El retorno de Portillo, que juró la Presidencia hace 15 años y diez días, es elemental porque dos de cada tres ciudadanos lo considera el mejor presidente de la democracia y votaría por el candidato a quien él apoyara, según una encuesta de la revista ContraPoder. En 2011, un mensaje radial suyo una semana antes de las elecciones significó que un candidato obtuviera 8.7 por ciento de los votos, siete más de lo que pronosticaban las encuestas, y se colara al cuarto lugar.
Por eso hay una fila de políticos que espera su bendición. Nómada publicó hace un mes que Portillo se reunió hace cinco meses en Denver con su amigo y excanciller Edgar Gutiérrez y Edmond Mulet, expresidente del Congreso (1992) y actual subsecretario general de la ONU. Les dijo que “serían un binomio poderoso” para Guatemala y les pidió que “exploraran la construcción de una alternativa política” para septiembre de 2015, según palabras de Gutiérrez. Fue lo que hicieron y encontraron una plataforma en el partido Todos, de Roberto Alejos (presidente legislativo 2010-2011). Es decir, Mulet presidenciable, Gutiérrez vicepresidenciable, y el partido de Alejos. Una plataforma que espera la aprobación de Portillo.
Gutiérrez sumó al esfuerzo a su amigo Manfredo Marroquín, presidente de Acción Ciudadana, capítulo nacional de Transparencia Internacional; a algunos empresarios y tendió una invitación pública en su columna a líderes indígenas y otros políticos, como Álvaro Velásquez y José Ángel López, cafetalero, expresidente de Banrural. Velásquez fue candidato a diputado por Encuentro por Guatemala, partido de Nineth Montenegro, que ahora tiene a José Ángel López como presidenciable. Entre los líderes indígenas están Mario Itzep o Edgar Ajcip.
El grupo de Gutiérrez estaría en ventaja respecto del otro grupo que se disputa la simpatía de Portillo, quien cumplirá este septiembre 64 años. El otro grupo es el que Portillo nombró para organizar su recepción esta noche en el aeropuerto. Se trata de su también amigo y exsecretario privado, Julio Girón, señalado de múltiples negocios corruptos durante su presidencia, y el exvicepresidente Juan Francisco Reyes López. Julio Girón mantiene una cercanía con el Partido Patriota. Y Reyes López y Gutiérrez disputaban la influencia sobre Portillo durante el gobierno del Frente Republicano Guatemalteco (FRG, partido de Efraín Ríos Montt).
Quién es el personaje clave
En el último mes ha pasado algo de agua bajo el río. Mulet, de gran trayectoria internacional durante las últimas dos décadas, perdió la aureola de santidad. En una entrevista con Nómada se reveló como alguien que niega el genocidio contra los mayas, que se opone a la transparencia del financiamiento electoral o no hace hincapié en el problema de la desigualdad en Guatemala. Y una semana después, Plaza Pública publicó una investigación de varios años sobre su pasado como abogado involucrado en adopciones irregulares de niños en el extranjero durante los años 80. La publicación se viralizó.
Finalmente, en una entrevista vía correo electrónico a instancias de su exesposa Evelyn Morataya, Portillo dijo a ContraPoder que no había tomado una decisión sobre a quién apoyar y que quería liderar un movimiento para reconstruir el país. No confirmó ni negó que pudiera ser Edmond Mulet a quien daría el respaldo. Dijo que había perdonado a otros políticos y que al único que no apoyaría sería a Manuel Baldizón. Pero sí se tomó el cuidado de elogiar personal y políticamente a una persona: Edgar Gutiérrez.
Edgar Gutiérrez, hoy por hoy, apunta a ser la persona clave para el futuro político de Alfonso Portillo.
