El desliz de Baldetti cuando habló de Monzón

El problema de usar un testimonio de un colaborador eficaz y exsecretario privado para desacreditar a la Fiscal General, Thelma Aldana, es que puede convertirse en un búmeran. Ayer, frente al juez Miguel Ángel Gálvez, Baldetti aseguró que ella nunca ordenó administrar ninguna empresa ni cobrar ningún soborno a su secretario privado Juan Carlos Monzón. Que en realidad Monzón se aprovechó de ella para delinquir. “No sabía el alacrán que tenía en la camisa. Yo misma me lo colgué. Lo que yo no sabía era que él tenía una estructura lista para trabajar en la campaña y después de la campaña”. Y dijo que ella nunca tuvo pruebas en contra de Monzón para desconfiar de él y despedirlo.

Pero la semana pasada utilizó una parte del testimonio de Monzón para atacar a la fiscal. Una parte del testimonio en el que Monzón le dijo a Baldetti como ella le había contado que había una investigación de contrabando, que estaba preocupado porque fueran a descubrirlo a él y a su esposa.

En su testimonio como colaborador eficaz ante el MP y el juez, Juan Carlos Monzón, entonces secretario privado vicepresidencial, recordó que fue a hablar con su jefa, Roxana Baldetti en mayo de 2014.

– Mire jefa, fíjese que le tengo que contar una situación. Se la cuento porque se la tengo que contar. Yo sé que usted me dijo que me metiera, que no recibiera comisión con el tema del Bodegón, de los granos (para el plan Hambre Cero), pero no le hice caso.
– ¿Cómo va a ser eso?, recuerda Monzón que le preguntó Baldetti.

– Mire jefa, le dije que no se dio comisión, lo único es que yo puse la empresa y la empresa me va a dar parte de la utilidad que le estén dando, pero ese no es tanto el problema. El problema es que yo lo que pedí es que me dieran también el transporte. Como usted me dijo que hay una investigación, tengo miedo de que de repente ahí haya un camión que esté a nombre de mi esposa.

Baldetti, según declaró Monzón, respondió enfurecida y lo maltrató. Después le ofreció una cita con la recién nombrada fiscal Thelma Aldana.

– Va, mirá, te voy a hacer una cita, una cita con Thelma para que te averigue qué está haciendo.

En la audiencia de la semana pasada, Baldetti se aferró a esa última parte de la declaración de Monzón para desprestigiar a Thelma Aldana.

– Me dijo que tenía un problema. Yo pensé que de seguridad. Fui yo la que pedí la cita y la señora fiscal le dio la cita en cinco minutos. Yo quisiera saber si algún abogado pide la cita y en cinco minutos la señora fiscal está lista para atenderlos.

Nómada le hizo ver la contradicción al salir de la sala de audiencias.

– Cuando (Monzón) le pidió ayuda, prácticamente le confiesa el delito, ¿por qué no lo despidió?
– No, no me lo dice. Lo que yo leí fue de su declaración. No, no me lo dice, solo me dice ‘tengo un problema’. No me enteré, porque allí hubiera sido una excusa para mí para despedirlo. No lo sabía.

Un año después Baldetti se declara sorprendida. Dice frente al juez que su abuelita decía que en la confianza está el peligro y que tenía razón. “No cabe duda que el sexto sentido falla porque a mí me falló y no me di cuenta de la persona que tenía al lado”, se defiende.

Foto: Rocío Conde.

La defensa del inquilino principal de Mariscal Zavala

Ya pasaron 9 meses y 24 días desde la madrugada aquella donde el noveno presidente de la democracia en Guatemala presentó su renuncia al Congreso porque sabía que el Ministerio Público y la CICIG habían pedido la orden de captura en su contra. Otto Pérez Molina recuerda bien ese 2 de septiembre, la primera vez que estuvo frente el juez Miguel Ángel Gálvez, cuando le preguntó a qué se dedicaba y dijo por última vez que era el presidente del país. El Ministerio Público lo señaló de dirigir La Línea y desde esa misma tarde está en prisión preventiva en el Cuartel Militar Mariscal Zavala.

