Hace 19 años, el periodista José Enrique Escardó publicó una serie de columnas donde denunciaba los abusos de los que fue víctima durante su estadía en el Sodalicio de Vida Cristiana, una sociedad de vida apostólica de laicos consagrados y sacerdotes que responden a la iglesia católica. Acusaciones que quedaron en el aire. El 2010, un amigo del periodista Pedro Salinas le reveló que fue víctima de abusos sexuales por Germán Doig, cabeza del Sodalicio que en ese entonces pasaba por un proceso de beatificación que se detuvo súbitamente. Salinas quedó conmocionado con la noticia, y buscó a Paola Ugaz, también periodista y amiga suya para realizar una investigación que debió durar tres meses y se prolongó por cinco años. El 2015 se publicó Mitad Monjes Mitad Soldados, el título de investigación que además ganó el Premio Nacional de Periodismo y Premio Periodismo y Derechos Humanos.
Volcánica: Paola, una pregunta inevitable y quizá innecesaria, pero a partir de todo lo revelado ¿eres creyente, has sido creyente o estás en una crisis de creencia? Esto, además, podría interpretarse como una inclinación de la investigación.
En general soy muy reservada con mis afectos privados. Y en esta investigación en general nada ha tenido que ver dejar o ser creyente. Yo hace tiempo soy agnóstica. Bastante tiempo.
¿Y en el caso de Pedro Salinas? Él fue Sodálite.
Pedro es otro proceso, él ha sido miembro del Sodalicio y sobreviviente de él. En su caso se ha dado poco a poco. Él ha estado en una organización que ha sido una secta, o lo parecía, en la cual te formatean el cerebro de tal modo que todos los maltratos que vivió dentro no fue maltrato para él.
El proceso de toda víctima que no asimila lo que le ha ocurrido.
Una víctima de abuso físico, psicológico, en este caso. Ellos [el Sodalicio] le metieron la jaula en el cerebro. A Pedro le costó darse cuenta que era una víctima. Que le habían roto la relación con su familia, hicieron que muchos afectos se rompan con su mamá. Él se da cuenta de todo esto años después. Y cuando recibe este testimonio, de este amigo sobre el caso de abuso sexual de Germán Doig, su mejor manera de desligarse y seguir adelante es hacer una investigación. Por eso me busca en diciembre del 2010 y me pide ser parte de una investigación que iba a durar meses y que tiene nueve años...
Al empezar la investigación, ya habían salido las columnas de José Enrique Escardó denunciando los abusos que sufrió dentro. ¿Pensaste que se encontrarían más víctimas?
No. Y no tenía la menor idea ¡Imagínate!. Empezaron a probarse cosas, como por ejemplo; Luis Fernando Figari, número uno de la organización, victimario de abuso sexual. German Doig, el número dos de la organización y que murió en el 2001, acusado de abuso sexual. Virgilio Levaggi el número tres de la organización, acusado de abuso sexual. Además de recibir la información de hombres abusados, que es bien difícil porque hay un doble estigma cuando eres hombre para contar tu historia. El primer paso fue usar seudónimos para cuidar la identidad de las víctimas y que no sea público. Con eso tendríamos la libertad de contar las historias de estas personas.
Algo que se dice mucho es sobre el testimonio de las víctimas es cómo comprobar hechos que ocurrieron hace demasiado tiempo y de delitos ya prescribieron.
Habían muchas maneras para nosotros. Testimonios recurrentes que se confirmaban. Familiares, ex sodálites que cuentan sus historias. Todos los testimonios eran bien parecidos.
¿Estamos hablando de un modus operandi?
Exacto. Y una vez que la persona se daba cuenta que era víctima y denunciaba, también había un modus operandi. Los movían de la organización, los cambiaban.
¿A los victimarios?
Sí, a los victimarios. A Jeffery Daniels lo mandaron a San Bartolo sin tener contacto con otros sodálites. A Virgilio Levaggi lo sacaron de donde vivía. Pero ojo, no castigándolos.
¿Aislándolos?
No. Moviéndolos de lugar y que todo siga igual. Diciéndoles a las víctimas que se confiesen y se callen. O sea el modus operandi era el encubrimiento.