Gutiérrez, de 54 años, tiene una trayectoria política intensa. En los últimos treinta años estuvo en el mundo de los derechos humanos, en la oenegé Avancso, junto a Mirna Mack, y después dirigió la Oficina de Derechos Humanos del Arzobispado (ODHA), que bajo el liderazgo de monseñor Juan Gerardi realizó el informe de la memoria Guatemala Nunca Más; Mack y Gerardi fueron asesinados por militares. Después fue editor en elPeriódico, donde sigue como columnista, y pasó a ser el Secretario de Análisis Estratégio de la Presidencia de Portillo, para luego convertirse en su canciller para revertir el aislamiento con Washington por los fracasos en narcotráfico del gobierno. En estos treinta años, y en especial en los últimos quince, Gutiérrez ha sido consultor en repetidas ocasiones de agencias de Estados Unidos, país con el que mantiene una relación estrecha.
Estados Unidos, pequeño detalle, buscó intensamente la extradición de Portillo para juzgarlo por $2.5 millones que recibió como soborno por parte de Taiwán. Incluso a expensas de no apelar el fallo absolutorio de un caso de corrupción por Q200 millones en Guatemala. Las evidencias presentadas en el juicio fueron tan escasas que un juzgado de Nueva York lo condenó a menos de un año en prisión.
Gutiérrez, hábil como pocos en la política, representa las paces con Estados Unidos. Gutiérrez tiene lista una opción electoral, con el partido Todos y Edmond Mulet, pero parece buscar una puerta abierta con el partido Encuentro por Guatemala y José Ángel López, banquero y jakalteko.
La leyenda para los pobres
Portillo no siempre fue popular en los últimos diez años. Fue perseguido por presión de la élite empresarial desde que salió de la Presidencia. Tuvo escasas visitas en sus años de prisión en la cárcel militar de Matamoros –como se retrata este reportaje de 2013 por Arnoldo Gálvez, fundador de Nómada-, y salió humillado en una extradición a trompezones el año pasado.
A inicios de 2015, dejó de ser el diablo. El CACIF está ansioso por saber su decisión electoral, ha invitado a sus amigos a reuniones y al parecer lo prefiere sobre Baldizón. Y la sociedad civil progresista, crítica antes por su relación con Ríos Montt, parece empezar a verlo como el mesías.
De su gobierno, en el que se abrieron las puertas de par en par a militares mafiosos y a políticos clientelares y corruptos, la gran mayoría de guatemaltecos recuerda otras cosas. Recuerda que aumentaron los salarios mínimos, que se abrieron los mercados y se evitó el aumento de productos de la canasta básica. Recuerda que los pobres, que son más de la mitad del país, se convirtieron en actores en el discurso público.
Si sirvieran de algo los paralelismos en la historia, Portillo es para los pobres una leyenda comparable a la que representa el exdictador Jorge Ubico para la clase media conservadora.
Esta mañana fue recibido por el cónsul guatemalteco al salir de la prisión en Denver. Después se fotografió con su sobrino, que asegura liderar un movimiento político. Arribará al país por la noche, se reunirá con su hija pequeña, sus familiares, los políticos y los periodistas. Y empezará a escribir el siguiente capítulo de la historia del país.
ANONIMO /
[…] un grupo de líderes sociales, algunos que fueron de los leales su gobierno 2000-2003. Se trata de Edgar Gutiérrez, su excanciller y director del Instituto de Problemas Nacionales de la USAC; Alfonso Cabrera, […]
Señora Olivet, gracias por su comentario. Es una interpretación mía, pues nunca han dicho literalmente que es el mesías. Cuando la escribo me refiero a personas, muy respetables, como Álvaro Velásquez o Manfredo Marroquín, otrora críticas con Portillo, y que ahora ven que tiene una posibilidad de liderar un esfuerzo reformador en el país.
Saludos cordiales, Martín
Alma Olivet /
Señor Rodríguez Pellecer.
Podría ampliar sobre quienes son esa sociedad civil progresista antes crítica del sr. Portillo y que ahora lo ve como el mesías?
Es importante conocer cuáles considerando que cuando se habla de sociedad civil es tan amplio y sobre todo, cuando se refiere en el artículo a sociedad civil progresista.
Agradezco desde ya su aporte.
Saludos Atentos.
ANONIMO /
[…] una alianza electoral que tiene que amarrar en las próximas semanas y construirla en seis meses, probablemente de la mano de su excanciller Edgar Gutiérrez, o en un proyecto que él mismo construirá en los próximos […]