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Un deportado y Trump: “¿Qué voy a hacer con fucking Q35?”

Clemente, un hombre que vivió 26 años en EEUU, llegó hace tres meses deportado al aeropuerto de La Aurora. Es uno de los 78,816 guatemaltecos expulsados en 2016. Como medio planeta, podría estar decaído ante la llegada a la presidencia en 2017 de Donald Trump y sus amenazas de amurallar toda la frontera, pero no. Está decidido a volver al Estados Unidos como indocumentado.

Cotidianidad P147

Santa Eulalia, Huehutenango.

Foto: Carlos Sebastián

Clemente, un hombre que vivió 26 años en EEUU, llegó hace tres meses deportado al aeropuerto de La Aurora. Es uno de los 78,816 guatemaltecos expulsados en 2016. Como medio planeta, podría estar decaído ante la llegada a la presidencia en 2017 de Donald Trump y sus amenazas de amurallar toda la frontera, pero no. Está decidido a volver al Estados Unidos como indocumentado.

Fuiste tú quién robó mi alegría, fuiste tú quién mató mi ilusión. La canción La mujer de los dos, de Los Temerarios, suena muy alto en el restaurante del hotel Fran Pab en Santa Eulalia, Huehuetenango, a 316 kilómetros de Ciudad de Guatemala y a 97 kilómetros de la frontera con México. Es martes, hace frío y son las 9 de la noche. Entre una decena de botellas de cerveza, los hermanos Clemente y Demesio descansan. Su conversación es en tres idiomas: q’anjob’´al, español e inglés. En el lugar están ellos, los meseros y una pareja sentada al fondo de local.

La música a todo volumen es para complacer a Clemente, un hombre de 41 años que aparenta tener 50. Él es el más elocuente de los dos. Fue deportado hace tres meses y dice seguir triste y molesto por lo inesperado de estar en el lugar del que se fue hace 26 años. Las autoridades migratorias de Estados Unidos fueron quienes mataron su alegría. Lloró cuando lo detuvieron, cuando se subió al avión que lo trajo de vuelta a Guatemala, cuando llegó al aeropuerto, cuando llegó a Huehuetenango. En el restaurante bebía para no llorar. Y nos pidió que no sacáramos la cámara para fotografiarlo.

Cada día, unas 300 personas migran de Guatemala a Estados Unidos, según el informe de 2013 de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM). De ser así, cada año migran 109 mil 500 personas a unirse al 1.5 millones de guatemaltecos que se calcula que viven en Estados Unidos. Y cada año, casi la misma cantidad de gente es deportada. En el 2015 fueron 106 mil 488 personas. Este año van 76 mil 883, según datos de la Dirección General de Migración.

El terror que genera Trump en la opinión pública poco le importa a Clemente. En las noticias escuchó de sus planes para los migrantes, de las deportaciones masivas y de la construcción de un muro en la frontera. El panorama es oscuro, peligroso y arriesgado. Pero ni con esos anuncios Trump mata la ilusión de Clemente. Volver a Estados Unidos.

Clemente, un hombre bajito, de ojos grandes, piel morena y bigote escaso, se envuelve en una chumpa más grande que su cuerpo para protegerse del frío en los Cuchumatanes. En EEUU, vivió en Omaha, Nebraska, donde trabajó como albañil y supervisor de construcciones; en un mes podía ganar hasta $2,400 (Q18,000). Ahora no tiene trabajo y trata de acostumbrarse a la vida en Huehuetenango.

Prefiere hablar en inglés. Estudió español en la escuela primaria, pero nadie le explicó para qué. En su casa trató de practicarlo pero las respuestas fueron en q’anjob’al, su idioma materno. Cuando tenía 15 años se fue a Estados Unidos y tuvo que aprender a hablar en inglés. Aunque ahora sabe español, lo siente ajeno.

Desde niño dividió su tiempo entre estudiar y trabajar en el campo para ayudar a su familia a comprar la comida para él y sus hermanos. Entre pláticas con su padre y conversaciones familiares supo que una de las únicas opciones que tenía para salir de la pobreza era migrar hacia Estados Unidos. Clemente recuerda ese viaje de 1990 como si hubiera volado.

– Es como suave, como volar como un pájaro. Nadie te conoce, nadie te dice nada. No había muchas migraciones en el camino y era menor de edad.