Es decir, los movían alejándolos de las víctimas. Pero víctima y victimario se quedaban en la organización
Sí, y todos se callaban. Si tu conoces un delito tienes que ir de inmediato a Fiscalía a denunciar. En este caso, obviamente esto no existía y el otro paso era el tribunal eclesiástico que depende del Arzobispado de Lima y tampoco lo hicieron. No se llegó a ninguna instancia. Lo increíble es que levantamos un poco la alfombra y empezamos a llegar a más victimarios.
Más víctimas de una persona y esta persona de otras...
Se volvían más, se comprobaba más. Pedro y yo éramos cuatro manos y no nos dabamos abasto. Era más grande de lo que pensamos. En el camino de esos cinco años tuvimos todo tipo de acoso. Pedro sufrió acoso por redes [sociales] y acoso mediático de ACI Prensa [una agencia informativa católica]. Si Pedro decía que no sigamos con la investigación, yo iba a estar de acuerdo con él. [El Sodalicio] a través de estudios de abogados buscaron la manera de llegar y decirnos que si no publicábamos íbamos a ser recompensados.
Recompensados, ¿nos referimos a económicamente hablando?
Sí, claro.
Como un soborno...
Básicamente. Una censura.
Y otra cosa que sí pasó y fue bueno que ocurra, fue la denuncia de Jason Day en su columna [de opinión en un medio local] casi en la mitad de nuestra investigación. Day denunció que Luis Ferrogiaro, un sacerdote sodálite, tuvo un acercamiento “un poco raro” cuando él tenía nueve años y se preparaba para la primera comunión. [Le dijeron] “Mal actor”. “Abortista”. Hicieron una columna en otro medio local que se llamó “Jason Night”. Echaron a andar una [maquinaria de ataque] sin darse cuenta que Jason había denunciado sin nombre. A la semana siguiente, él reveló quién fue ese sacerdote.
¿Luis Ferrogiaro sigue en el Sodalicio o lo removieron?
Sigue siendo sacerdote del Sodalicio. No le pasó nada.
¿Como a los demás miembros cuando salió publicada la investigación?
No les pasó nada. Es una historia en la cual tú denuncias y no pasa nada. Es una historia que ya tiene nueve años. Pero una cosa que estamos viendo hoy 2019, es que en la iglesia católica hay nuevos vientos que corren a favor de condenar la pederastia clerical. Han hecho este Congreso en Roma contra la pederastia clerical convocado por el Papa Francisco, un gran espaldarazo para los obispos que investigan estos temas que dirige Jordi Bertomeu en Chile.
Además, en Perú el cambio de Juan Luis Cipriani a Carlos Castillo también es importante porque en Jueves Santo se ha hecho un gesto bastante simbólico para quienes son católicos. El Arzobispo le lavó los pies a un ex sodálite, José Rey De Castro y a su esposa a modo de reparación simbólica por haber sido víctima de Luis Fernando Figari. La Conferencia Episcopal y Carlos Castillo sacaron un comunicado favorable condenando la demanda de José Antonio Eguren a Pedro Salinas lo cual es algo inédito.
Durante el periodo de Juan Luis Cipriani, ¿este ingería en las denuncias de las víctimas?
Lo que pasó con Juan Luis Cipriani es que no se hizo nada. Las demandas que se hicieron contra el Sodalicio las enviaron al Tribunal Eclesiástico que dependencia de Cipriani y él no hizo nada.
Es decir, dejó todo impune.
En el caso de Cipriani fue clamorosa la dejadez. Eso realmente contrasta con lo que está pasando en este momento. Cuando se publica [la investigación] el Sodalicio forma tres comisiones y encuentra más cosas, fue el mejor Factchecking de nuestro libro. Se comprobó todo lo que habíamos dicho y más cosas.
No se hizo nada.
Una de las cosas que más me ha chocado en esta investigación es que el Estado no existe. Te das cuenta de la clamorosa falta de Estado cuando hace pocos meses nombran a Alfredo Draxl [ victimario del periodista José Enrique Escardó] director del colegio Liceo Naval. El solo ver en Twitter a José Enrique Escardó era realmente… Se te rompía el corazón.
La ministra de la Mujer y Ministra de Educación se reúnen con el Ministro de Defensa y sacan a Alfredo Draxl. En el camino me llaman del Ministerio de Educación para saber si había denuncia física contra Draxl en la fiscalía y yo exploté: ¡Si ustedes que son el Estado en el año 2000 cuando José Enrique Escardó hizo la denuncia no hicieron nada, si la fiscalía no hizo nada en el año 2000, 19 años después no hicieron nada!
