El Nobel es un premio cuestionable. Y sin duda lo han ganado escritores que no lo merecen. Sin embargo, este no es el caso por una razón sencilla: que Dylan sea más reconocido como músico no le resta ningún mérito como escritor; además, la labor de crear por medio de palabras es la misma que la de cualquier otro poeta.
La poesía, al final de cuentas, es una expresión. Es un texto que lleva un ritmo, que desnuda por dentro al autor, y que utiliza ciertos recursos estilísticos que le dan calidad literaria. Su construcción misma, el contenido y la musicalidad, le darán ese valor para ser literatura que no envejece. Por otro lado, un poema, para disfrutarlo mejor, debe leerse en voz alta. Y si es acompañado de una melodía, ¡mucho mejor!
Quien reciba el Nobel de Literatura, de acuerdo con los argumentos del Premio, será “quien hubiera producido en el campo de la literatura la obra más destacada, en la dirección ideal”.
La obra de Dylan ha trascendido durante más de 50 años. Que sus versos estén musicalizados, no significa que no sean poemas. El hombre escribe. Y deja caer su pesar, su rabia, su tristeza. Lo cotidiano, la calle; encuentra cómo convertir en algo bello cualquier escenario.
El escritor Francisco Alejandro Méndez escribió ayer que “el reconocimiento a Bob Dylan, también lo es a esa generación de autores como Ginsberg, Burroughs, Kerouak, entre otros”.
La generación del beat, a la que se refiere, se caracterizó por rechazar los cánones de la literatura de aquella época. Fue un movimiento transgresor, que llevó las letras hacia un camino distinto. En el caso del ganador del Nobel del 2016, lo que hizo fue musicalizar la voz de esa generación.
Ambas formas artísticas, poesía y música, pueden ir tomadas de la mano. Un poema no necesariamente tendrá musicalidad en su construcción; algo que sí tienen las letras del músico.
Además, lo que Dylan escribió puede leerse sin melodías de fondo. De hecho, en mi caso, me gusta más leerlo que escucharlo. Así fue como le encontré gusto a Dylan, en un libro de poemas y canciones, que apareció entre las libreras de Sophos, hace un par de años.
Los críticos de este Premio, dicen que no lo merece porque es músico. Porque es darle un premio que otros merecen. Porque tiene una ventaja sobre otros al contar con mayor reconocimiento, por la facilidad que tiene la música de encontrar popularidad. Versus la poesía que sólo se escribe. O que hay más poetas, que no escriben para que se musicalice y que quedaron a un lado.
Pero quizás no se han dado la oportunidad de reparar en la calidad literaria de sus canciones; que encarna con excelencia la poética beat. Dylan consiguió lo que muchos artistas quisiéramos: que converjan dos ramas del arte y con un resultado fascinante.
Bob Dylan ha llevado la poesía a escena. Narra su dolor, su angustia, su incertidumbre, su cotidianidad es un poema que puede ser cantado. Y por eso, el Nobel lo tiene bien merecido.
Giancarlo /
Entiendo las dos posturas, pero no deja de ser polémico. No se puede meter en la misma canasta a Mario Vargas Llosa con Sting; o a el Gabo con Bob Marley. Todos me parecen geniales, pero sus industrias son distintas y la notoriedad también. Mejor debería existir un Premio Nobel dedicado a la canción popular.
Rafael Diaz /
Bueno, un columnista perteneciente a una elite culta aprueba el premio a Dylan obviamente porque lo conoce. Para mi es una muestra de la subordinacion de la cultura europea a la cultura norteamericana, como el premio Nobel de la Paz a Obama sin que hubiera hecho algo por la paz en ese momento. Dylan puede ser un gran poeta pero restringido a la lengua inglesa, y si no me equivoco poco traducido a otras lenguas, que yo me acuerde sus mejores canciones-poemas no han sido traducidas ni han tenido exito en español por ejemplo.
Nelsoncetino /
Estoy de acuerdo, hay hermoso poemas que se han musicalizado. Muy pronto todos aceptarán que el rap es poesía.
Ingrid /
Completamente de acuerdo.
Gracias por resumirlo de esa manera tan concisa.