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Rector de la UVG: “El juicio no resolvió todas las dudas” sobre la muerte de los estudiantes

Pasaron siete años para que se resolviera en un juicio la causa de la muerte de los tres estudiantes de la UVG en la minera CGN en Izabal. Hubo una sentencia que solo duró 111 días, porque la Sala de Apelaciones de Puerto Barrios la anuló. Con esa resolución los implicados quedaron libres de culpa y el caso vuelve a quedar en la impunidad. En esta entrevista, el rector de la UVG, Roberto Moreno Godoy, habla de manera extensa por primera vez desde que ocurrió la tragedia.

Actualidad Estudiantes de la UVG Lemuel Valle P147 Roberto Moreno UVG

Roberto Moreno, rector de la UVG, en la entrevista con Nómada.

Fotos: Sandra Sebastián

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Esta entrevista se realizó el 2 de agosto de 2019. Un mes antes, el biólogo Lemuel Valle fue sentenciado a cinco años de prisión. La mina CGC también fue condenada a pagar una reparación de Q51 millones a las familias de las víctimas. La condena quedó suspendida el 1 de octubre por una resolución de la Sala mixta de la Corte de Apelaciones de Izabal.

La Universidad del Valle de Guatemala, una de las más grandes del país, fue absuelta en el caso porque no se determinó relación laboral y jurídica entre el biólogo Lemuel Valle y la casa de estudios. Sin embargo, la expedición en la que murieron los estudiantes fue promovida en uno de los cursos de la universidad.

El rector Roberto Moreno Godoy habla de cómo reaccionó desde el principio la universidad, la relación con los padres de las víctimas, la comunicación interna en las aulas y las supuesta presión para recortar becas si se mantenía el silencio sobre lo ocurrido.

—¿La universidad se siente satisfecha con el resultado de la investigación y el juicio?
—Fue un proceso muy largo. La investigación duró más de cinco años. Todos teníamos la expectativa de que el trabajo del Ministerio Público permitiera profundizar y esclarecer los hechos. Sin embargo, muchos miembros de la universidad y otras entidades todavía encuentran muchas dudas sin resolver, pareciera como si no se profundizó en todas las hipótesis y que no se resolvieron todas las dudas. Si bien se llegó a una sentencia, la expectativa de todos que era que a través del resultado del proceso de investigación, que fue tan largo, pudiéramos esclarecer los hechos y saber qué sucedió. Todavía prevalecen muchas dudas y en este caso solamente están los resultados que aportó el Ministerio Público y las declaraciones de Lemuel Valle sobre ese suceso.

[El 31 de marzo de 2012 los cuerpos de Nahomy Lara, Juan Carlos Velásquez y Ángel de León fueron encontrados flotando en diferentes puntos del Lago de Izabal, en un área propiedad de la Compañía Guatemalteca de Níquel. Llegaron allí como parte de una actividad académica del curso de Ecología, a cargo de su entonces profesor Arnoldo Font-Nájera. Los tres estudiaban la carrera de Biología en la UVG.]

• Cobertura completa del caso: Cómo y dónde fueron hallados los tres estudiantes fallecidos en Izabal, en 2012

—¿Qué dudas cree que quedaron en el aire?
—Por ejemplo, cuando uno mira la cobertura tema, incluso la misma cobertura que usted ha hecho, uno dice: “¿quedaron resueltas todas las preguntas y dudas? ¿podemos estar todos convencidos a ciencia cierta de que el hecho fue un homicidio culposo?”. Todavía prevalecen algunas dudas que lamentablemente la investigación no disipó completamente.

—¿Qué factores cree que provocaron que la investigación no llegase a una conclusión a pesar de que se tardaron 5 años?
—No sabría decirle. Hubo momentos muy difíciles, no solo en la reconstrucción de los hechos sino en la exhumación de los cuerpos y en la revisión de la evidencia, pero posteriormente pareciera que no hubo, de parte del Ministerio Público, un examen a profundidad de todas las hipótesis y se concentró básicamente en la del homicidio culposo.

