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Día 4: El juez, el rector y el papel que no cuadra del gerente de la mina

A días de que se cumplan siete años de la muerte de Nahomy Lara, Juan Carlos Velásquez y Ángel de León sus padres escucharon por primera vez la postura de Roberto Moreno Godoy, rector de la UVG, donde estudiaban sus hijos. La casa de estudios interpuso sin éxito siete amparos para no ser vinculada al proceso. En la cuarta audiencia del juicio, fue el turno del rector de declarar como testigo.

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Roberto Moreno Godoy, rector de la UVG.

Fotos: David Toro/Prensa Comunitaria

El juez Jesús Felícito Mazariegos no usa saco ni corbata, siempre usa camisa blanca con el último botón abierto. En las audiencias que duran hasta doce horas, de vez en cuando hace recesos de diez minutos que aprovecha para salir del tribunal y encender un cigarro. Se irrita cuando los abogados pierden el hilo al interrogar a los testigos o cuando son repetitivos; incluso hizo que movieran una mesa porque recordó que uno de los fiscales había tirado dos veces el micrófono frente a él.

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No es casual el extremo cuidado por el mobiliario del Tribunal. La sala de audiencias del juez Mazariegos es la más grande y mejor equipada —tiene aire acondicionado y un sistema de videoconferencias— del Organismo Judicial de Puerto Barrios, Izabal, a 305 kilómetros de la Ciudad de Guatemala. Frente a su estrado hay una silla y un pequeño escritorio de madera vieja. Es el banquillo donde se sientan los acusados y los testigos cuando es su turno de declarar. Están deterioradas y con las bases carcomidas por las termitas.

En ese banquillo se sentó Roberto Moreno Godoy, rector de la Universidad del Valle, durante la cuarta audiencia del juicio contra Lemuel Valle, biólogo acusado de homicidio culposo. El rector esperó su turno por más de ocho horas. Su aparición en el Tribunal fue sorpresiva, pues llegó sin ser citado por el juez, quien dos semanas antes de las audiencias anuncia los nombres de los llamados a declarar. Los abogados de la universidad, Luis Pedro Martínez y Jorge Alejandro Solares pidieron que fuera atendido antes que el resto de testigos. El juzgador ordenó que esperara su turno, que sería el último de la audiencia, por igualdad con el resto de personas que han pasado hasta diez horas sentados mientras llega su hora de testificar.

Moreno Godoy tiene 58 años. Es licenciado en Educación y desde hace 17 años es rector de la UVG. En la audiencia explicó cómo en marzo de 2012 el Departamento de Biología planificó una gira a El Estor, para que 17 de sus estudiantes hicieran prácticas en la Compañía Guatemalteca de Níquel y cómo reaccionó él y la entidad que representa cuando supo de la tragedia.

Antes de declarar pasó todo el día sentado afuera del tribunal, se le veía agotado por el calor de Puerto Barrios. Su turno llegó a las siete de la noche.

—En la madrugada del 1 de abril (de 2012) recibí una notificación donde me hacían ver que hubo un accidente en una gira de campo de estudiantes del Departamento de Biología y derivado de eso, en la madrugada de ese día estuve en comunicación con todos los miembros de la universidad y con el profesor de que estaba con la delegación de los estudiantes en El Estor, en las instalaciones de la CGN—, declaró el rector.

 

Roberto Moreno Godoy es rector de la Universidad del Valle desde hace 17 años. Su declaración giró en torno a las acciones de institución antes, durante y después de la tragedia.. Foto: David Toro/Prensa Comunitaria

Roberto Moreno Godoy es rector de la Universidad del Valle desde hace 17 años. Su declaración giró en torno a las acciones de institución antes, durante y después de la tragedia.. Foto: David Toro/Prensa Comunitaria

Relató que no viajó esa misma madrugada porque desde la Ciudad era más efectivo coordinar la búsqueda y rescate de Ángel y Juan Carlos, quienes seguían desaparecidos, y el traslado de Nahomy, quien para la medianoche de ese día ya había sido declarada fallecida. Después de la tragedia coordinó consejerías y apoyo psicológico para los estudiantes que fueron parte de la misma gira de campo.

Se le preguntó cuál fue la planificación para el evento y el rector respondió que la universidad facilitó los procesos para verificar que todos los llamados a participar en la actividad salieran a su destino, pero que la gira de trabajo era “autónoma”.

