto, ¡esos son los que merecen admiración!.
Erick Chang /
buen comentario- tan facil que es buscarme en Google Scholar o en simple Google pero como no tengo ideologia, la prensa chapina me tiene vetado desde el 2009