—En el proceso de averiguar qué pasó con los estudiantes, ¿qué papel tuvo la universidad?
—Desde un principio la Universidad se puso a disposición de las autoridades y del Ministerio Público para atender toda la información requerida. Todo fue proporcionado en el mejor de nuestro entendimiento; porque de alguna manera, reafirmo, parte de la dificultad de este caso es que no había ningún miembro de la universidad, a parte de los tres estudiantes que lamentablemente fallecieron, que estuviera presente en el momento del suceso. Mucha de la información específica sobre lo que sucedió es un tema que solamente conoce el acusado (libre tras el fallo de la sala de apelaciones).

—Usted dice que no había ningún miembro de la universidad en ese momento, pero sí había un profesor asignado al actividad. En el juicio se evidenció que él no monitoreó a los estudiantes. ¿Cómo ven la participación directa del profesor de la UVG?
—Hay que recordar que la estación biológica —una reserva natural administrada por la CGN— realiza actividades de manera rutinaria en la zona de El Estor, como parte del proceso de monitoreo biológico. Esas son actividades rutinarias bajo la coordinación y supervisión de la estación biológica, en donde ha habido acercamientos con varias universidades.

Con la UVG se realizaron tres visitas exploratorias; parte de ese apoyo que se brindaba era que los estudiantes y el profesor de la universidad pudieran participar en las actividades rutinarias de la estación biológica.

El marco general del funcionamiento del programa era bajo el monitoreo de la propia estación biológica dentro de la metodología y mecánica que realizan en la zona. Cuando se planificó esa actividad, se acordó que algunas de las tareas iban a contar con el acompañamiento en alguno de los avistamientos de fauna, del profesor de la universidad y en otras actividades directamente de miembros de la estación biológica de la CGN. La actividad puntual donde se dio el suceso, estaba bajo la supervisión y monitoreo directo del biólogo de la minera (Lemuel Valle).

Lo que es importante aclarar es que, en términos de la logística de todas las actividades, indistintamente de quien acompañaba a los estudiantes, es que todo se regía por la normativa y protocolos de seguridad de la CGN. O sea que todo el transporte interno en tierra y agua y toda la dinámica de seguridad, obedecía directamente a las directrices de CGN y estaba directamente bajo su monitoreo y supervisión.

 

Roberto Moreno, rector de la UVG. Foto: Carlos Sebastián

Roberto Moreno Godoy, rector de la UVG. Foto: Sandra Sebastián

—En el juicio algunos de los estudiantes (que declararon como testigos) mencionaron que vieron al profesor bebiendo cerveza. A estos testimonios se les dio valor probatorio, si bien no fue una acusación directa del MP, sí fue algo que surgió dentro de las declaraciones. ¿Hubo alguna sanción de parte de la universidad para el profesor?
—Si se recuerda, entramos a la etapa de debate apenas unos meses atrás y el profesor del curso ha estado retirado de la universidad desde el 2014. En realidad todas las pruebas e insumos que aportaron testigos o el Ministerio Públicos son elementos que fueron conocidos muy recientemente, entonces no fue ese un tema de discusión en su momento. De hecho el tema del alcohol cobró relevancia en la discusión a raíz de la apertura de la etapa de debate.

—Dentro del juicio, los abogados de la UVG indagaron mucho sobre si los estudiantes consumieron o no bebidas alcohólicas. ¿Por qué consideraban importante dilucidar esta parte y llegar al punto de preguntarle a los familiares si sus hijos bebían o no bebidas alcohólicas antes del hecho?
—Yo no sé si hubo consultas a los familiares en relación al tema. En los reportes que se recibieron inicialmente en la universidad, uno de los elementos era un cuestionamiento sobre algunos estudiantes que habían ido a El Estor, antes de la actividad y que probablemente habían consumido alcohol.

Se había hecho el énfasis en la importancia de que no se consumiera alcohol. En primer lugar porque está prohibido, según toda la regulación de la institución. Y en segundo lugar, porque aquellos con actividades tendrían especial cuidado. No es que haya sido un tema en el que se haya hecho hincapié, si no que en todo el examen de todas las actividades del caso. Ese fue uno de los tantos elementos que apareció y fue discutido en su oportunidad.

