Confirmado: Portillo será candidato a diputado (y Lizardo Sosa será su presidenciable)

Con estas noticias se ponen fin a las especulaciones sobre el futuro del político más popular de los pobres de la sociedad guatemalteca y se termina de aclarar el panorama político.

“La decisión de participar en el listado nacional está tomada. Sí participo encabezando el listado y sólo quedaría pendiente otras posiciones y la definición del binomio; estamos a punto”, dijo el expresidente en una breve conversación con Nómada. Una entrevista extensa con este medio se llevará a cabo la próxima semana.

Según una encuesta de inicios de años de la revista ContraPoder, dos terceras partes de los votantes respondieron que votarían por Portillo para candidato a diputado. En su partido confían que podrán llevar a cabo una bancada sólida de 30 diputados (de 158 posibles).

¿Quiénes podrían ser algunos de los candidatos a diputado según las fuentes de Nómada? Martín Arévalo, Edgar Ballsels, María Eugenia Morales, Evelyn Morataya (exesposa de Portillo), Gabriel Orellana, Mario Itzep o Edgar Gutiérrez. Todos funcionarios de gobiernos anteriores, pero que han salido  sin mayores señalamientos y con prestigio de sus puestos.

Nómada publicó desde el 18 de marzo que Portillo estaba decantándose por una diputación.

El problema para Portillo es que no se ha medido la intención de voto después de la crisis por el caso de corrupción del caso La Línea, que provocó la renuncia de la entonces vicepresidente Roxana Baldetti, y que  que dos mítines de partidos tradicionales hayan sido cancelados por protestas ciudadanas en La Antigua y en Quetzaltenango.

El final de las dudas sobre el candidato presidencial

El candidato presidencial portillista será Lizardo Sosa y será anunciado antes que acabe mayo en la asamblea general del partido Todos, en donde se eligirá como secretario general al mismo Alfonso Portillo, aseguran a Nómada tres fuentes cercanas al proceso de negociación.

Sosa fue el único funcionario que nombró Alfonso Portillo y que no fue retirado por su sucesor, Óscar Berger, que había emprendido una cacería contra los funcionarios del gobierno portillista. Antes de eso, Sosa fue ministro y jefe del Banguat durante el gobierno democristiano de Vinicio Cerezo (1986-1991) y ahora es asociado de la influyente Asociación para la Investigación y Estudios Sociales (Asíes), muy cercana al sector privado tradicional.

El tercero espera ser la vencida para Portilo, después de los fallidos intentos de colocar como presidenciable a sus primeras dos propuestas: Edmond Mulet, subsecretario general de la ONU, y Edgar Gutiérrez, su excanciller.

Mulet no sobrevivió políticamente una semana como precandidato presidencial portillista. Nómada le hizo una entrevista en el que evidenció su negación del genocidio y se rehusó a contar quién había financiado un anuncio de Q38 mil quetzales. Y el medio Plaza Pública hizo pública una investigación de tres años sobre su pasado como abogado que participaba de las cuestionadas adopciones ilegales en tiempos de la guerra. Y Gutiérrez parece no haber superado la oposición de Roberto Alejos, el actual líder del partido Todos y expresidente legislativo en dos ocasiones.

Ni Gutiérrez ni Alejos quieren responder sobre la candidatura de Lizardo Sosa. Gutiérrez responde que la atención del proyecto se centra en el Congreso y que no es oportuno hablar de candidaturas en medio de la crisis. Y Alejos dice que no hay nada definido y que se trata únicamente de rumores sobre presidenciables.

Lizardo Sosa, en una foto de cronica.ufm.edu, con licencia de Creative Commons.

El panorama electoral

La competencia presidencial para el 6 de septiembre luce así. Manuel Baldizón, del partido Líder, es quien encabeza las encuestas con 30 por ciento, pero no ha habido mediciones después de la crisis por el caso de corrupción del gobierno que provocó la renuncia de Roxana Baldetti. Él es el principal candidato afectado porque durante los últimos seis meses ha estado en alianza con el Partido Patriota y porque sus propios escándalos de corrupción y de mentiras son sonoros entre la clase media urbana.

Está prácticamente fuera de competencia Alejandro Sinibaldi, que renunció al Partido Patriota después de haber sido de sus fundadores. El segundo lugar quedaría en manos de Sandra Torres, de la UNE, un partido que ha hecho gobierno y mantiene simpatía popular, pero que ninguna encuesta sitúa encima del 20 por ciento. Por lo general, los candidatos que pasan en segundo lugar a la segunda vuelta tienen que superar ese porcentaje.

Entonces, en el clima de crisis política, cuatro partidos pequeños esperan colarse a la segunda vuelta. La alianza Creo-Unionista, de bergeístas y arzuístas, con Roberto González como presidenciable. El partido Encuentro por Guatemala, de Nineth Montenegro, que presenta como binomio a José Ángel López, expresidente de Banrural, y a Peter Lamport, un empresario e intelectual del sector privado. Zury Ríos será la candidata presidencial de Viva y ofrece “sacar el bisturí” para acabar con los políticos (a pesar de haber sido una de las fundadoras del FRG y una política toda su vida). Y cerrará el pelotón de persecución, por ahora, Lisardo Sosa con el partido Todos.

La mayor dificultad para el portillismo será que Todos es un partido pequeño, prácticamente sin estructura electoral, y Portillo ha anunciado que no aceptará financiamiento anónimo; es decir, querrá que todas las contribuciones vengan con nombre y apellido. Además, tendrá que convencer a los votantes urbanos hartos de la corrupción, que él sí aprendió la lección después de haber pasado cinco años en prisiones guatemaltecas y estadounidenses por haber recibido un soborno de Taiwán por Q20 millones para hacer votos por ese país en Naciones Unidas.