Las claves que necesitas para apreciar el arte

Criticar es bueno porque nos genera opiniones y posturas propias, conocer la visión de otras personas nos enriquece y nos ayuda a comprender al artista y dictaminar si es de nuestro gusto o no lo es. Generar una opinión crítica también es fácil, sólo depende de nuestra sensibilidad, articulación y algo de conocimiento.

Si deseamos tratar de comprender una obra, y exponer objetivamente si la valoramos como arte, lo mejor es verla detenidamente y hacernos una serie de preguntas.

Hagamos el ejercicio con esta pieza:

Quitasol

¿Qué es?

-Es una pintura al óleo.

¿Qué vemos?

-Una pareja en un jardín, con una sombrilla. Un día soleado, nubes, árboles y un pequeño perro.

¿Cómo son los personajes?

-Jóvenes, van vestidos con ropa de cierta época y lugar, ella lleva un abanico y viste muy elegante con aretes de brillantes y el cabello recogido. Él viste de forma más sencilla y se cubre con un pañuelo.

¿Dónde están? ¿Qué hacen?

-Están en una pradera o en un jardín cerrado con una pared. Ella descansa sobre la grama y él la cubre del sol con una sombrilla turquesa.

¿Cómo nos hace sentir este cuadro?

-…

(El arte nos provoca emociones, eso es lo que apreciamos.)

Veamos ahora rasgos técnicos. Observar una obra implica ver hasta lo que está oculto. Hemos oído hablar de conceptos de composición,  perspectiva y proporción y es importante que aprendamos a identificarlos y valorarlos.

Veamos primero la perspectiva, que consiste en representar las cosas con su profundidad y distancia relativa para darnos una expresión de espacio tridimensional.

Perspectiva

En este caso, el muro del fondo sirve como escenario para darnos la ubicación del punto de fuga que curiosamente está muy bajo. Notemos como se abre absorbiendo a la figura principal dándole el protagonismo absoluto.

Ahora la composición, que consiste en la forma en que se ubica el tema del cuadro, sus relaciones entre sí y la construcción de la imagen que desea el autor.

Composición

La composición la podemos analizar buscando las líneas que tiene el cuadro, es muy útil encontrar el centro primero con dos líneas imaginarias transversales. Notemos cómo las figuras están colocadas cómodamente dentro de una pirámide, esto hace que nuestra vista se enfoque en sus expresiones y sus actitudes. También, veamos el árbol que juega como contrapeso al muro, un ejemplo clarísimo de balance y equilibrio.

En cuanto a la proporción, es el reflejo entre la talla y relación de las cosas en una obra visual, cuando una pieza carece de proporción carece de armonía. Evaluar la proporción es una valoración a ojo, pero también nos ayudan herramientas como el número áureo y la sucesión de números que significa la “espiral de Fibonacci”.

Proporción

Ahora veamos a las figuras dentro de la espiral. El largo de sus extremidades, incluyendo la sombrilla, crecen, se mueven y extienden dentro de ella. Mucho se ha hablado del valor oculto o significado, sin embargo (a juicio personal) me parece que la proporción áurea es un elemento instintivo del creador visual y la espiral puede colocarse de muchas formas porque las obras son intrínsecamente proporcionadas.

A todo esto. ¿Quién pintó este cuadro? Este dato no era importante hasta este momento porque una obra de arte debe cautivarnos por los sentidos, no por la firma, sin embargo, conocer su autor, contexto y autor nos ayuda a generar una crítica fundamentada.

El autor es Francisco de Goya (1746-1828) enorme pintor español que transitó desde el neoclásico, el romanticismo e inaugura, tal vez sin saberlo, las vanguardias modernas. Su obra es prolífica y abundante.

La pieza que analizamos se llama “El Quitasol” y fue pintada en 1777 como un cartón que serviría de base para la creación de tapices bordados para la Corte, este sería para decorar el comedor del príncipe Carlos IV.

Al tener como objetivo la reproducción a través de hilos, podemos referenciarnos a otro valor importantísimo que no hemos visto, el color:

Color

Los colores tenían que ser lo suficientemente contrastantes para ser reproducidos por la gama de hilos disponibles, por eso vemos colores primarios y fondos simples. Además, el color crea atmósferas, en este caso nos transporta a un día soleado de primavera.

Con toda esta información ya podemos emitir una opinión crítica, articulando los factores en un texto qué podría ser algo así:

“El Quitasol” de Goya, es una obra de su producción temprana, cuando el artista era empleado real y se encargaba de decorar los palacios reales, sin embargo, superando la labor encomendada, crea piezas de gran equilibrio y balance enmarcadas en el gusto de la época y nos transporta a lugares soleados y frescos, donde la belleza es factor importante pero dentro de un ambiente relajado donde somos bienvenidos a pasar una tarde de sol junto a los protagonistas y el autor.

Este método es aplicable a cualquier pieza, de  cualquier tipo y cualquier rama, algunos factores no estarán presentes, pero a veces esa ausencia también es una postura por parte del autor.

Analizar una obra de arte es entablar un diálogo con su creador donde el tiempo es poco importante porque solo le estamos acompañando en su viaje en este corto momento en que ambos existimos al mismo tiempo.