El señor Draxl ha sido director del Colegio San Pedro de 1997 hasta el año 2015. Solo salió del colegio cuando salió la investigación. Durante todo ese tiempo no pasó absolutamente nada. Y 19 años después buscan a los dos periodistas a pedirles papeles. A ese nivel de dejadez del Estado estoy hablando. Solo ha intervenido en este caso, en el de Pedro para condenarlo por la demanda del Señor Eguren en el Poder Judicial. No hay Estado, no hay protección en los niños y niñas, y todo sigue mal. La única parte buena de la historia es la Comisión del congresista Alberto de Belaunde, que está investigando el caso y presenta su informe final en el mes de junio.
En la misma comisión es a la que José Enrique Escardó fue a declarar.
Y estuvo Alfredo Dralx. Él dice que fue un juego que le haya pasado un cuchillo por el cuerpo [a José Enrique Escardó]. Para Alfredo Draxl, que es sodálite durante más de 30 años, eso no es maltrato.
Retrocediendo nuevamente. Si bien te llamaron del Ministerio de Educación, sabes sí se han tomado la molestia o buscado más...
No han hecho nada.
Eso me parece alarmante, sobre todo en un contexto en el que se está debatiendo el enfoque de género que permitiría a los mismos alumnos detectar estas prácticas abusivas sobre ellos.
Exacto. Sí, y además, sería la mejor respuesta a Con Mis Hijos No Te Metas, pero yo siento que hay mucho miedo. No hay un protocolo, un camino para atender estos reclamos.
Si comparamos el caso de Karadima con el del Sodalicio, por qué se perciben cambios en Chile y aquí aún demoran.
Porque hemos tenido la suerte de que las víctimas hayan podido reunirse con el Papa, y el Papa ha armado una especie de grupo virtuoso y está trabajando sobre Chile como una especie de laboratorio. Siento que llegará a Perú eventualmente. El tema es que mientras tanto…
…el Sodalicio no solamente maneja la colegios, espacios religiosos, podríamos decir que es un corporativo con negocios en construcción, inmobiliarias. Por ejemplo, han acusado a campesinos por invasión de terrenos.
En Piura [región norte de Perú] han demandado a 16 campesinos de la comunidad de Catacaos y al policía Pedro Zapata, que han salido en el documental de Al Jazeera.
¿Piura es como el paraíso para el Sodalicio porque tiene un Obispo sodálite?
No creo que eso, sino que han podido. Por más que el abogado de José Antonio Eguren siga diciendo que no es un poder fáctico o no es un poder importante, sí lo es. José Antonio Eguren aparece en los medios de comunicación de Piura, habla de salud, impuestos, la reconstrucción del norte, el niño por nacer, habla de todo. Bien parecido al papel que tenía Cipriani en Lima. Es innegable que hay un poder de José Antonio Eguren en Piura, si bien en términos económicos Arequipa también es clave para ellos, es diferente, porque no hay un líder del Sodalicio identificado que esté ahí...
Eguren ha sido acusado de violencia por José Enrique Escardó.
Sí, y estuvo en la primera demanda del Sodalicio y la fiscal María del Pilar Peralta lo sacó a los tres días porque cómo era posible que se denuncie a un cura.
¿Y el Sodalicio tampoco hizo algo?
No. El Sodalicio ha presentado documentos diciendo que no hay ninguna denuncia contra Eguren. Pero el encubrimiento del cual todos son culpables está ahí.
Otra cosa a destacar en el juicio de Piura, en el caso de Pedro, había un crucifijo en la mesa de la Jueza Cueva Calle en el que no se sabía si ya era un mensaje subliminal o qué...
(Risas) Ahí ya no había subliminal. La mitad de la mesa era la biblia y la otra el crucifijo. Era impresionante.
Es decir, ya asumías el resultado del fallo
Ya lo sentías, y la hostilidad.
¿Cómo qué hostilidades?
A nosotros nos sacaron de la sala de la jueza Calle a la mala y se quedaban el abogado y sus amigos adentro. Se empezaban a hacer selfies. No sé...
Cuántas veces en el proceso han tenido que ir a Piura a llevar el proceso, considerando que tanto Pedro como tu viven en Lima.
Yo unas 3 veces porque no era mi caso directo. Pero Pedro ha ido más de 10 veces, el abogado más de 20. Y todos esos gastos…
Los cubrían ustedes.