—Para la Universidad toda la parte de formación integral de los estudiantes implica que haya una adecuada conjunción entre la teoría y la práctica. Que los estudiantes tengan la posibilidad a lo largo de su carrera y, particularmente antes de graduarse, de realizar una serie de trabajos prácticos de aplicación, de investigación (...) En ese modelo educativo es muy importante que los futuros profesionales adquieran las destrezas y competencias de investigación y aplicación de los estudios que han realizado, por lo tanto hay un esfuerzo y una guía, donde ellos mismos, en la manera en que realizan su trabajo práctico pongan en marcha de manera autónoma todo lo que han aprendido en el curso. La función de los profesores en esas etapas de trabajo práctico es de acompañamiento pedagógico y los estudiantes son en realidad el centro de su propio proceso de aprendizaje—, declaró Moreno Godoy.

El profesor Arnoldo Font Nájera era el encargado del viaje. Según el rector, la función de los maestros en estas giras de campo es de guía y acompañamiento. Moreno Godoy también dijo que las regulaciones internas de la UVG prohíben el consumo de bebidas alcohólicas y otras substancias en las giras de campo, tanto para alumnos como profesores. Font Nájera está llamado a declarar en este juicio. En Zacapa deberá enfrentarse a una audiencia de primera declaración porque el Ministerio Público pide que sea ligado a proceso penal para que se dilucide su responsabilidad en la tragedia.

Durante el interrogatorio al rector, los abogados de la universidad y la mina se quejaron de que el Ministerio Público hacía preguntas repetitivas. Desde el primer día de este juicio se ha observado tensión entre los abogados del MP y de las familias con los abogados de la mina y la UVG.

Pregunta de la minera para la UVG

El juez Jesús Felícito Mazariegos modera el debate oral y público. Cuando una de las partes grita ¡objeción!, él decide si la pregunta procede o es impertinente o le dice al abogado que replantee su cuestionamiento o continúe con el interrogatorio.

Mientras los fiscales o defensores revisan sus apuntes en la sala se escucha el sonido del aire acondicionado, el del teclado de la secretaria, el de las botellas de plástico cuando las aprietan para beber más rápido el agua. Son casi las nueve de la noche y todos en el tribunal se ven agotados de estar sentados, se percibe la sed, el hambre, el sueño, el calor, el sudor seco. La desesperación.

 

El juez Jesús Felicito Mazariegos escucha la declaración de los testigos en el juicio que se lleva a cabo en Puerto Barrios, Izabal. Foto: David Toro/Prensa Comunitaria

El juez Jesús Felícito Mazariegos escucha la declaración de los testigos en el juicio que se lleva a cabo en Puerto Barrios, Izabal. Foto: David Toro/Prensa Comunitaria

El interrogatorio al rector Roberto Moreno Godoy generó más tensión entre las partes.

Tras casi dos horas de preguntas, intervenciones y respuestas, el juez le habló a los abogados, irritado por la repetición de preguntas y, en un papel de profesor, se dirigió a los fiscales y defensores para decirles que el mejor abogado no es el que más pregunta o el que menos pregunta: es “aquel que con palabras sencillas sabe extraer del testigo lo que interesa al proceso”.

La defensa de Lemuel Valle no le hizo ninguna pregunta al rector. Cuando declaró Valle, la universidad tampoco lo cuestionó. Mynor Alvarado, defensor de la minera, preguntó al rector Moreno Godoy algo que no tenía nada que ver con la defensa de la mina.

—¿A su criterio, la universidad colaboró en la búsqueda y rescate de los jóvenes fallecidos?—, cuestionó Alvarado.
—Sí. Hicimos los contactos a nuestro alcance y las comunicaciones para poderlo hacer. Sé que hubo muchas otras instituciones y personas que se interesaron profundamente en el asunto y que también participaron con el ánimo y la esperanza de que las actividades de rescate y búsqueda pudieran prosperar—, respondió Moreno Godoy.

La cercanía entre los abogados de la minera y la UVG ha sido evidente en más de una ocasión. El primer día del juicio se retrasó porque los defensores llegaron tarde tras viajar desde la capital en el mismo avión. En la tercera audiencia Luis Pedro Martínez, abogado de la Universidad del Valle, y su asistente se retiraron del Organismo Judicial en el mismo vehículo que Mynor Alvarado, abogado de la mina. Detrás de ellos se fue en moto Iván Camey, defensor y representante legal de la CGN.

 

Luis Pedro Martínez es abogado de la Universidad del Valle de Guatemala. La casa de estudios fue demandada por los padres de los jóvenes. Foto: David Toro/Prensa Comunitaria

Luis Pedro Martínez es abogado de la Universidad del Valle de Guatemala. La casa de estudios fue demandada por los padres de los jóvenes. Foto: David Toro/Prensa Comunitaria

Afuera de la audiencia el rector fue abordado por periodistas. Negó que hubiera una estrategia legal entre la mina y la UVG y dijo que desde la tragedia ya no realizan giras de campo en esa mina.