El 27 de junio fue su turno para defenderse el caso Cooptación del Estado y se escuchó al mismo Otto Pérez de tarimas de campaña y podios como jefe del Gobierno. El Ministerio Público lo acusa de asociación ilícita, lavado de dinero, cohecho pasivo y financiamiento electoral ilícito. De liderar un cártel de lavado de dinero llamado Partido Patriota.

En su declaración el expresidente insistió en que Juan Carlos Monzón no sólo es un mentiroso, sino que también es un mitómano, una persona con un trastorno psicológico que lo hace mentir de manera compulsiva y patológica. Según él, Monzón fue quién armó el caso, el que inventó la historia de que el gobierno de Pérez Molina le cobraba una comisión a los empresarios que querían un contrato con el Estado. Olvidó, y los fiscales le recordaron al juez, que el testimonio de 256 páginas de Monzón es sólo una parte, que da coherencia literaria, a las 48,000 páginas del expediente.

Otto Pérez Molina declara ante el juez.

“¿Cómo puede tener legitimidad alguien como Juan Carlos Monzón? Con sus mentiras le está haciendo daño al país y a la economía”, insistía frente al juzgador. En las palabras de Pérez, hay alguien peor que un mentiroso: un egocéntrico, con una conducta vinculada a la ambición, arrogancia y exhibicionismo. Iván Velásquez, el jefe de la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), que en diciembre de 2014 se “atrevió” convocar al país a un diálogo para reformar el sistema de justicia. “La Constitución es mía, es suya”, gritó el expresidente frente al juez.

¿Que sus ministros le regalaron un helicóptero?, “¡mentira!, Jonathan Chévez dijo que él fue quién lo compró por órdenes de Juan Carlos Monzón y que todavía no se lo han pagado”, continuaba el ex gobernante. ¿Que tenía una casa en la playa? “Reconozco que si encontraron la camisa del Real Madrid que decía Otto Pérez fue porque yo tenía esa casa alquilada con opción a compra, con un contrato”.

¿Que recibió Q290 millones de comisiones? “¡Sería muy pendejo de haber tenido ese dinero, renunciar y presentarme con un usted (juez) y someterme a la justicia! No estaría en el Mariscal Zavala”, declaró.

Pérez Molina seguía hablándole al juez pero no presentaba documentos o datos concretos para librarse de la acusación. ¿Que tenía un yate? “¡otra mentira! Dice que algunos medios de comunicación usaron fotos de yates de otras personas para decir que era suyo. “Yo nunca tuve uno”, decía. Minutos después recordó que tuvo pero una lancha, una muy pequeño que compró en 1993. Segundos después recordó que no, que esa no fue su primera embarcación. En 1987 adquirió una para llegar a una de sus propiedades en Izabal.

Llevaba media hora hablando cuando dijo: “Continúan diciendo que yo designé a Roxana Baldetti y a Monzón para cobrar. El partido, las bases optaron por ella como vicepresidente. Es mentira que yo le fui a decir que fuera a cobrar. No la designé para que fuera a cobrar. Y ella tendrá que decir que no designó a Juan Carlos Monzón para cobrar”.

En la audiencia, Baldetti estuvo a punto de cometer un segundo desliz en la estrategia de defensa que tienen junto al expresidente Pérez Molina. Pero cuando ya había terminado de declarar, recordó que le faltaba decir algo: “Quiero agregar algo. El presidente ni nadie me ordenó cobrar comisiones”.

El Ministerio Público recordó que el testimonio de Monzón es sólo una parte de todas las evidencias en contra de Pérez Molina, Baldetti y sus colaboradores. Le pidió al juez que autorice al MP y la CICIG que puedan investigarlos durante tres meses con más profundidad –con acceso a transacciones financieras y otros documentos que necesitan de orden de juez– para que después pueda iniciar el juicio. Mientras tanto, les pidió que los mantenga en prisión.*

* Este último párrafo fue corregido y ampliado a las 8.30 con la explicación técnica del proceso que viene después de las audiencias.