Y nadie nos lo devuelve. No ves que somos periodistas freelance, no tenemos un medio detrás. Nada. Por eso hicimos fiestas y esas cosas. Seguimos endeudados. Tuvimos la buena suerte de que una ONG nos hizo un préstamo abierto para cubrir los gastos y devolverlos luego.
¿También los apoyan con el tema legal, no?
Probono, pero el abogado de Piura lo pagamos.
Mencionas que son periodistas freelance, por qué darse la chamba de seguir un caso tan grande con todos los procesos que les están trayendo.
Porque hay un compromiso con las víctimas. Apenas salió el libro, el Skype de Pedro explotó, mi correo también. Y obviamente le dábamos el material a todos nuestros amigos periodistas. Por eso me acusan de ser productora del documental de Al Jazeera 'Sodalicio Scandal’ porque los ayudé con información.
Y cuál fue el impacto en las víctimas de la demanda que recibieron.
Fuerte. Ellos se culpaban. Ha sido duro de procesar porque nada que ver. Otra de las cosas que nos dijeron es que estaban con nosotros. Yo siento que esta demanda no nos puede detener de publicar. Pero lo que sí ha sido como un agujero negro que nos ha quitado tiempo. Pero. ¿Cuál es la única arma que tiene el periodista? Su voz.
Sin contar el desgaste emocional.
Eso es otra cosa, pero sí. Ha sido una cosa fuerte, dura. Y en mi caso todavía no acaba, porque a dos semanas de en teoría el desestimando de Eguren contra mi proceso, no ha presentado nada oficial. En el caso de Pedro se presentó el desistimiento en 48 horas. Es un maltrato emocional.
Y tampoco es un proceso normal, ¿Verdad?
No lo es. Y demuestra cómo el Sodalicio trata a las mujeres. Las mujeres en estos esquemas somos un anexo, un colgajo de los hombres. Es Paola Ugaz que está por ahí, pero no está y si la dejas ahí no va a pasar nada.
Y eso se ve en el sistema de captación que es machista, además.
Y además se crea las Fraternas [una facción de mujeres] por una presión de un grupo de mujeres del Sodalicio. Porque para Figari las mujeres somos subhumanas. Fue tan bacán que cuando hicimos el libro, una de las personas que colaboró era una mujer, Rocío Figueroa que era una fraterna. Una de las pocas personas que ha cuadrado a Figari en Roma sobre las víctimas.
¿En qué está ahorita Luis Fernando Figari?
Feliz en Roma, en una casa linda. Tiene asegurado el mantenimiento hasta que muera. Tiene todo. Comida. Atención. Tiene todos los privilegios que le da la impunidad y nadie hace nada para que eso cambie.
¿Esperaste recibir todo este apoyo con la demanda?
No, para nada. Estoy emocionadísima. Realmente ha sido increíble el apoyo que hemos tenido y seguimos teniendo. Señoras mayores, jóvenes. Increíble. Ese día que llegaron a mi casa las bolsas, tasas, polos con nuestras fotos. Es emocionante. Es importante que se valore el trabajo del periodista.
¿Te has sentido vulnerable durante el proceso de investigación?
Vulnerable, no. Ya sabes lo que enfrentas cuando lo haces frente a una organización poderosa. Lo que te da estas cosas es una motivación extra, una gasolina extra para seguir publicando, por eso que siempre fue natural como mantra y salió de mi el “Más y mejor periodismo”. Porque lo que más quieren es que tu calle
Y la investigación que hiciste con Pedro tuvo dos premios la nacional de investigación y derechos humanos.
Sí, increíble. Pero no lo hicimos por los premios. Para mi el premio es que nuestros hijos, tus nietos, nuestros nietos no vuelvan a pasar esto. Que no haya una organización con prestigio social o económico que siga haciendo esto. Eso es el mejor premio de todos.
*Al cierre de esta entrevista, si bien José Antonio Eguren anunció desestimar la demanda contra Paola Ugaz en un comunicado público, la notificación formal aún no ha llegado. En el caso de Pedro Salinas, esta se dió 48 horas después de presentarse el comunicado.
Menús Aloysius /
Estos periodistas son unos pendejos. NO mencionan que fue el propio Sodalicio que encontró e investigó los abusos, cuando buscaron impulsar la causa beatífica para Germán Doig.