Sin embargo, me molesta sobremanera la descalificación a las obras creativas recientes, rebajándoles el título de arte únicamente por su forma de producción o el autor. Contra esto no me queda más que exponer mi propio criterio en un lema que me ha ayudado en la lectura de experiencias artísticas:
La obra de arte es atemporal.
Detalle de La Huida de Remedios Varo, 1961
Así, simple. Pero aprovechemos lo que nos queda de esta página para teorizar.
El arte es una constante, porque está presente en todas las sociedades desde la evolución humana. Es una necesidad social; más allá de una persecución estética, se convierte en un fenómeno de comunicación. Pero, ¿qué mente tan malvada puede declarar que esta época es tan pobre que ni siquiera permite que el fenómeno artístico ocurra?
Jímenez Deredia. 2009. Escultor de nacionalidad costarricense que ha llamado la atención del mundo artístico actual debido al tratamiento geométrico de sus piezas y su constante temática con inspiración latinoamericana en altísima calidad. Actualmente, Roma es una de las ciudades que más obras exhibe públicamente de este autor.
Aún siendo atemporal, el arte tiene otra virtud: es reflejo de su contexto. Lo sé, puede sonar contradictorio. Una obra, constante y atemporal, refleja un instante histórico preciso. Pero consideremos que la verdadera obra talentosa trasciende su momento de creación y representa un hito en sí misma.
"Hopeless" Roy Lichtenstein, 1963. Trasladó el proceso mecánico de la impresión offset y, con medios manuales, lo convirtió en piezas artísticas únicas como una reacción coyuntural a la sociedad que no valoraba el trabajo de ilustradores y creativos.
Muchas veces el arte actual es desvalorizado al lado de piezas clásicas de innegable belleza, monumental trascendencia o ejecución perfecta. Sin embargo, no podemos encajar la definición de arte dentro de principios tan rígidos. El concepto de arte nunca ha sido pétreo y permitir su evolución es oxigenarlo.
"Fuente" Marcel Duchamp. 1917. El más famoso de los objetos “Ready Made” un acto de Duchamp contra el arte cortesano y docto que reinó por siglos. Sin saberlo, valoró la cotidianidad como medio apropiado para encontrar inspiración.
Dicen que la culpa la tuvo Duchamp cuando expuso su “fuente” como objeto artístico. Yo creo que la culpa la tuvo el último pintor o escultor que, antes de Duchamp, cómodamente reproducía cualquier tema que pudiese satisfacer un capricho banal. El arte reacciona ante su entorno, su motivación es revolucionaria e innovadora.
Ilustración 2 "Ritmo de Otoño" Jackson Pollock. 1948. Este artista se atrevió a hacer algo que nadie había intentado, su técnica de goteo se convirtió en una auténtica revolución tan grande como la pincelada de Vincent Van Gogh. El expresionismo de estas piezas sería imposible de igualar por otros pintores posteriores que, sin duda, le deben a Pollock un camino más amplio para explorar y proponer sus propias técnicas.
El problema no es del arte, es de algunas galerías y museos que han cedido la calidad y el concepto por el escándalo y el mercadeo. También es de aquellos que quieren descubrir al Miguel Ángel del siglo XXI cuando él vivió en la Italia del Cinquecento.
Como ha sido constante en los otros textos que he publicado, sólo quiero que abramos los ojos y nos dejemos llevar por nuestros sentidos para crecer en el pensamiento crítico. No puedo decir entre quienes están produciendo arte qué va a trascender tanto como lo hizo Da Vinci aunque estoy seguro que alguien en esta generación lo logrará, pero sí les puedo invitar a que lo busquen y aprecien mientras vivan. Exploremos, también, otras formas de arte que nos ha traído la modernidad (y que sin duda envidiarían los grandes artistas del Renacimiento y el Barroco) como el cine, el comic, el tatuaje, la instalación y el performance. Saquen sus propias conclusiones y no se cierren a una experiencia estética nueva.
El arte vive. Nunca morirá y siempre se renueva, es parte de su naturaleza, disfrutemos descubrirlo hoy y mañana. Adelante.
Manuel Duende /
Qué es el arte es la pregunta sin respuesta. Y en ese vacío cabe todo lo que uno se pueda imaginar. Lo que a mí me interesa es imaginar cómo será el artista del futuro que posiblemente tendrá poco que ver con Leonardo Da Vince, o Pollock. ¿Será multidisciplinario? Es decir, podrá hacer música, fotografía, pintura, video y escribir literatura? O ¿continuará con el esquema actual de desarrollo en una única rama del arte, o a lo sumo en 2 ó 3 expresiones más?