—Hay un reclamo de las familias de los jóvenes sobre la universidad y los amparos que presentó para ser excluida dentro del proceso, que retrasó muchos años la investigación, el avance del caso y el esclarecimiento de la verdad.
—Eso no es así. De hecho, en todo el proceso realizado hasta llegar a la apertura del debate transcurrieron cinco años, tiempo en que el MP realizó la investigación. Ninguno de los amparos que presentó la universidad tenía relación directa con la acusación primaria del caso, que era la acusación de Lemuel Valle por homicidio culposo. De hecho, en todo el tema de responsabilidad civil es un tema que se entra a conocer hasta el momento en que la persona es encontrada culpable.

Ninguna de nuestras acciones interrumpieron el proceso de investigación o la acusación primaria contra Lemuel Valle. De hecho, ya cuando se entró en la etapa de apertura de debate, la posición nuestra fue que comenzara el caso sin importar qué amparos estuvieran pendientes. Sin embargo, el Ministerio Público y los querellantes adhesivos en dos oportunidades pidieron suspender la audiencia a la luz de que había amparos pendientes.

En un tercer momento, la posición de la universidad fue retirar el amparo que tenía que ver precisamente con lo que dictaminó el juez, que no procedía la responsabilidad civil por no haber un vínculo jurídico como tercero civilmente responsable.

La universidad optó por retirar el amparo en el ánimo de que pudiera seguir adelante el debate y de que tanto para el MP como para los querellantes adhesivos fuera posible continuar.

—Si bien esos amparos no interrumpieron directamente el proceso de investigación contra Lemuel Valle, ¿de qué otra forma se iba a dilucidar si la UVG tenía algún tipo de responsabilidad en el hecho?
—En realidad fueron tres acciones legales básicas las que se plantearon en el caso. La primera fue un amparo cuando se vinculó a la Fundación (UVG) como tercero civilmente responsable, y ese fue un proceso que tomó años en esclarecerse hasta que llegó a la Corte de Constitucionalidad; ahí se estableció en definitiva que no procedía vincular a la Fundación de la Universidad del Valle.

Cuando en 2014 se canceló el proceso a solicitud del Ministerio Público, en ese momento se levantaron todas las medidas contra el biólogo Lemuel Valle y todas contra la CGN. Todo quedó pendiente mientras se completaba la suspensión provisional. Sin embargo, en ese momento se solicitó vincular a la Universidad del Valle en un proceso suspendido y eso motivó el segundo amparo.

En realidad el tema de fondo que se discutió fue el vínculo jurídico entre la universidad y Lemuel Valle. El planteamiento nuestro siempre fue que no procedía la vinculación como tercero civilmente demandado para someter a la universidad a este proceso de juicio. La sentencia final así lo denotó.

—Usted afirma que la Universidad estuvo abierta a contribuir a que se esclarecieran los hechos. Pero cómo pudo ser esto si al mismo tiempo estaban presentando recursos legales para no ser incluida dentro del proceso. La única forma de averiguar la verdad era que estuvieran en el proceso.
—Desde muy temprano las familias anunciaron un proceso legal. Eso es algo que nosotros hemos respetado en todo momento. Si bien es cierto, todos hemos sufrido con este tema y ha sido una de las tragedias más fuertes que ha experimentado nuestra comunidad, no hay nadie que haya sentido más el caso que las propias familias.

En el principio mantuvimos la importancia de la comunicación con las familias y la importancia de trabajar juntos en el proceso de investigación. Estando ya enfrentados en un proceso legal eso complica el escenario. Nosotros no hubiésemos querido que se rompiera la comunicación con las familias, sino que fuera fluida. Sin embargo, muy tempranamente las familias manifestaron su incomodidad en la comunicación con la universidad.

