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La escuela que beca al 70 por ciento de estudiantes

Un sendero estrecho. Vendedoras de frutas. Restaurantes vegetarianos. Consultores esotéricos. San Marcos La Laguna, Atitlán. 10 de la mañana. La guía es exótica y pronto pierde al grupo de turistas entre callejuelas, árboles de jocote, aguacate, izotes y jacarandas.

Cotidianidad becas educación guatemala método Waldorf Opinión P258
Esta es una opinión

Niños juegan en la escuela Caracol.

Fotos: Hugo Kopper

La mujer nos lleva a una parte del pueblo en donde se combina la pobreza más extrema y los más sofisticados sistema de vida. De pronto en el camino empiezan piedras pintadas con figuras juguetonas. El centro educativo Escuela Caracol es la primera iniciativa que aplica la pedagogía Waldorf en Guatemala. Siete años atrás abrió sus puertas con apenas unos cuántos niños; hoy, esta escuela atiende a 60 estudiantes entre maternal y primaria.

En clases acogedoras, que procuran evitar esquinas para que la energía fluya, esta peculiar escuela en un pueblo de mayoría kakchiquel a orillas del lago, beca al 70% de sus estudiantes. Niños de las más variadas nacionalidades conviven, aprenden y se construyen, transformando el desequilibrio social y étnico que existe en Guatemala. Las personas locales dejan de estar al servicio de los extranjeros y se posicionan como iguales, propiciando relaciones horizontales que abren mundos.

 

Niños en la escuela.

Niños en la escuela Caracol.

La pedagogía Waldorf fue creada por Rudolf Steiner, pensador y crítico del sistema; un hombre controversial para su época que plantea la antroposofía (que combina un legado intelectual, uno artístico y uno disciplinar) y una serie de aplicaciones en el ámbito educativo, económico, social y espiritual. Steiner funda la primera escuela Waldorf en Stuttgart, Alemania, en 1919. A pesar de haber sido perseguido por los nazis y de haberse tratado de eclipsar su pensamiento, en 95 años se han abierto 1,026 escuelas Waldorf, 2,000 jardines de niños y 646 centros de educación especial en 60 países.

La pedagogía Waldorf divide las etapas de desarrollo infantil en períodos de 7 años (septenios). En el primer septenio los niños desarrollan la voluntad a través de la acción y el movimiento, con base en la imitación y se busca dar fundamento a la ética. En la segunda etapa, de los 7 a los 14, el niño o niña están listos para tener un aprendizaje más intelectual. Pero todas las materias académicas se imparten de una manera artística. Por último, el tercer septenio, de los catorce a los 21 años, es una etapa en la que el joven busca la verdad inherente en su realidad, la cual puede llegar a conocer mediante el cultivo de un pensamiento lógico, sano y objetivo. En esta etapa las materias científicas toman preponderancia junto al arte y despertar las fuerzas del corazón.

“Aquí cada niño es único y especial, es un ser que brilla con luz propia, es un ser que debe ser observado en todos sus aspectos. El método Waldorf es una pedagogía en la que más que darle importancia a lo académico, como normalmente hace en el sistema tradicional, pretende estudiar el desarrollo del ser humano, con base en este estudio del desarrollo, nosotros podemos ir adecuando el currículum a las necesidades de los niños”, comparte Andrea Arrivillaga, maestra de segundo y tercero primaria de la Escuela Caracol.

El 70% de los niños caracoles son de origen maya, pero también lo son sus profesores, la mayoría de ellos mayas kaqchikeles, en proceso de formación Waldorf, igual que Andrea y un par más de maestros nacionales. Todos son capaces de explicar esta particular pedagogía y sus principios filosóficos, de una manera acorde con la cosmovisión maya y el sentir de la comunidad de San Marcos.

Los alumnos Zoila y Yago, ambos de 9 años, coinciden con que lo que más les gusta de esta escuela son los cuentos, dibujar y trabajar riendo. “Aquí te dan espacio”, dice Santiago, alumno español que ha estudiado sus últimos cuatro años en esta escuela.

Cada día es un reto para toda esta comunidad educativa. Desde mantenerla con voluntad y donativos hasta ampliar los grados. Verla me hizo recordar que un mundo más humano es posible.

Itziar Sagone
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Mujer, madre, hermana, amiga, compañera. Disfruta la vida trabajando desde el arte, la educación, las comunicaciones y la sanación alternativa en la construcción de un país en el que podamos vernos y reconocernos, en el que avancemos en colectivo hacia formas más humanas de relacionamiento. Ama caminar por el bosque y vibrar con él desde dentro.


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COMENTARIOS

RESPUESTAS

    Kathya Archila /

    15/10/2014 9:33 AM

    Buenísimo, suena bien, dan ganas de investigar más.

    ¡Ay no!

    ¡Nítido!

    Gabriela de Lucas /

    07/10/2014 1:49 PM

    Me encantaria poder platicar con usted y compartir experiencias y aprendizajes de este ambito tan espectacular! Yo vivo en la capital y tambien participo en un proyecto de educacion innovador y basado en el niño.

    ¡Ay no!

    ¡Nítido!

    Israel Valenzuela /

    06/10/2014 11:03 PM

    No cabe duda que se pueden hacer cosas maravillosas y que en algún rincón de nuestro país estén sucediendo, que bien por nuestros niños. Gracias por la información.

    ¡Ay no!

    ¡Nítido!

    Evelyn /

    06/10/2014 11:01 PM

    Excelente experiencia. Gracias por compartir esta interesante propuesta educativa.

    ¡Ay no!

    ¡Nítido!

    Coralia Echeverría /

    06/10/2014 8:42 PM

    Lindo artículo, Itziar. Gracias por informarnos acerca de esta luz esperanzadora en el sistema educativo en Guatemala. He leído que pronto se abrirá otro colegio con el método Waldorf cerca de Fraijanes. Me encanta que cada niño pueda ir construyendo su propia formación desde su particularidad.

    ¡Ay no!

    ¡Nítido!

    Cuchi Fernández /

    06/10/2014 7:13 PM

    Me encantó, Itziar. Dan ganas de regresar el tiempo y de haberles dado una oportunidad como esa a mis hijos. Ese sistema se adapta al niño, no el niño al sistema, como deberían de ser todos los demás. A cambio, impera la frustración, los problemas de aprendizaje, los niños hiperactivos y el recurso de los medicamentos para hacer efectivo el sometimiento y la adaptación. Hacer niños felices debe de ser el principal objetivo, que aprendan disfrutando.
    Me encantó tu columna, bravo!!!

    ¡Ay no!

    ¡Nítido!

    Auskalo /

    06/10/2014 11:38 AM

    Y por supuesto qué es posible! Mila Esker (muchas gracias), por acercarnos de manera tan clara y sencilla los entresijos y sentires de esta corriente pedagógica!

    ¡Ay no!

    ¡Nítido!



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