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IGSS: pacientes renales temen al COVID-19 y a las medicinas de Pisa

Los pacientes renales son parte de los grupos de personas más vulnerables ante la crisis sanitaria por coronavirus. Este es el impacto que ha tenido la pandemia en los afiliados al Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS).

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Dentro de las quejas de los pacientes renales recabadas por Nómada está que el IGSS les está recetando medicamentos de la empresa Droguería Pisa, involucrada en un escándalo de corrupción que se conoció en 2014.

En cinco meses que han transcurrido desde que se detectó el primer caso de COVID-19 en el país, el IGSS reporta que 300 pacientes renales recibieron diagnóstico positivo del virus.

Esa cifra representa el 10% del total de pacientes renales crónicos afiliados al IGSS (2 mil 500 de hemodiálisis y 500 de diálisis peritoneal). Del total de los infectados, hasta el 10 de agosto fallecieron 100 pacientes y fueron dados de alta 170. El resto sigue en recuperación.

“Si bien esperábamos un impacto de la pandemia más duro y catastrófico para los pacientes renales, afortunadamente no lo hemos visto como tal por las medidas que hemos tomado”, dijo el médico Vinicio Montúfar, nefrólogo de adultos en el Seguro Social.

El IGSS subcontrata a distintas entidades privadas para que presten los servicios de hemodiálisis (limpiar artificialmente las toxinas de la sangre a través de una máquina a la que la persona debe estar conectada tres veces a la semana). El doctor Montúfar explicó que la estrategia para evitar contagios de coronavirus entre los afiliados que requieren tratamientos de hemodiálisis, fue crear una unidad especializada en el Hospital de Enfermedades, ubicado en la zona 9 de la Ciudad de Guatemala. De esta forma se evita la propagación en las distintas sedes a las que acuden los pacientes.

“Hay algunas unidades que ofrecen realizar las hemodiálisis en un área de aislamiento pero todavía no está 100% demostrado que esto sea viable o seguro. Los pacientes que tienen COVID-19, mientras no estén recuperados, tienen que seguir el hemodializado en el hospital. No sé está enviando ningún paciente positivo a su unidad por el riesgo que eso conlleva”, dijo el médico.

Pero esta no es la información que ha llegado a todos los pacientes. Nómada recibió quejas de parte de afiliados que son atendidos en el Hospital Nápoles, un centro subcontratado por el IGSS.

“Tenemos miedo”

Ana es madre de un joven de 17 años que recibe tratamiento de hemodiálisis en el Hospital Nápoles, ubicado en la zona 5 de la Ciudad de Guatemala. Cuenta que los pacientes recibieron información de que el tercer nivel de ese centro sería destinado para atender a enfermos renales con COVID-19. Le preocupa que los protocolos de higiene no sean suficientes para cuidar la salud de su hijo.

“Él se puso a llorar cuando supimos que quieren atender a pacientes con COVID-19. No quería venir a recibir su tratamiento, tenía miedo de infectarse”, contó a Nómada.

Juan tiene 47 años y desde hace doce años recibe hemodiálisis en ese centro. Pidió anonimato para evitar algún tipo de represalia a su atención médica. Aunque le preocupa que no sea suficiente aislar un nivel entero del edificio para atender exclusivamente a personas con el virus, ha mediado entre sus compañeros y compañeras para que todos sean atendidos bajo estrictas medidas de higiene.

“Tarde o temprano podemos necesitar nosotros el servicio y es mejor recibirlo aquí que ir a morir al IGSS”, relató.

Los protocolos

El Hospital Nápoles es propiedad de Medicina Corporativa de Diálisis, Sociedad Anónima (Baxter) una empresa que, según Guatecompras, en lo que va del año ha recibido Q96 millones en contratos con el Estado.
La empresa respondió a Nómada que a petición del IGSS brindará terapia de hemodiálisis en su clínica de Nápoles a pacientes con COVID-19 que se encuentran estables y no requieren ser hospitalizados, por lo que pueden ser atendidos de manera ambulatoria.

Entre las medidas de bioseguridad para prestar ese servicio se encuentran:

1. Una distribución de área y planificación logística que garantice que no habrá contacto ni comunicación entre los pacientes COVID-19 negativos con los pacientes COVID-19 positivos, contando con áreas completamente separadas para el ingreso y egreso de personas en tratamiento de atención. Los pacientes positivos tendrán un acceso directo del parqueo al área designada con las medidas de aislamiento sugeridas por normas internacionales.

2. Horarios distintos para la atención de pacientes positivos de COVID-19 y pacientes negativos, de manera que los mismos no coincidan en ninguna área.

3. Personal específico para tratar a pacientes positivos, que no tienen interacción con pacientes negativos.

4. Todos los pacientes son sometidos a una evaluación inicial al momento de ingresar (triage realizado por un médico) para determinar su estado de salud y si presenta algún tipo de síntoma que debe ser evaluado por el IGSS.

Una preocupación más profunda

Dentro de las quejas de los pacientes renales recabadas por Nómada está que el IGSS les está recetando medicamentos de la empresa Droguería Pisa, involucrada en un escándalo de corrupción que se conoció en 2015 y que involucró a toda la junta directiva del Seguro Social.

La Fiscalía Especial contra la Impunidad tiene abierta una investigación por homicidio culposo en contra de la empresa. En ese expediente se indaga si los medicamentos que Pisa suministró a pacientes renales de diálisis peritoneal ambulatoria, afectaron su salud y están directamente vinculados con la muerte de al menos 60 de ellos.

El medicamento que están recibiendo, y que tienen la etiqueta de Pisa, se llama pregabalina.

“Yo me siento indignado y preocupado porque están dando esos medicamentos como para probarlos en nosotros y se supone que esa compañía fue demandada por dañar a los pacientes y todavía siguen comprándole. Es una burla para todos nosotros y eso quiere decir que no les importan nuestras vidas”, denunció un paciente que pidió anonimato porque todavía tiene que ser tratado por el IGSS.

El nefrólogo del Seguro Social, Vinicio Montúfar, respondió que la empresa fue cuestionada por intentar prestar servicios de diálisis mas no por proveer medicamentos, y que la pregabalina no es la única medicina que le provee al IGSS.

“La empresa nos intentó proveer un servicio y pues todo sabemos cómo acabó pero a parte es el servicio de diálisis y a parte los medicamentos”, dijo.

Se le preguntó si ese medicamento está teniendo éxito entre los pacientes que lo han recibido y dijo que para saberlo tendría que hacerse un estudio especializado.

“Yo solo prescribo y no estoy viendo de qué marca es”, respondió Montúfar.


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