Para nosotros lo ideal hubiera sido que pudiéramos trabajar juntos en toda la etapa inicial, sobre todo de investigación y que cualquier acción legal contra la universidad la pudieran haber planteado, una vez los hechos hubieran tenido una investigación. Sin embargo, eso no fue posible. Lo que sí es algo que todos hemos compartido es el interés de esclarecer los hechos y obviamente la imposibilidad de comunicarnos es un tema que afectó que pudiéramos colaborar en esclarecer la situación.

 

Placa conmemorativa por la muerte de los tres estudiantes de la UVG. Foto: Carlos Sebastián

Placa conmemorativa por la muerte de los tres estudiantes de la UVG. Foto: Sandra Sebastián

—En el 2012 un grupo de abogados contratados por la universidad llegó a las aulas con los alumnos a decirles que no comentaran el hecho. Para las familias esto es un claro indicio de obstaculización a la averiguación de la verdad.
—No fue así. Este proceso es muy distinto a lo que estamos acostumbrados. En primer lugar, nunca habíamos enfrentado una tragedia de este tipo, la pérdida de estudiantes y tampoco los estudiantes estaban acostumbrados a un proceso de investigación donde se llevase a cabo una indagatoria de parte del Ministerio Público y otras autoridades.

En aquel entonces, parte de la solicitud que hubo de las personas a quienes se podía pedir declaración, era que la universidad los apoyaba para dar alguna información sobre la expectativa de ese tipo de procesos e investigaciones. Me parece que se ha malinterpretado el mensaje de los abogados; la intención fue que las personas tenían que testificar información que tuvieran y que les constara. En este caso en particular es que hay muchas especulaciones en relación a qué pudo haber sucedido.

Se ha confundido esa reunión inicial con los estudiantes, donde el único ánimo que tenía era responder a dudas sobre qué procedía en este tipo de procesos.

—Hay una audio de esa reunión que se expuso en el juicio, y se menciona que más allá de explicar cómo funcionaba el proceso el mensaje era "no comenten nada".
—Yo creo que el mensaje nunca fue ese. El mensaje fue sobre la importancia de que comentaran solamente los hechos que les constaran. Todos esperábamos que los hechos que constaran fueran los hechos presentados en la investigación del MP y que cualquier duda pudiera ser disipada a través de la presentación de los hechos.

—Después de la sentencia y durante del juicio, muchos exalumnos se pronunciaron en redes sociales. Una de las cosas que se mencionó es que como no se discutió ampliamente lo que sucedió, muchos tenían miedo de hablar y que eso implicase alguna consecuencia en su carrera y labores dentro de la universidad.
—No, no, no. Nunca. Una de las preocupaciones más grandes de la universidad en el primer momento de los hechos, durante la propia Semana Santa (de 2012) fue dar apoyo a los estudiantes que participaron (en esa actividad) y a sus familias. Y al regresar de Semana Santa, tener una serie de actividades que permitieran a la comunidad atender la situación. Uno de los temas que más nos preocupó fue ver de qué manera podíamos brindar acompañamiento a los jóvenes, especialmente a los que participaron en la gira, de tal forma que pudieran tener consejería, no solo psicológica sino académica, para que el hecho no les afectara. En ningún sentido fue un tema de represalia o situación en contra de las personas.

—En las conclusiones del juicio (Luis Pedro Martínez) abogado de la Universidad dijo que si llegaban a ser responsabilizados civilmente por estos hechos, el dinero para pagar una indemnización no saldría del dinero de los catedráticos, ni de la universidad, sino de los fondos para las becas.
—Sí. Yo no estuve en ese momento y vi la cobertura. En esta discusión la postura de la UVG es que estaba siendo vinculada como responsable de las acciones realizadas por un tercero (Lemuel Valle), ajeno a la universidad, y la principal preocupación, más allá de lo que se traduzca en resarcimiento y compensación económica para el caso, son las repercusiones que una sentencia de responsabilidad en relación a una persona no vinculada a la universidad podría afectar todas las actividades extramuros. Estamos seguros que Guatemala requiere profesionales que tengan esa formación activa e integral y que hayan tenido contacto con las comunidades y con la realidad.

