Baldizón encabeza por mucho (pero no tiene nada asegurado)

elPeriódico publicó las encuestas contratadas por cinco partidos: Líder, PP, UNE, Todos y CREO-Unionista, y escribió un artículo mostrando cómo cada comprador de encuesta infla sus números para verse mejor. En Nómada hicimos el ejercicio de promediar cómo puntúan los candidatos en las encuestas que pagan los otros partidos. Esto no es un método científico (sumando mentiras no se llega a la verdad), pero puede ser una aproximación porque coinciden los números.

En este promedio de encuestas, Manuel Baldizón, de Líder, encabeza con 35.1%; Alejandro Sinibaldi, del PP, le sigue a casi 20 puntos, con 16.7%; y Sandra Torres, de la UNE, con 15.4%. Atrás están Mario Estrada, de la UCN, con 4.2%; y Roberto González Díaz-Durán, de CREO-Unionista, con 3.9%.

En sus propias encuestas, Baldizón sale con 52.5%, Sinibaldi con 30.5%, Torres con 19% y González con 3.8%; el único que sale igual que en el promedio de las demás. La quinta encuesta es de Roberto Alejos, de Todos, que sólo en su encuesta sale con 7%.

¿Es Baldizón el próximo presidente?

En el mundillo político se repite que Baldizón será el próximo presidente. En su partido, desde hace dos años dicen que tienen el 52% de la intención de votos. Eso es tan creíble como que el medio que lo publica en vallas enormes, La Tribuna, no está relacionado a Líder. En Nómada publicamos un reportaje titulado “Si Baldizón es Jesucristo, estos medios son su San Pedro”.

Si Baldizón mantuviera la intención de voto en un 35% para las elecciones de septiembre, esto lo colocaría en una buena posición para ganar en segunda vuelta; aunque no en una victoria segura. Los tres que obtuvieron resultados cercanos parecidos, ganaron. Pero uno por una milésima. Otto Pérez Molina obtuvo 36% en la primera vuelta de 2011; Óscar Berger, 34% en 2003; ; y Álvaro Arzú, 36% en 1995. Pero Arzú le ganó a Alfonso Portillo por 1.5% (y un apagón de luz la noche del conteo).

El problema para Baldizón es que los tres que lograron alrededor de 35% de votos empezaron la campaña electoral con intenciones de voto mucho mayores, pues el candidato que encabeza es (obviamente) el más fiscalizado y criticado durante la campaña. Y si llega al resultado electoral con menos de 30%, la tendrá muy difícil.

Este panorama, si entre cinco encuestas podemos acercarnos a datos más realistas sobre la intención de voto a dos semanas del inicio de la campaña electoral, Baldizón tiene una ventaja significativa, aunque no imbatible, y todo apunta a que se enfrentará en una segunda vuelta, competida, contra Alejandro Sinibaldi o Sandra Torres.

La incertidumbre en el PP

Desde hace una década se habla de la rivalidad por el amor de Otto Pérez Molina entre sus alfiles, Roxana Baldetti y Alejandro Sinibaldi. Hasta ahora se han repartido las cuotas: primero ambos fueron secretarios generales adjuntos, después una fue la secretaria general y el otro el encargado de buscar fondos, después una la vicepresidenciable y el otro el candidato a alcalde metropolitano, después vicepresidenta y ministro. Y cuando el Tribunal Supremo Electoral suspendió a Baldetti como secretaria general, todo apuntaba a que era el turno de Sinibaldi, el delfín, el precandidato presidencial.

Pero no. Baldetti se opuso y Pérez Molina –a quien le cuesta muchísimo tomar decisiones que enojen a los suyos–, se decantó por un secretario general que le tuviera lealtad personal: el diputado Valentín Gramajo. Gramajo, el que estuvo en el ostracismo parlamentario porque no había lugar para él entre la bancada que se repartieron Baldetti y Sinibaldi. El PP, reconocieron entonces entre los allegados a Sinibaldi, es dominado en un 60% por Baldetti, y no les quedó más que acatar la decisión de Pérez Molina “para que Baldetti no los boicoteara”.

Esta división entre Sinibaldi y Baldetti parece seguir creciendo. Esto según lo que ha escrito y dicho en radio Phillip Chicola, politólogo del Cacif y probablemente el mejor analista conservador. Está latente, según Chicola, la posibilidad de que Sinibaldi abandone el PP para comprar la ficha del Movimiento Reformador, otrora partido de Jorge Briz, presidente del Cacif, que en 2003 llevó al poder a Óscar Berger.

Si Sinibaldi abandona el partido de gobierno, esto facilitaría el crecimiento de Sandra Torres para posicionarse como la única alternativa con capacidad de derrotar a Baldizón en segunda vuelta; Sandra Torres aseguró ya un financiamiento robusto para su campaña. Y esto quizás abra la puerta a Roberto González (Canela, de CREO-Unionista), para ser el ungido por el sector privado para el financiamiento. Quizás puede abrir alguna ventana para que crezca José Ángel López, de Encuentro por Guatemala.

El cortejo a Portillo

A mí me parece que este coqueteo de Sinibaldi con renunciar al PP obedece a un intento por seducir al expresidente Alfonso Portillo para apoyarlo como candidato. Por la información que he reporteado, Portillo mantiene el apoyo a la opción de su excanciller Edgar Gutiérrez en el partido Todos, de Roberto Alejos.

Y Portillo, con simpatía entre dos terceras partes de la población, según una encuesta de ContraPoder, puede inclinar la balanza. Inclinarla a favor de Sinibaldi o Gutiérrez, pero definitivamente intentará hacerla en contra de Baldizón, como dijo en una entrevista que hizo desde la cárcel, cuando anunció que al único que no apoyaría sería al del partido Líder.

Estas dos decisiones, la de Sinibaldi y la de Portillo, son las últimas pendientes de saberse para que estén todas las cartas sobre la mesa de la campaña electoral de 2015. De momento, Baldizón encabeza, por mucho, aunque puede ser insuficiente.

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