Arte rupestre de las cuevas de Pont D'Arc. Francia. Circa 17,000 a.C.
El arte surgió como una necesidad social, una forma de comunicación constante en ese medio iluminado por fuego dentro de las cuevas. No nos debe extrañar que la maestría de las obras artísticas más reconocidas se deba a su manejo luminoso. Por supuesto, es fácil percibir esta fascinación por la luz en obras de artistas imprescindibles como Rembrandt y Caravaggio, pero atrevámonos a ver la luz como algo más abstracto. Comparemos la sombra, oscuridad y luminosidad de una pieza musical, con altos, bajos y silencios. “Clair de Lune” Claude Debussy. 1890. Un ejemplo sonoro de la psicología de la música sobre nuestra percepción de luz y sombra. Oigamos un rato.
O una escultura de mármol dispuesta de tal forma que recibe los rayos del sol que ensombrecen y resaltan sus formas creando el drama de la acción petrificada.
"Venus Itálica" Antonio Canova. 1819.
El arquitecto Le Corbusier llegó a la conclusión, ya en el siglo XX, que “la arquitectura es el juego sabio, correcto y magnífico de los volúmenes bajo la luz”. Volúmenes estáticos que cambian de lectura con el movimiento diario del sol.
Edificio de Rectoría. USAC. Foto elaboración propia. Examinemos por un momento el juego rítmico de luz y sombra.
Con la luz viene otro fenómeno fascinante: el color y la percepción cromática de miles de tonalidades junto a la manipulación de materiales para imitar los encontrados en la naturaleza.
"Composición con Azul" Piet Mondrian. 1930.
Si hay color, hay luz… ¿Y si no lo hay? Hay contraste. Las sombras no serían nada sin luz. Sin luz, no hay nada.
Creo que es momento de dar un repaso a lo que hemos aprendido, ahora visto con otro foco.
Volvamos a lo sencillo, la luz en el medio que me parece más fascinante y representativo: la pintura.
Si introducir fuego a la cueva fue el génesis, cuando Caravaggio prendió un fósforo con su pincel, inició una revolución. Este pintor italiano del siglo XVI hizo lo que a nadie se le había ocurrido antes: sacó el arte de la oscuridad, literalmente, sus figuras nacen de la sombra y se bañan en una luz mística.
"El Martirio de Santa Úrsula" Michelangelo Caravaggio. 1610. La construcción de las formas es un espacio de color de fuertes contrastes que dotan de volumen al cuadro sin necesidad de un exhaustivo estudio de perspectiva.
Estos cuadros han inspirado miles de artistas, su influencia se aprecia desde autores contemporáneos como Georges de La Tour y Artemisia Gentileschi.
"María Magdalena" Georges de La Tour. 1640. Las obras de La Tour son íntimas y vagamente iluminadas, casi sofocantes, sin embargo de la calma de sus personajes.
"Judith y Holofernes" Artemisia Gentileshi. 1612. Artemisia asimiló los principios y el dinamismo de Caravaggio, realzando las acciones de sus personajes con el dramatismo de fuertes luces focalizadas.
Hasta Velázquez, llamado “pintor de pintores” se fijó en el aporte de Caravaggio e hizo su propio homenaje en su obra. Su propia luz.
"La Fragua de Vulcano" Diego Velázquez. 1630. Velázquez alcanza la madurez pictórica con esta obra, su manejo luminoso es tan cuidado que se dice que es el único que pudo pintar el aire que corría entre los personajes.
El tiempo siguió caminando y la luz continúa en estudio día con día. Vermeer es otro gran representante del estudio cuidadoso y específico del poder que ejerce la sombra en una obra.
"Muchacha leyendo una Carta" Johannes Vermeer. 1657. En este autor, encontramos el valor de la armonía, se dedicó a crear atmósferas tan familiares que nos deberíamos sentir invitados a acompañar a sus personajes.
Hay algo de poesía, o llana ironía, en el hecho que fue Goya quien regresó la pintura a la oscuridad durante el “Siglo de las Luces” movimiento que empieza luego de la Revolución Francesa en 1789.