En éste segundo viaje que emprenderá para volver a Estados Unidos sabe que no volará, que no se sentirá como un ave. En su corazón palpita el peligro. Lo sabe, por eso repite que si logra llegar a su destino es porque Dios lo ayudó. Si muere, si muere… de algo tenía que morir.

En Guatemala solo tiene un hermano; en la entrevista, mientras Demesio le frota la espalda, cuenta que su mamá murió dos semanas después de que lo deportaran. Todavía se despidió de ella. También tiene un perro llamado Boxer que lo acompaña a todos lados. Su esposa y tres hijos viven en México desde el año 2010, cuando fueron deportados. Desde la distancia, Clemente empezó a ser el protector económico de su familia. Ahora ya no tiene trabajo ni dinero. Vive en la casa de su hermano y él le paga las cervezas. Se le corta la voz, se le humedecen los ojos de la rabia y casi llora cuando dice que aquí por un día entero de trabajo gana 95 veces menos de lo que ganaba en Estados Unidos. Dice que buscará salir de Guatemala para regresar a la vida que tenía en Omaha.

El contrato de Trump

El 22 de octubre de 2016, cuando todavía era un candidato a la presidencia de Estados Unidos, Donald Trump presentó su contrato electoral con los votantes norteamericanos, un plan con las acciones que implementará en sus primeros 100 días de gobierno. Las que afectan a la comunidad migrante son cinco:

1. Cancelación de cada acción ejecutiva, memorandum u orden que Barack Obama haya firmado y que Trump considere inconstitucional. Acá se analizarían los trámites de refugio para menores de edad y la solicitud de perdón provisional para que los cónyuges e hijos de residentes legales no sean deportados.

2. Cancelación de todo el financiamiento federal para las ciudades santuario, llamadas así por ser consideradas amistosas y menos discriminatorias con los migrantes (San Diego, Los Ángeles, San Francisco y Miami, entre una decena de ciudades más).

3. Inicicio de los procesos para deportar a más de dos millones de migrantes que tengan antecedentes criminales.

4. Cancelación de las visas para los ciudadanos de países extranjeros que no quieran recibirlos.

5. Suspensión de la migración para los que provengan de regiones propensas al terrorismo.

Además, Trump ha dicho que sigue en pie la promesa que hizo durante la Convención Republicana en Cleveland de construir un muro que divida la frontera de 3 mil kilómetros entre Estados Unidos y México para frenar la migración ilegal y los carteles de droga. O bueno, construir los 2 mil kilómetros que faltan, pues ya hay un muro de 1 mil kilómetros.

Con ese panorama, el 14 de noviembre pasado, el Consejo Nacional de Atención al Migrante (Conamigua) emitió un comunicado de prensa donde alerta de que los coyotes están aprovechando la incertidumbre que Trump ha generado para presionar a los migrantes a adelantar sus viajes diciéndoles que cuando Trump asuma el cargo, el próximo 20 de enero, será imposible ingresar al país. Ofrecen fraccionar pagos e hipotecar sus propiedades para financiarse el viaje.

Clemente, el migrante deportado hace tres meses, sabe quién es Trump y qué quiere hacer con los migrantes. Por eso no quiere hablar de él. El campesino que dejó la tierra y la agricultura de Santa Eulalia para trabajar con cemento y blocks en Estados Unidos se niega a hablar del político que repite que construirá un muro en la frontera. No habla de Trump porque no le importa: volverá a EEUU como sea.

La historia de sus dientes

Clemente quiere abrir una cerveza pero no hay un destapador a la mano. Su hermano toma la botella y la abre con su dentadura. Clemente no puede hacer eso porque a su sonrisa le faltan dos incisivos y un canino. Cuando era niño e iba a la escuela tuvo una pelea, luego una infección y perdió parte de su dentadura. En sus planes no estaba reparar su sonrisa porque le costaría al menos mil dólares. Fue hasta dos décadas después, cuando trabajaba como supervisor de obras de construcción, cuando su jefe le ayudó a financiarse una placa dental.

Su último día en Nebraska, dónde vivió 26 años, fue en septiembre, cuando salió de su casa después de recibir la llamada de su sobrina en Santa Eulalia. Del otro lado del teléfono había malas noticias: su madre estaba muy enferma. “No te vayas a poner a llorar”, le dijo su sobrina. Clemente se alteró, se puso el pantalón viejo y roto que utilizaba para trabajar y se subió a su camioneta agrícola.