En todas las universidades hay un esfuerzo grande para todo el tema del financiamiento de la educación y cualquier compensación económica que se hubiera tenido que pagar habría tenido un costo de oportunidad en términos de los recursos de la institución y cómo se destinan. En la Universidad, por cada Q100 que recibe de ingresos, Q10 se van a programas de ayuda financiera y Q10 se van a fondos de investigación.

Es un esfuerzo que se hace con gran empeño para apoyar a jóvenes talentosos que lo necesitan y en la parte de investigación de la importancia que hay de que las decisiones del país se tomen en base a evidencia científica.

—Si el 20% de los recursos de la universidad están destinados a investigación y apoyo a estudiantes, ¿por qué amenazar a la comunidad estudiantil con que sería en esa parte donde habría consecuencia?
—No. No hubo una amenaza a ninguna comunidad estudiantil. Creo que sea ha reorientado. Cuando la universidad fue fundada, en 1966, se estableció como una política de la universidad que todo joven talentoso, si era admitido en la universidad, sería apoyado indistintamente de su situación socioecónomica. Y esa es una promesa que hemos mantenido y hemos honrado. Siendo ese el espíritu de la universidad, nunca habría una amenaza a la comunidad en términos de la pérdida de ayuda financiera. Lo que se señaló en ese momento era el costo de oportunidad que podía tener una medida de ese tipo, pero en ningún sentido de parte de la universidad jamás habría una amenaza en un área que ha sido toral desde la Fundación de la UVG.

 

Detalle de la placa en honor a los tres estudiantes de la UVG muertos en la mina de Izabal. Foto: Carlos Sebastián

Detalle de la placa en honor a los tres estudiantes de la UVG muertos en la mina de Izabal. Foto: Sandra Sebastián

—A raíz del juicio hubo muchos pronunciamientos de exalumnos, entre ellas una carta firmada por más de 100 exestudiantes donde piden acciones concretas de la universidad. ¿Cómo toma este reclamo de quienes no están satisfechos con lo que pasó en el juicio?
—Yo me sumo, parcialmente, a ese reclamo, y al mismo llamado que usted ha hecho en sus comentarios de prensa, en que ojalá tuviéramos todas las respuestas. Claro, todos mantenemos un llamado a que pudiera conocerse más, aunque no sé si eso será posible o no en este momento.

Parte de ese reclamo de las personas que pudieran haber firmado esa carta y de otros, guarda relación con el tema de respuestas no dadas, dudas que han sido planteadas, escenarios o hipótesis que no han sido demostradas o validadas a lo largo del caso y creo que para muchos la no conformidad plena con los resultados de este juicio.

Eso ha sido precisamente el que se hayan podido desvanecer todas las dudas y esclarecido los hechos. En esa parte creo que ellos en su pronunciamiento es algo parecido. Para todos esta ha sido una tragedia fortísima y en ese sentido cualquier acción que nos permita seguir adelante para sanar las heridas que hay en muchas áreas y sobre todo para trabajar juntos y resguardar la excelencia académica, es muy importante.

—¿A partir de la muerte de los tres estudiantes se replanteó el modelo educativo de la Universidad del Valle?
—No, no se ha replanteado el modelo. Nosotros seguimos apostando a un modelo de aprender haciendo, de enseñanza colaborativa, activa y práctica. No podemos obviar la muerte de los tres estudiantes y no hay medida alguna de la universidad que sea suficiente para evitar una situación como esa y por tanto todas las facultades han profundizado mucho en su trabajo.

—Después de haber conocido varios elementos que se dilucidaron en el juicio. ¿Usted qué cree que pasó?
—Lo único que sabemos es que en el juicio el MP mantuvo una hipótesis y una acusación de homicidio culposo. Y que alguna acción derivada de impericia, imprudencia o negligencia de Lemuel Valle, a criterio del juez, fue lo que causó la muerte de los jóvenes y por lo tanto esa es la condena (ya suspendida). Pero más allá de eso, muchas de las dudas que se presentan son dudas también a lo interno de la universidad.

