Salvador Estuardo González, economista y uno de los presuntos operadores financieros de la exvicepresidente Roxana Baldetti, pone una voz interna a la red de defraudación aduanera La Línea, por la que el expresidente Otto Pérez y Baldetti están encarcelados. Su testimonio es una prueba anticipada a la audiencia en la que el juez decidirá si envía a los ex mandatarios a juicio. Eco quiere hablar antes de que llegue esa audiencia en el transcurso del mes porque según él, el Ministerio Público y la Cicig, corre peligro de muerte.
El resto de los acusados de La Línea no quieren que hable. Día y medio en el juzgado necesitó Salvador González para decir una palabra al juez. Los recursos de los 36 abogados de la defensa que representan a las más de 20 personas vinculadas a La Línea retrasaron un testimonio que puede llevar a juicio a Otto Pérez y Roxana Baldetti. Y es que a pesar de que están presos desde el año pasado, permanecerán tras las rejas e irán a juicio sólo si el juez Miguel Ángel Gálvez considera que hay indicios para creer que lideraban La Línea.
La declaración de Eco, el colaborador eficaz del MP, permite exponer en cuatro puntos cómo supuestamente funcionó la red mafiosa.
1. Quién es Eco
El economista Salvador Estuardo González era, hasta su detención en 2015, el presidente de Corporación de Noticias, casa editora del periódico Siglo21. Según su testimonio, en 2013 (el segundo año del gobierno del PP) se convirtió en “asesor” de empresas de la ex vicepresidenta Roxana Baldetti. Para ambos trabajos (en Siglo21 y con Baldetti) fue contactado por su exsecretario privado, Juan Carlos Monzón.
Ese mismo año, Monzón le encargó gestionar “un proyecto de asesoría con el presidente de la República (Otto Pérez) para mejorar la recaudación aduanera”. Según él, el proyecto era una red mafiosa, dirigida por Pérez y Baldetti, para defraudar en las aduanas mediante el cobro a importadores.
En el alfabeto fonético, la letra E es Eco y la G es Golfo y así se registró a sí mismo en sus tablas de recaudación. Estuardo (Eco) González (Golfo). En 2015, el Ministerio Público lo convirtió en colaborador eficaz, que es el término referente a la persona involucrada en algún caso de investigación que, voluntariamente, da su testimonio y recibe una reducción de la pena. En su caso, por asociación ilícita, defraudación y cohecho activo y como colaborador, tendría que cumplir seis años en prisión.
2. Cómo se repartía la plata
La red mafiosa de defraudación en el Sistema de Administración Tributario (SAT) tenía, según Eco, empleados adentro del Estado (como los jefes de la SAT, Carlos Muñoz y Omar Franco, o la jefe de Aduanas, Claudia Méndez, como Monzón, secretario privado de Baldetti) y líderes externos (como Eco, como Osama Aziz Aranki, como el prófugo Luis Mendizábal). González dice que tenía que dar cuentas a Pérez y Baldetti en reuniones y pagarles –a través de Monzón- la mitad de la recaudación aduanera “semanal o quincenal” generada entre puerto Santo Tomás (norte o arriba, en su documentación), Puerto Quetzal (sur o abajo) y la aduana central (centro).
A través del cobro a importadores, con el pretexto de agilizar sus trámites, Eco repartía el 61% de la siguiente forma: 50% para Baldetti y Pérez, 5% a la SAT, 4% a Monzón, y él se quedaba con un 2%. El 39% restante iba a la recaudación normal de impuestos. En sus tablas de Excel, denominó R1 a la recaudcaión de impuestos y R2 al pago de la La Línea. La R2 también la llamaban la colocha o la cola. Aparte, cobraba unos “10,000 dólares por mes” como honorarios por la asesoría a empresas de Baldetti.