En el camino recordó que había olvidado su placa dental. Decidió parar por cerveza y siguió manejando hasta que la policía lo detuvo. Estaba ebrio. Sin documentos legales. No regresó nunca más a su hogar a Nebraska. Tres meses y medio después de estar detenido a la espera de resolver su situación migratoria y de intentar frenar su deportación, llegó a Huehuetenango.

Los migrantes son retornados a Guatemala amarrados de pies y manos, cuenta. Cuando aterrizan en el aeropuerto La Aurora lo primero que escuchan es un “Bienvenido, compatriota”. Una breve frase que a Clemente le enojó.

– Se estaban burlando de mí. ¿Yo debería estar feliz de estar aquí? ¡Toda mi vida está allá! ¿What the fuck? Te tratan mal en la Migración. The fucking government never helps you. Somebody saw me crying that day (El puto gobierno nunca te ayuda. Alguien me vio llorando ese día). No me da vergüenza que me vean llorando, estoy llorando porque esto es cierto. Aquí te pagan un día entero de trabajo por Q35 ($5 dólares) cuando allá (Estados Unidos) ganas 10 dólares por hora. What I’m gonna do with fucking 35 quetzales?.

Barack Obama, durante su gobierno de 8 años, deportó a 2.8 millones de migrantes. Un informe del Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos reporta que desde el año 2009 al 2015 el número de deportados fue de 2,5 millones –en un promedio de 350 mil al año–. En 2016, año electoral, subió a 600 mil anuales.

En 2016, la oficina de Aduanas de EEUU detuvo a 408,870 personas en la frontera con México, por donde los guatemaltecos cruzan, lo que representa un aumento en comparación con el año 2015, según una declaración del Departamento de Seguridad Nacional (DHS).

Las deportaciones de Obama, los frenos actuales en la frontera con mil kilómetros de muro o las amenazas de Donald Trump no servirán para frenar a centroamericanos como Clemente, que después de unas cervezas ya no tiene pudor para responder a la última pregunta sobre sus planes.

– ¿Cómo financiará su viaje de vuelta a Nebraska?
– Voy a robar.

Nómada
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COMENTARIOS

RESPUESTAS

    Byron Fuentes /

    19/12/2016 7:33 AM

    Por pendejo lo deportaron, sea cual se la razon de sus tristezas tampoco hay que ser bruto; en Arizona al que maneje borracho le dan multa de $3000 y lo puden meter al bote hsata un par de años sea gringo o mojado. En 26 años de estar alla este Clemente pudo haber comprado propiedades y poner varios negocios aqui en Guatemala. No ganaba tan mal alla, pero deplano se chupo todo su pisto, que saque su bachillerato por madurez y que se ponga a trabajar en un Call center en ingles si se las lleva de muy bueno con el ingles. Pendejo alla y pendejo aqui. Hubieran entrevistado a alguien con una historia triste de verdad pero gente como este Clemente dan risa en lugar de consternacion.

    ¡Ay no!

    ¡Nítido!

    José Esteban Reyna /

    13/12/2016 12:49 PM

    Un deportado y el “INFIERNO CHAPÍN”:
    “Aquí te pagan un día entero de trabajo por Q35 ($5 dólares) cuando allá (Estados Unidos) ganas 10 dólares por hora. What I’m gonna do with fucking 35 quetzales?”
    Cacif, Fundesa y Enade pagan en fincas, haciendas y fabricas Q35 por día y en lugares rurales Q35 al día, a familias enteras, trabajando de sol a sol.

    ¡Ay no!

    ¡Nítido!

    Contacae598 /

    11/12/2016 4:51 PM

    No es necesario que Robes no fuiste lo suficiente inteligente para ponerte a trabajar como es y hacer algo con tu vida vergüenza debería darte contar tu vida de fracasado y lamentable tu vida no cabe duda de parrendero por favor regresate

    ¡Ay no!

    1

    ¡Nítido!

    Julio Marinez /

    11/12/2016 12:41 PM

    Este es el mayor problema de mexicanos y guatemaltecos en USA, que piensan que están sus tierras no respetan las leyes, manejan borrachos, con música cursi a todo volumen y sin licencias son melancólicos y dramáticos exagerados. Cualquier excusa son borracheras sin limites y nostalgias por sus tierras si, extrañan tanto sus terruños porque emigran. Triste pero nunca se adaptan, lo único que hay que reconocer es que son buenos para trabajos rudos pero afuera de todo, el resto es puro drama.