—Hace un momento mencionó que quieren realizar acciones para sanar, ¿cómo se puede sanar si no hay una respuesta que le dé tranquilidad a los papás de qué fue lo que pasó con sus hijos?
—Bueno, lo que tenemos son los resultados de un debate y un juicio que se dio de la manera en que se dio. Tenemos los resultados de una investigación que se completó y a partir de eso todos tendremos que seguir adelante buscando como en comunidad fortalecernos y crecer a partir de esta experiencia, que ha sido la más dura que nos ha tocado a todos enfrentar.


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COMENTARIOS

RESPUESTAS

    José Martínez /

    10/10/2019 4:07 PM

    Lamento mucho por la vida de estos tres jóvenes, porque aunque hagan cuestionamientos, dudas, inquietudes, juicios, demandas, denuncias; lo único cierto es que nada les va devolver ni la vida, ni la juventud, ni la presencia, ni las ideas fantásticas de un verdadero biólogo; yo lo lamento muchísimo, lo lamento por los padres de familia en primer lugar; pero también y con toda honestidad lo lamento mucho por el profesor, porque prácticamente quedó descreditado al frente de la comunidad científica nacional. Sin embargo, yo también soy profesor universitario, y reconozco que cuando uno sale a una gira académica con jóvenes, caballeros y damitas, uno tiene que poner el ejemplo y socializar - sensibilizar a los estudiantes que ellos son la imaginen de su propia institución; por un lado, pero a la vez, con todo respeto, yo no pondría en riesgo a jóvenes en determinados puntos geográficos, que uno sabe que son todo un "polvorín" donde son prácticamente "tierra de nadie" y aquí hago referencia a Industrias Mineras y su correspondiente personal; Patrullas de Autodefensa Civil -PAC-; grupos paramilitares; narcotráfico; trata de personas; pero uno como autoridad universitaria, catedrático, rector, decano, etc.; debe tener sentido común y prudencia para determinar en qué lugares sí se puede desarrollar investigación sociológica, antropológica, etnológica, biológica, ambientalista; y en que lugares no son precisamente los ambientes más sanos para desarrollar investigaciones científicas. Por experiencia propia, siempre que hago una gira con alumnos trato de poner en cuenta todos los riesgos, amenazas y debilidades de un trayecto de ida y de regreso. Aún así, hay que reconocerlo, siempre resultan percances, inconformidades, problemas y uno como docente encargado de la gira tiene que ser muy prudente, inteligente y sensible con el grupo de alumnos que es su responsabilidad. Con todo respeto, mi más sentido pésame a los padres de familia; de verdad lo lamento; y lo digo porque yo también soy padre de familia, yo tengo hijos; y sólo uno, como padre de familia, puede entender, sensibilizarse y comprender ese gran dolor de la pérdida de una hija o de un hijo.

    ¡Ay no!

    ¡Nítido!

    Jorge García /

    10/10/2019 12:55 PM

    Yo estudié en la UVG y este rector nunca dejó que nos pronunciáramos por los cambios que hizo a las carreras de ciencias sociales, especialmente lo relacionado a los subsidios. He sabido de los que estuvieron en el evento que sí se les censuró y se les dijo de no hacer comentarios. Sabemos de los vínculos que tiene la UVG con las empresas (en la Costa sur por ejemplo, con el sector de la caña y el ICC). Por eso, no creo nada de lo que dice. Moreno reprime a los estudiantes y no le gusta ser transparente ni reconocer sus vínculos empresariales. Es cobarde no reconocer su responsabilidad con sus estudiantes, les abandonó, qué triste es ser un estudiante de la UVG.

    ¡Ay no!

    ¡Nítido!

    Mario Paredes /

    10/10/2019 6:44 AM

    Asi que la U los mando al recorrido de campo como algo mandatorio para aprobar el curso y no es responsable de sus muertes. No entiendo.

    ¡Ay no!

    1

    ¡Nítido!

    amilcar /

    09/10/2019 6:46 PM

    Que es un mafioso. La u es una estafa.

    ¡Ay no!

    1

    ¡Nítido!



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