3. Cómo conectó con Baldetti
Eco cuenta trabajaba en una empresa de radios –nunca ha dicho el nombre-, que prestó tres unidades de radio a la campaña del Partido Patriota en 2011, que le devolvieron después de ganar las elecciones. Ahí supuestamente empezó la conexión: “Juan Carlos (Monzón) me dice que tiene interés en que haga cosas con él”. Sin ahondar más, Monzón le pidió que asesorara a Baldetti en unas empresas. Entonces le presentó a Julio Aldana Franco, que era el banquero de la ex vicepresidenta y le legalizaba negocios.
Presuntamente, a partir de ahí, él también empezó a ‘legalizar’: “En esa actuación, terminé dando apariencia de legalidad a acciones que no lo eran”. De ahí, fue requerido para ser directivo de Siglo21 –en donde tenían acciones– y, por medio de Monzón, se convirtió en el ejecutor de un “estudio de aduanas”, aunque no era un tema que manejaba. Ahí empezó presuntamente La Línea.
“Había una gran desconfianza de la vicepresidenta y quería control”, dice Eco. Por eso, se creó una cuenta de correo para informar a Baldetti. En sus tablas de Excel, de Eco, a Baldetti la denominó 2 o My line (mi línea). Según su relato, Eco trabajó muy estrechamente con la exjefe de Aduanas Claudia Méndez, que era muy cercana a Baldetti. Y también dice que, para su sorpresa, llegó a recibir visitas de Baldetti en su oficina. Según Eco, la exmandataria se refería a la R2 como las tres letras (en referencia a la SAT) o Zona 9 (en alusión a donde solían reunirse).
4. Cómo llegó con el presidente
En 2015, antes de renunciar a la Presidencia, en una conferencia de prensa en la que el nombre de Eco ya había saltado a los medios, Otto Pérez dijo que sí había hablado con Salvador Estuardo González para una asesoría para mejorar la recaudación de impuestos. Esa única vez según la versión de Pérez Molina fue convertida por Eco en una reunión cada miércoles, al menos con la ex vicepresidenta.
Eco dice que conoció a Otto Pérez en 2013, cuando Monzón le pidió que fuera a Casa presidencial, a una reunión en el segundo nivel (donde está el despacho presidencial), para hablar del proyecto de mejora de la recaudación. Según su relato, le dijo a Otto Pérez que las aduanas no eran su tema, pero el ex presidente le dijo que no importaba, que buscaba a alguien “de confianza”.
En esa reunión, Pérez le presentó a Carlos Muñoz, entonces intendente de la SAT, quien le dijo que necesitaba a alguien que atendiese ciertas llamadas del presidente. “Yo iba a ser el filtro de lo que el presidente necesitara en la SAT”. Del supuesto estudio de aduanas, surgió el cobro a importadores y la repartición. A partir del ‘estudio’, surgió La Línea, una red en la que entraron y salieron integrantes porque la desconfianza interna. De los pagos se encargaba, entre otros, Eco, aunque nunca llegó a pagar directamente a los ex mandatarios. Eso, dice, lo gestionaba directamente Juan Carlos Monzón.
Hoy seguirá contando sobre La Línea.
Luferdel /
Preocupa la seguridad de Eco y de Monzón, ya que las mafias aún controlan los centros carcelarios, tienen tanto poder, dinero e influencias que hasta son capaces de formar una manada de abogansters, que día a día, estrechan filas e intentan bloquear el debido proceso. Alto riesgo de ser silenciados para cortar cabos sueltos.
Tamara Eligoulashwily /
Este "traidor mafioso" como tú le llamas, Elsa, me parece que apotará bastante a este caso y quiero creer que su conciencia le está haciendo sacarlo todo (o casi todo, por ahora). Creo en la bondad de la gente. Buenísima tu nota porque le aporta mucho a los que no se han enterado tanto de este caso. ¡Está tremendo! Cada vez más interesante y desagradable.
Hola Tamara. Gracias por comentar. Lo de traidor mafioso es aporte y responsabilidad mía, como editor. Me parece que los mafiosos traidores deberían ser aplaudidos y protegidos, como en el caso de Eco y su familia. No es ninguna crítica a Eco. Saludos cordiales, M