"El Conjuro" Francisco de Goya. 1798. Goya, en su etapa más madura, se fascina por el mundo de las brujas y el pecado, una excusa perfecta para explorar la oscuridad de la noche.
Por algún tiempo, se pensó que la luz no evolucionaría más allá de lo que hemos visto. Hasta que llegó el Impresionismo y la luz no solo se convirtió en contraste, se hizo color en sí misma.
William Turner inspiró a una nueva generación de pintores.
"Incendio en el Parlamento" William Turner. 1835. El movimiento impresionista disecciona la fuerza de los lienzos de Turner y determinan que su aporte es la observación de la luz en su estado natural, a diferentes horas del día, durante todo el año.
La pintura no sólo se libera de la oscuridad, también sale de los estudios a plasmar el día. Vive en cada instante, como la fotografía...
Podríamos continuar evaluando cada aporte luminoso de cada artista, pero la conclusión sería la misma: la luz es, al mismo tiempo, creadora y protagonista del arte.
Mucho se debate sobre qué sí y qué no es arte; si ven la obra como un amanecer, no lo duden, es arte.
En fin, “alumbra, lumbre de alumbre...”
Chucho /
El final del artículo con referencia al Señor presidente me gustó mucho. Muy buen artículo. Sin embargo, personalmente, hubiera preferido una fotografía del Teatro Nacional que el de la USAC.
Luis /
No me quedo claro el tema central del artículo, pero el arte visual en si compromete la luz en el manejo de los colores y tonalidades, pero el manejo de la luz como tal, se presenta hasta en abstracción sensitiva, y el manejo de volúmenes en arte geométrico, ¿no sé si a eso iba enfocado?, o es un recorrido a través de la evolución del manejo de la atmosfera y la luz, en el arte visual occidental.
Gracias por comentar, Luis.
Justamente iba enfocado por esa dirección. La luz como generadora del arte, inseparable. La segunda parte, el recorrido, pretende ser una valoración de los manejos y cambios más evidentes de la luz en la línea tradicional del arte occidental que conocemos, como un parámetro de estudio y observación que se puede aplicar a obras (pictóricas) de toda época y estilo.
G.M /
Gracias por tan interesante articulo...muy buen cambio a solo politica. He tenido el gusto y privilegio de ver varias de estas obras en vivo y en verdad son obras de ARTE. Adelante con blogs de estos temas !
fco. lopez hurtarte /
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UN OASIS EN EL DESIERTO DE LA POLÍTICA
Desde el plano de la contemplación o el ejercicio, la pintura tiene su encanto y efecto consolador.
De temáticas y épocas distintas Sandro Botticelli y Manet son nuestros favoritos. Y en Guatemala no volverá a haber ni otro Quiroa ni Tun.
La pregunta es, con las nuevas tendencias en el arte moderno ¿el arte plástico desembocará en el performance y el arte conceptual? Porque me resisto a creerlo.
Muy de acuerdo con la crítica que la mexicana Lésper hizo de estas derivaciones a su visita a Guatemala.
O será que me surge la duda porque, al menos en Guatemala, muchos de los plásticos terminaron practicando ambas expresiones.
Muchas gracias por comentar, Fco.
Creo que no debemos temerle al performance y el arte conceptual porque representan evolución y cambio de paradigmas. Sin embargos, debemos ser críticos en su lectura para evitar la trivialización del concepto (ya complejo y abstracto) de arte.
Lucrecia Charchalac /
No sé como hasta hoy (en su tercera entrada) no me habia fijado en este blog, me gustó muchísimo, no soy una conocedora del arte ni de tecnicismos al respecto, pero me gusta mucho observarlo, he de confesar que La Fragua de Vulcano ha sido de mis pinturas favoritas desde que la vi en El Prado hace unos años. Excelente encontrar discusiones artísticas en nómada y por cierto, excelente forma de terminar el artículo, me quedé con ganas de ir a un museo y también de volver a leer El Señor presidente.
Muchas gracias, Lucrecia, su comentario es precisamente la intención del texto, invitar a seguir viendo y buscando. Me conmueve que lo haya tomado así. Gracias por leer y comentar.