Cuando el juicio inició, Carlos de León —padre de Ángel— le pidió al juez que no permitiera que los abogados de la mina y la universidad les dieran el pésame pues lo consideraban una falta de respeto. Por ese motivo el MP trató de evitar que el rector respondiera la pregunta de su abogado sobre qué representó la tragedia para esa casa de estudios. El juez ordenó que respondiera.

—Esta ha sido sin duda una de las situaciones más difíciles y más duras que a nuestra comunidad nos ha tocado enfrentar. Una institución educativa tiene su mayor capital en las personas, tanto en sus estudiantes como en los demás miembros de la comunidad y le apuesta en su contribución al desarrollo del país al aporte de esas personas puedan dar. La pérdida de tres jóvenes para nuestra comunidad ha sido algo de gran impacto y de gran trascendencia y creó una emoción muy grande. En lo personal hubiese querido no estar en un proceso de confrontación y lamento mucho esa situación de manera particular y nosotros al igual que los padres de familia, a quienes comprendo su situación, también para la universidad esto ha sido un motivo de gran trascendencia—, finalizó Moreno.

Durante dos horas y media la máxima autoridad de la UVG estuvo bajo el escrutinio de los abogados. En ese tiempo se le notó nervioso. Desde que fallecieron los estudiantes, era la primera vez que estaba frente a los cinco padres y madres de familia.

Cuando el rector todavía estaba sentado frente al juez y en medio del interrogatorio de Jorge Alejandro Solares, abogado de la universidad, se quejó del trabajo de la prensa que cubre el juicio.

—Uno de los periodistas ha estado transmitiendo en vivo la audiencia... solo para saber si está permitido o no, toda vez que en la primera audiencia usted permitió solo tomar notas.
—¿Y si usted está en la audiencia cómo lo sabe?—preguntó el juez.
—Me lo mandaron por el celular.
—Señores, no quiero ni gestos de ninguna manera de nadie de ustedes en el estrado. Aquí estamos para diligenciar la prueba y ¡estamos más pendientes del teléfono celular! Ya me di cuenta tanto del señor fiscal (Max López) como de usted (Alejandro Solares), principalmente. Continúe con su interrogatorio—, dijo enfático el juez.

El artículo 12 del Código Procesal Penal indica que la función de los tribunales en los procesos es pública y que los casos que están en reserva serán señalados expresamente por la ley. La reserva en los debates orales y públicos suele aplicarse en casos de agresión y violación sexual.

***

Cobertura del juicio

Día 1:
Un inicio lleno de dudas y tensiones
Día 2:
Cervezas, unos golpes sin explicar y una lancha
Día 3:
Un relato conmueve la sala de audiencias

***

Un recibo de teléfono y otras irregularidades

El juicio está diseñado para que haya un juego limpio y declaren los que favorecen incluso al implicado. Así fue la declaración de Eddy Mendoza, exjefe de coordinaciones ambientales de la mina, propuesto como testigo por el MP. Él era el jefe inmediato de Lemuel Valle, quien también trabaja para la CGN. Fue quien recibió el correo con el aviso de que 17 estudiantes viajaban hacia la mina.

Dijo que saludó una sola vez a los jóvenes, que interactuó poco con ellos porque es químico y no biólogo. Relató que el sábado 31 de marzo de 2012 terminó su jornada de trabajo a las 5 de la tarde y que regresó a su casa en El Estor. Horas después recibió una llamada donde le requerían autorización para realizar el conteo de cocodrilos. Lo dio y cuando estaba cenando recibió otra llamada donde le informaban que había ocurrido un accidente. Media hora después ya estaba en la mina.

Según declaró, esa noche encontró a Lemuel Valle sentado sobre una piedra con la ropa mojada y en estado de shock. Luego de eso organizó la búsqueda y se retiró a las oficinas dentro de la compañía para seguir con las coordinaciones.

Entre las pertenencias de una de las víctimas se encontró un recibo de teléfono de la casa de Eddy Mendoza. Al ser cuestionado dijo que los jóvenes abordaron su carro y que de allí pudieron tomar ese documento, aunque también señaló que él estaba descansando cuando el accidente ocurrió y ninguno de los estudiantes que ha declarado en el juicio ha dicho que subieron a ese vehículo.

 

Eddy Mendoza, ex trabajador de la Compañía Guatemalteca de Níquel declara en el juicio. Era el jefe inmediato de Lemuel Valle, el biólogo que estaba con los jóvenes la noche que murieron. Foto: David Toro/Prensa Comunitaria

Eddy Mendoza, ex trabajador de la Compañía Guatemalteca de Níquel declara en el juicio. Era el jefe inmediato de Lemuel Valle, el biólogo que estaba con los jóvenes la noche que murieron. Foto: David Toro/Prensa Comunitaria

Ese recibo de luz no es el único objeto extraño del caso. El MP cree que la mina implantó pruebas. Por ejemplo, los tres chalecos salvavidas que fueron localizados por trabajadores de la CGN —en puntos diferentes a donde se encontraron sus cuerpos—, son de color anaranjado y en su declaración, Lemuel Valle mencionó un chaleco azul.

