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Cultura de la violación en las Altas Cortes de Perú

Audios en los que el Magistrado César Hinostroza negocia la pena para la violación de una niña de 10 años dejan en descubierto por qué la violencia de género se queda en la impunidad.

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El magistrado Hinostroza, miembro del Consejo Nacional de la Magistratura de Perú. Foto: Perú21

Este fin de semana IDL Reporteros, medio de independiente de investigación peruano, reveló una serie de audios que evidenciaba el nivel de impunidad y corrupción en el sistema de justicia del Perú, pues muchos de los que intervienen pertenecen al Consejo Nacional de Magistratura, entidad encargada de elegir a los futuros jueces del país.

El magistrado Hinostroza, miembro del Consejo Nacional de la Magistratura negocia en el audio en la reducción de pena o absolución del agresor de una niña de 10 años víctima de violación sexual. Los audios revelados, son parte de una investigación periodística que ha dejado evidencia del nivel de corrupción e impunidad del sistema judicial peruano.  

Cuando eres víctima hay un margen de empatía diferente a cuando ves a otras víctimas o posibles víctimas de lo mismo que tú. La magna diferencia es que las sientes como tuyas, bien o mal, es una praxis frecuente con la que me he topado más a menudo en los últimos meses. La pregunta y/o diálogo frecuente con las compañeras es si algún día nos atreveremos a denunciar. Aquí me permito responder que por mi parte la respuesta un vacío.

Un vacío que si bien no es bueno se vuelve aún más  nauseabundo cuando escuchas lo siguiente:

“Porque es menor de edad la chica, seguro. ¿Cuántos años tiene? ¿Diez años...? Once añitos... ¿Pero está desflorada? Ya, ¿pero quién le ha hecho eso? Ya, yo voy a pedir el expediente para verlo, ¿ya? ¿Qué es lo que quieren, que le bajen la pena o que lo declaren inocente?”

Este fragmento, la voz que menciona estas palabras, le pertenece a César Hinostroza Pariachi, juez y presidente de la Segunda Sala Penal Transitoria de la Corte Suprema de Perú.

¿No sienten el mismo asco que yo? No está demás decir que al terminar de escuchar los audios lo primero que hice fue vomitar. Sí, vomitar.

Sin embargo, la palabras de Hinostroza son apenas el comienzo. Este juez, también está implicado en otras cuestionables sentencias que no favorecen a las víctimas de violencia de género en el país, entre las cuales se destacan:

Impedir que el caso de Arlette Contreras, víctima de agresión y tentativa de feminicidio en Ayacucho, lleve un proceso en Lima (capital) puesto que no tenía garantías tanto para protegerse como para un proceso justo pues su expareja y agresor tenía contactos e influencias en dicha región. El 2017, Arlette fue víctima de agresión sexual y tentativa de feminicidio por parte de su expareja Adriano Pozo quien la arrastró de los cabellos en un hotel en Ayacucho. La salvaje agresión quedó registrada en las cámaras de seguridad del establecimiento; sin embargo, pese a estas pruebas el agresor quedó en libertad y el caso de Arlette en la impunidad más vergonzosa.

Hinostroza, además, perteneció a la sala que declaró como inexistente el delito de explotación sexual y laboral de menores de edad en un bar de Madre de Dios, como lo reveló un informe del portal Ojo Público. La premisa fue que las víctimas no se reconocieron como tal.

Bonustrack: Archivó el caso de Joaquín Ramirez, ex secretario de Fuerza Popular (partido fujimorista) por lavado de activos. Asimismo, sacó una sentencia que cambiaba la jurisprudencia del delito de lavado de activos, favoreciendo a los lavadores.

En Perú vivimos un sistema de impunidad constante en que es un real acto de valentía el que la víctima denuncie a su agresor. Es todo un proceso tedioso, burocrático sin contar lo humillante en el que la víctima siempre se siente juzgada, calificada y sentenciada, pero con la ínfima esperanza que obtendrá justicia.

Y la verdad es que no es así. Difícilmente la tendrá.

Según cifras de la Policía Nacional del Perú, el 2016 se registraron 1659 niñas víctimas de violación sexual entre 7 y 13 años. En el 2017 fueron 1915 del mismo rango de edad ¿qué les vamos a decir a estás niñas que cuyas familias sí se atrevieron a denunciar?

Y en lo que va de este año, según el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, se han registrado  2266 casos de violación sexual ¿a cuántas de ellas la justicia también negociara con sus agresores?

Esto es vergonzoso, sí. Pero también deja evidencia de que esta impunidad no obedece únicamente a un sistema de corrupción ya institucionalizado, sino también a una normalización de la violencia en el que un enfoque de género no solo es necesario sino urgente. Un sistema en el que la cultura de la violación normaliza el abuso y violación sexual y que no empatiza ni ve como personas humanas a las víctimas, dejándolas en la más absoluta desprotección y que - sin remordimiento - se atreve a negociar con el agresor para su beneficio, cuando es desde el sistema de justicia en donde se debe hacerle frente y terminarlo, para darle - por fin - la justicia que la víctima necesita.

Porque así se sancione el agresor, la vida es la víctima es la que cambió para siempre.

Con jueces como Hinostroza ¿qué tipo de justicia nos queda a las niñas y mujeres? Si se supone que el sistema judicial es lo único que nos quedaba para obtener un mínimo de dignidad.

Impunidad y asco, eso es lo que tenemos.

Diana Michelle García
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Michelle García Coaquira-Foster Periodista, feminista, co-fundadora de Wayka Perú. Comunicadora en Flora Tristán y Manuela Ramos. Activista Paridad Perú.


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