    ¡Ay no!

    3

    ¡Nítido!

    marco Gonzalez /

    07/12/2016 10:05 PM

    En serio? O really?
    Cual era el objetivo de la entrevista dar la razon a trump de lo que exportamos bajo de agua o que se increments la delincuencia en guate.
    O agora paran a cualquiera y se have Una entrevista solo porque no tengo nada mad que hacer ....seriedad porfavor

    ¡Ay no!

    1

    ¡Nítido!

    David /

    07/12/2016 12:45 AM

    Este tipo está recibiendo la retribución de sus pecados en el Norte. Es lamentable que solamente haya aprendido inglés y no reglas de urbanidad y cumplimiento de leyes. No tengo necesidad de migrar a USA, pero si debiera, trataría de cumplir con las leyes como lo he hecho aquí, en mi patria que me ha dado todo. Lo más lamentable es que el individuo, maltrata al gobierno de nuestro país, como si este fuera el culpable de su desventura la cual le corresponde a él. Ojalá y si comete algún ilícito aquí en Guate como robar, le caiga el peso de la ley que le cayo en el norte.

    ¡Ay no!

    2

    ¡Nítido!

    Carol /

    06/12/2016 10:49 PM

    El relato de este guatemalteco es lamentable y no por que haya sido deportado sino porque es un mal ser humano que cree que su descaro al decir que robará, se justifica por su situación. Qué triste que en Guatemala no hay certeza al castigo cuando se incumple la ley, que lastima que no podamos mandar a otro planeta a este sinvergüenza. La deportación fue un castigo más que merecido para el, lo peor es que también lo es para los que vivimos en Guatemala.

    ¡Ay no!

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    ¡Nítido!

    César A. /

    06/12/2016 3:43 PM

    Las propuestas de Trump son sensatas, hay que migrar legalmente, no delinquir y portarse bien.
    Lo malo es que nos los mandan de vuelta acá para que sigan siendo parásitos.

    ¡Ay no!

    1

    ¡Nítido!

    Macario Roman /

    06/12/2016 1:26 PM

    26 años en USA ganando $2400 al mes y no tiene ni un fucking centavo, ni para la cerveza? Ah seguro le bloquearon las cuentas... a otro con esa paja.

    ¡Ay no!

    ¡Nítido!

    Macario Roman /

    06/12/2016 1:22 PM

    El reportaje sera major enfocado hacia las consecuencias de manejar en estado de ebriedad en los Estados Unidos. DUI(manejar bajo influencia) o DWI(manejar intoxicado) es una ofensa seria en los USA y por lo mismo el señor este fue encarcelado y remitido a la migra; no tiene nada que ver con trump y mucho que ver con el buen juicio de este señor que por lo visto es minimo. Robando va a llegar a los USA ahora?
    Nuevamente, el mensaje es, portese bien para que no lo deporten.

    ¡Ay no!

    ¡Nítido!

    david /

    06/12/2016 7:55 AM

    Siento mucho la historia del Senor. No lo hubieran deportado si no tuviera un record o estuviera ebrio manejando, el DUI aqui se lo toman muy en serio, fue culpa de el y de nadie mas. Tengo cantidad de amigos idocumentados que la policia los para todo el tiempo y los dejan ir cuando ven que son idocumentados porque se portan bien. Este Senor estaba borracho manejando. Leyendo la historia de el recuerdo hace un par de años cuando estabamos en una tienda guatemalteca en Estados Unidos con mi hermano y habia un senor totalmente borracho de Guatemala que se disponia a manejar su auto despues de tomar tanto. Mi hermano le dijo al dueno de la tienda que llamara a un taxi que el senor no estaba en condiciones para manejar, el Senor claramente guatemalteco escucho a mi hermano se paro y lo amenazo de muerte... como si estuviera en Guatemala el muy irresponsable siendo un peligro para la sociedad. Hay que respetar las leyes, si vas a estar aqui de ilegal lo minimo que podes hacer es portate bien. tus lagrimas son el resultado de tus malas decisiones.

    ¡Ay no!

    ¡Nítido!



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