—Establecimos que los jóvenes no llevaban chalecos. Pensamos que los chalecos fueron implantados posteriormente (...) cuando declara el guardia de seguridad de la mina, él en ningún momento aclara esa situación, cae en contradicciones—, dijo el fiscal Jorge García Mazariegos al ser consultado afuera del tribunal.

En la audiencia anterior los abogados de la mina le solicitaron a Cornely Sicay Ramírez, fiscal del Ministerio Público que dirigió la documentación y revisión de las escenas donde fueron localizados los jóvenes, que viera una fotografía donde aparece una botella de vino. Mynor Alvarado, abogado de la CGN, le preguntó si era la misma botella de licor que él encontró en una bolsa cerca del lugar de los hechos y Sicay respondió que ese objeto fue localizado por personal de la mina, y no por el MP cuando documentó la escena del crimen. Los estudiantes de la UVG que también han declarado en el juicio nunca mencionaron que bebieran vino.

El fin de este juicio es que se sepa la verdad de las circunstancias en que murieron Ángel, Juan Carlos y Nahomy. Los peritos del INACIF confirmaron que la causa de su muerte fue asfixia por sumersión pero no pudieron explicar qué causó los golpes localizados en los cuerpos de los tres.

Se juzga a Lemuel Valle por homicidio culposo —causar la muerte por negligencia, la imprudencia y la impericia— pero ¿cuál es la explicación de los golpes? ¿hubo violencia?, se le pregunta al fiscal Jorge García.

—El transcurso del debate lo iremos resolviendo, no puedo dar una opinión todavía porque tenemos que ir viendo las mismas fases del debate, debemos ver en conjunto todo—, respondió.

El juicio continuará el próximo 3 de abril. Se espera la declaración de una exestudiante, del profesor Arnoldo Font Nájera, entre otros. Para el 15 de abril está citado Dimitri Kurdryakov, presidente de la Compañía Guatemalteca de Níquel entre el 2014 y 2015.


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COMENTARIOS

RESPUESTAS

    Ana Virginia López /

    13/04/2019 7:36 AM

    Yo llamaríaa declarar a los padres de las víctimas y les haría una pregunta muy sencilla... SU HIJO/A SABÎA NADAR?. Si alguno de ellos sabía nadar no tendría por qué estar muerto y algo mås pasó. La CGN Y LA UVG deben ser responsables de esto.

    ¡Ay no!

    ¡Nítido!

    Rafael Diaz /

    27/03/2019 9:06 PM

    En cualquier pais civilizado o medio civilizado el rector de una universidad cuyos estudiantes tienen un incidente de este tipo debe RENUNCIAR, independientemente si fue responsabilidad o no de la misma universidad, que se supone es una institucion que debe por sobre todo proteger por todos los medios posibles la integridad y la vida de sus estudiantes y docentes en activicades academicas interaulas o extraulas. Renuncie señor Moreno Godoy, y permita que la institucion sea investigada por este incidente tragico. Deje de pontificar en un matutino porque no tiene la autoridad moral para hacerlo.

    ¡Ay no!

    ¡Nítido!

    Karin /

    27/03/2019 1:02 AM

    a) La casa de estudios interpuso sin éxito siete amparos para no ser vinculada al proceso.
    b)...pero que la gira de trabajo era “autónoma”.
    c)...Moreno Godoy también dijo que las regulaciones internas de la UVG prohíben el consumo de bebidas alcohólicas y otras substancias en las giras de campo, tanto para alumnos como profesores.

    si b es cierto no procede que me vinculen a,.. contradiccion porque c, la normativa interna si se aplica a una actividad autonoma b, pero no me vinculen, con dicha actividad.

    ¡Ay no!

    1

    ¡Nítido!

      Ana lópez /

      13/04/2019 7:43 AM

      Recuerdan el caso del Liceo Javier? Nunca las casas de estudios en pequeños y grandes casos les gusta asumir la responsabilidad de hechos que ponen en riesgo la vida y la integridad de sus alumnos porque ES MALO PARA EL NEGOCIO!. Son unos hipócritas hijos de cien mil mier das xq dicen ser casas de estudo que enseñan y cultivan valores y principos y cuando se ttata de demostrarlos se valen de las peores suciedades para comprar su exculpación en unnpaís donde la justicia se pone a favor de quien pueda dar mås dinero para comprarla, si no vean los 7 amparos interpuestos por la UVG.

      ¡Ay no!

      ¡Nítido!



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